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martes, 20 de noviembre de 2018

A las caballerizas, arrancándole a los ciclistas

Costó llegar a la bomba porque unas cuadras más abajo estaba la partida de una carrera de ciclistas que tomaban por la ruta a Farellones. Eran miles, un primer pelotón interminable con números azules en las bicicletas, una vez que terminaron de pasar les dieron la largada a otro bloque gigante, esta vez con  números verdes.

Víctor, Pancho y Dirk !
Estaban Dirk y Pancho cuando pudimos llegar a la bomba, al poco rato llegó Víctor.
Claramente quedó descartada cualquier alternativa por el camino a Farellones  así que partimos al Líder a dejar los autos para ir a las caballerizas.

Isabel y Víctor
La mañana estaba calurosa así que por petición de la Isabel nos fuimos subiendo por los caracoles para que la bajada fuera mas fácil.
Había sombra a ratos y una brisa bien agradable así que no fue tan terrible el calor.


Pudimos observar largo rato a una pareja de cóndores que, sin mover sus alas, se dejaban llevar por las corrientes de aire dando círculos sobre nosotros.

Nos llamó la atención que se ha mantenido verde el pasto, pensamos debe haber ayudado la lluvia torrencial del lunes.

Isabel, Dirk, Víctor y Pancho
Subimos conversando y poniéndonos al día de las novedades familiares de cada uno, después de varios domingos sin ir a los cerros, así subimos parando varias veces en las sombras a recuperar el aliento y tomar agua.

La arremetida final, esa subida empinada desde donde se ve el valle fue dura. Desde ahí a la mesita al lado de la gruta de la Virgen se nos hizo eterno, cuando estábamos llegando nos alcanzaron la Consuelo y la María Elena que habían apurado el paso al reconocer a Pancho desde lejos.

como nadie me saca una foto, me la saco yo, dice Eugenio
Así que Pancho compartió sus tradicionales naranjas, Víctor mandarinas y la Isabel llevaba manzana, yo aporté frutos secos.

La conversa se animó más aún con las recién  llegadas.

flor de cactus
Nos llamaron la atención unas bicicletas con un chasis mas grueso, pensamos que tenían algún motor eléctrico, lo comprobamos bajando al encontrarnos con dos ciclistas con este tipo de bicicletas que estaban arreglando un pinchazo. Efectivamente tienen un sistema de dínamo, el que se activa con el pedaleo y aporta fuerza con un sistema eléctrico que hace mas liviana la bicicleta. Todo un descubrimiento.


Empezamos a bajar como a las 12.15 y la conversa no mermó.
Llegamos a los autos y de ahí al Líder.
Una rica caminata y agradable conversación como siempre!!

(texto y fotos de Eugenio Lagos)

martes, 13 de noviembre de 2018

Apogeo floral

Día nublado de noviembre, especial para los cerros porque el sol se esconde entre unas nubes de diferentes formas y tonos de grises, así la temperatura es muy agradable para caminar y subir cerros.

Soledad y Lavena
Esta descripción del día solo entusiasmó a Pancho Balart, a Layena y a mí, Soledad.
Les cuento que Layena es española, vive en Berlin y está por unas semanas en Santiago dando clases de curación por símbolos y agua, por lo que nos encantó y amplió nuestra mente contándonos de su estrategia de sanación. No solo eso, sino que a mí, personalmente, en la pausa de descanso, antes de bajar, me ayudó con mis dolores, gracias Layena!!

Pancho
Fuimos a Las Varas, los únicos caminantes y solo algunos ciclistas, yo creo que los pronósticos de lluvia, que por supuesto no llegó en domingo, solo ahuyentan a los caminantes.

Lavena
Estaba muy florido, fue una mañana de muchos cactus con sus flores blancas y chaguales por doquier, que al parecer es endémico y tan pocos chilenos conocen su maravillosa flor.


El sonido del agua de la canaleta que nos acompaña cerro arriba es un placer, junto a las aves que sobrevolaban silenciosas (cóndor y águila) y otras que parecían cortejar a sus parejas con cantos melodiosos (tenca, turca, codorniz, queltehue, chincol).

qué será eso ?
Esta vez los perros nos acompañaron hasta llegar a la canaleta y luego se devolvieron, deben haber recordado que estos caminantes no llevan nada parecido a alimento de perro.


Ya poh! si están leyendo, son subecerro y los cerros los extrañan, no dejemos de ir a la montaña, porque la montaña no irá a nosotros.

un juego ?
Layena mirando el Plomo, confirmaba que Santiago está en un lugar espectacular por su cercanía a cerros y montañas altas. Gracias Pedro de Valdivia!!

(texto de Soledad Tagle)

domingo, 4 de noviembre de 2018

Dos apariciones sorpresivas: Paula Christensen y Jorge Milla

Andaba en Santo Domingo, veníamos de caminar por el borde costero y entrando por la puerta del edificio, voces desde un auto nos saludan. Era la Paula Christensen y Francisco Balart II. Entraron, se estacionaron y subimos a conversar unos saldos de aperitivo que teníamos. Y de ahí salió, la posibilidad de que al día siguiente, ya en Santiago, la pasara a buscar para ir al cerro.

Víctor, Pancho y la Paula
Llegamos al punto de encuentro con la Paula, después de pasarla a buscar y vemos que solo está el auto de Pancho, sin él adentro. Nos bajamos y entramos a la cafetería, donde habría de estar. Estábamos en eso, esperándolo del baño, cuando aparece Víctor.
Saliendo ya del recinto, le doy la pasada a un marciano, vestido de profesional de las bicicletas y algo en mi reconoce, al mismo tiempo que él también reconoce, a Jorge Milla !! Abrazos, saludos, miradas. Hacía tiempo que no nos veíamos.
Sale con nosotros, en vez de entrar, para presentarnos a su Silvana. Y sus estupendas bicicletas. Se encaminaban los dos a Farellones. Los invitamos a Las varas, pero noo.

ese soy yo metiendo mis narices en una bella flor del cactus
Días de encuentros, de sorpresas.

Nos vamos los cuatro en el auto de Víctor, que es el más grande. Nos cruzamos con la cobradora ya lanzados por el camino de la derecha, ruta arriba.

ves ese increíble chagual ?!
La Paula, expresiva, reaccionaba al verdor del prado, a las hojas nuevas, al esplendor de una primavera en pleno. Y al día despejado, templado, por el que dejamos, esta vez, los polars en el auto.

Nuevas instalaciones en las caballerizas de las casas al pasar, nos llaman la atención. Mucho caballo, obras, donde está el negocio, que no lo vemos ?

este es el close-up que le sacó la Paula al chagual
Conversamos de corrido. La Paula está en el centro de los temas. Después tomará la delantera del grupo que camina en fila india por el borde de la canaleta, que nos acompaña con su música rutilante. Los sentidos son atrapados por el entorno, por la bella ruta y esto de estar ahí, presentes, calma el alma y alegra el espíritu. Aparte, el cuerpo, que con el ejercicio se regocija.

la Paula
En la cumbre, que no es cumbre, preferimos la sombra de los arbustos más arriba. Ricas naranjas, de Pancho; mandarinas de Víctor y las almendras tostadas mías, que se las terminaron.
Líquidos, descanso, brisa del viento.

vaca dando leche plácidamente
De repente, voces. Y si, aparece un grupo de seis, con los que de inmediato entablamos intercambio, mientras ellos avanzaban aguas abajo. Tres mujeres en la delantera y luego tres hombres. Yo los hemos visto a ustedes, nos dicen. Dicen también, vemos que no estamos solos por estos cerros. Y siguen camino.

flor de cactus
Iniciamos el descenso. Vemos ciclistas que vienen más arriba; al poco rato nos alcanzan y pasan.
Otro grupo vendrá más atrás.

Pancho y Víctor en la primera parte
Pasamos el tranque, llegamos a la caseta de pago, pagamos (Pancho), y al auto. El placer de sentarnos en el auto es notable. Y a casa, cansaditos y contentos.