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domingo, 25 de agosto de 2019

Domingo 25 de agosto - caballerizas

Pancho andaba con un pequeño desgarro en el muslo. Le dimos la opción de él elegir el destino y optó por las caballerizas de Huinganal.
Estábamos conversando animádamente y siendo las 10 para las 9 llega Francisco Toyos con la Anne Marie.
Bueno, seriamos cinco: ellos dos, la Soledad, Pancho y yo, Gabriel.

Dejaron sus autos en el Líder, salvó Francisco y la Anne Marie que se fueron en su auto. Y nos fuimos los tres en mi auto.

Pancho, Francisco, Anne Marie y Soledad
Estaba requete lleno el estacionamiento de autos. Eran los Malayos que andaban por ahí; Toyos lo sabía.
Nos estacionamos bastante lejos de donde siempre lo hacemos.

Y nos encaminamos por donde hemos estado yendo últimamente. Nos vamos y nos volvemos por el mismo lado, hasta la mesa con banquetas al lado de la virgen.

Pancho se empezó a impacientar con este grupo que puro hablaba de cosas negativas.
Francisco y la Anne Marie se van a Europa próximamente y Francisco tiene que sacar carnet de chofer internacional, que solo consiste en pagar $ 50.000 y te lo dan. Choreado por eso.
Pancho y sus espejos retrovisores, robados, que le costaron un millón de pesos y eso que eran solo los espejos.
Que el sistema de salud, que las compañías de seguro; por todas partes te roban y te cobran el máximo valor posible en todo.
En eso íbamos y Pancho se fue adelante y nos abandonó. Con este grupo de quejosos no quiero estar, pensamos él pensó. Parece que no fue así.

grupo de estudiantes de turismo camino de vuelta
En el árbol grande nos encontramos con un buen grupo de cabros, estudiantes de algo como ecoturismo de una universidad, que venían de haber alojado arriba dos noches y alcanzando las cumbres de ...
Conversamos un rato con ellos y seguimos.

Pancho, que llegó primero a la mesa
Ya se ve el verdor del pasto nuevo por todas partes y por ello muchos caballos, mordisqueando el aun escaso pasto.
Terreno firme para caminar y el día agradable, fresco, con cierta brisa en algún momento.
La sequía fue un tema y la gran cantidad de árboles que no echan brotes, pues deben estar muertos, por la misma falta de agua.

Soledad, Pancho, Gabriel y la Anne Marie
Nos sentamos a descansar, conversar y comer en la mesa con sus banquetas.
Muchos ciclistas y algunos caminante pasaron mientras departíamos.
Estiramos bastante ese momento, exquisito, pues parece que nadie quería volver.
Finalmente partimos.

desde arriba
Francisco opina que debemos inventar una alternativa a la democracia. No surgieron muchas ideas. Yo plantié de la importancia de revolucionar la educación y el desarrollo personal, en que algo manotean los coaches. Cambiar la educación ? Si Claudio Naranjo fracasó, que posibilidad hay ?
Aparte de que el diario hoy augura una depresión económica global.
No, si la cosa está oscura para adelante.

acorde con el tono de las temáticas
Bajamos de un tirón hasta los autos, disfrutando a la pasada, un caballo con su jinete que saltaba obstáculos.

Un rico día, un animado grupo, un buen paseo y un buen ejercicio.

martes, 20 de agosto de 2019

Añorando la lluvia - domingo 18 de agosto

Ya nos parece sospechoso que nuevamente llegamos solo José Salinas y yo, Soledad, nos preguntamos ¿será que están todos juntos en otra parte? Pero igual los cerros nos llaman y esta vez la Católica, con sus variados senderos que en un día nublado destacan el color de las montañas.

A la entrada ahora hay una caseta donde cobran, piden varios datos y avisan que debemos hacer check out para confirmar que volvemos sanos y salvos. Este verdadero parque es un lugar muy acogedor, la amplitud permite cruzarse sin estorbo con ciclistas, niños, vacunos, paseantes por el día y otros que vuelven de haber pernoctado en el Provincia.

Soledad y José Manuel
La antes fuente de agua, donde está el desvío al morro Guayacán, otrora vertiente, luce seca, con muros de piedra que reflejan su pasado. Nosotros seguimos el camino y llegamos hasta un portezuelo más allá de la cancha de carrera, por donde otros caminantes seguían hasta Alto del naranjo, pero nosotros después del descanso en la vereda oriente, resguardado del viento frío, emprendimos el descenso.

José contó sus subidas a estos mismos cerros hace unos años, en que acampaban a campo
travieso, también de sus nuevos emprendimientos de arriendo de campers y entre los dos nos
preguntábamos si los colores café amarillento de las hojas del bosque esclerófilo era signo de
stress hídrico, lo que confirmé al leer ese mismo día en un periódico, que efectivamente así es.
Parece afectar más a unas especies que a otras, pues los litres más pequeños se veían fuertes y
verdes.

Pienso y pido o alucino que este año sea recordado como un año seco, que afectó e hizo
temer un cambio climático irreversible, pero fue transitorio y volvió a llover, ojalá Dios nos
escuche este pedido, ese Dios en el que todos queremos creer.

domingo, 18 de agosto de 2019

Domingo 11 de agosto

Día de sol con una ventisca fría que junto a la gran cantidad de turistas que van a Farellones, son los
únicos dos signos del invierno, pues la cordillera apenas muestra hilachas blancas de nieve. Solo
pasado las 8.30 llega José Salinas, por suerte, porque yo, Soledad, no andaba en auto y me habría
dado mucha frustración volverme en Transantiago un domingo en la mañana.

Le propuse que fuéramos a conocer el Bosque de Santiago, en Huechuraba, que había leído pertenece
al parque metropolitano y hay senderos reforestados con árboles nativos, por la cara norte del cerro el
carbón (creo).

Soledad y José; atrás el Manquehue
Llegamos con el bendito waze a las 9.17, con la sorpresa que el guardia nos recibió con cara de
poderoso insobornable y tajante dijo: “está cerrado, se abre a las 10” Yo traté de persuadirlo con cara de vieja responsable, pero su frase se repitió exactamente, : “está cerrado, se abre a las 10”, por otra parte José intuyó que podría ser peligroso entrar en soledad por ahí y dimos media vuelta hacia nuestros cerros conocidos, esta vez por el camino La pirámide ahora pavimentado y de tráfico solo hacia arriba, llegando al nudo de Vespucio con la Pirámide.

selfie
Decidimos ir al Manquehue por Lo Curro, lo más cerca de ahí, sabiendo que el estacionamiento no es
fácil, de hecho, tuvimos que caminar como 500 mt para llegar a la entrada. Ya en el trayecto
reconocimos que era el día del niño, por la cantidad de gente que por suerte llevaron a un paseo a la
naturaleza, en vez de al mall, a sus hijos además de sus perros. Nosotros, al igual que ellos, fuimos solo al Manquehuito, disfrutando de preciosa vista despejada hacia el oriente y lamentando el café de smog hacia el poniente.

Arriba José se dio cuenta que había dejado el celular en el auto y a la vista, ojalá no pase nada,
confiamos. La conversación giró en torno al cambio climático, a la jubilación, pero lo más profundo fue la comunicación con los hijos, con cada uno diferente, a veces más distante, con la sensación incómoda de queremos estar más cerca y hacerles ver todo lo que los queremos. Como diría Maturana, el amor es aceptarse.

José y atrás el Manquehue
Ya llegando al auto, con sorpresa creímos comprobar la maldición del robo, el vidrio del lado del copiloto abierto hasta abajo, pero ningún trozo...no solo el celular sino también la billetera estaba ahí... confirma que, a mí, la pajarona, se me quedó el vidrio abierto, por suerte en un lugar de Santiago que mostró ser seguro, por esta vez.

Esperamos que el próximo domingo, pese al interferiado, seamos más.
Buena semana para todos!!

(texto de Soledad Tagle)

domingo, 4 de agosto de 2019

Explota la primavera en Huinganal

Los autos van en largas filas indias hacia la nieve. El día está precioso y debe haber nieve suficiente, aunque en las cumbres se ve poca.
Vámonos en sentido contrario, diremos. A las Caballerizas (Huinganal). No hubo oposición.

Somos cuatro hombres y la Ana María Diaz. Los hombres son Dirk, Víctor, Pancho y yo, Gabriel.
El día está esplendoroso. No hay una pizca de smog todo a lo ancho de la ciudad. Despejado y el día primaveral.

Dirk, Ana María, Pancho y Víctor
Dejamos los autos en el Líder y seguimos todos en el auto de Víctor.
Haremos la misma vuelta de la última vez. Subiremos por la ruta suave, hasta la mesa con bancos. Y nos volveremos por la misma ruta. Habemos dos que tenemos compromisos de almuerzo, que requieren no la hagamos muy larga.

mira lo limpio del aire de Santiago
Caminamos siempre en grupos de dos o tres, conversando. Los temas fueron más bien privados o personales, no reproducibles aquí.
Descansamos en el árbol, sentados todos en un tronco tirado en el suelo, que fue divertido, pues cada vez que se sentaba otro, todos se veían afectados.

Santiago sin smog
Llegamos a la mesa, nos sentamos y pusimos nuestros aportes en la mesa. Surtida estaba la cosa. Naranjas exquisitas de Pancho, frutos secos de varios y chocolate con mazapán mio; muy apetecido.
Disfrutamos de la vista, la temperatura ambiente, ideal. La brisa, los árboles y arbustos explotando con brotes y hojas nuevas. La primavera en toda su explosión.

Pancho, Ana María y Víctor
A la bajada nos cruzamos con el abogado de Therese Matthews (9 9221-7881), la señora de Agustín Edwards hijo, que arrienda caballos, en un brioso caballo, que por su estampa y ánimo, le ofrecí comprarle caballo, montura chilena y gorro. Bueno, nos instalamos un rato en animada conversa, pasándonos al final tarjeta de visita de Therese, para que arrendáramos algún día caballos.

Gabriel y Dirk; atrás la virgen
Bajamos sobre un piso firme de un barro ya endurecido, así que nuestros pies se agarraron muy bien. Nos fuimos más bien rápido y en la última parte de curvas, con Dirk y Pancho tomamos un atajo a lo derecho, con alguna dificultad por las pendientes, pero sin mayores problemas.

Ana María
Abajo, yo me quedé mirando unos caballos en un corral, esperando a Víctor y la Ana María, que venían su resto más atrás.
Al auto, canshaditos y a casa. Un precioso día, de ejercicio que nuestros cuerpos agradecen.
Hasta la próxima.

descenso

jueves, 1 de agosto de 2019

Seis hombres a El Huinganal

Llego (Eugenio) a la Shell y nuestro lugar habitual de estacionamientos estaba ocupado con camionetas de esquiadores, diviso en la cafetería a Francisco Toyos, al poco rato llega Pancho, luego Gabriel, Víctor y finalmente Dirk. Ninguna mujer!! ¿que pasa? el grupo está perdiendo poder de convocatoria femenina, nos preocupamos.

Pancho, Francisco, Dirk, Gabriel y Victor
Pancho que venía de poco dormir a causa de un matrimonio la noche anterior, convidó unos cafés que agradecimos y tomamos con calma, haciendo tiempo a ver si aparecía alguien mas.
Como a las 9:10 nos resignamos y partimos a Las Caballerizas. Pancho pidió que hiciéramos la ruta suave ida y vuelta y así fué.

Dejamos los autos en el Líder y fuimos en el mío y en el de Francisco, quien dijo que probablemente tendría que volver antes.

caballos en la ruta
Pocos autos en el estacionamiento del Club Ecuestre, empezamos la ruta con algo de frío ya que que sol aún no entibiaba, la caminata nos acaloró pronto.

Luego nos topamos con varios caballos, el primero que vimos muy pelucón, se notaba de raza mas rústica con pelo de invierno. Después divisamos otros ejemplares mas estilizados y de pelaje mas fino, hasta que, llegando ya a la zona de los quillayes grandes, nos pasó un jinete que llevaba amarrados dos caballos preciosos, con un paso que parecía que no tocaban el suelo. De vuelta paró un rato a conversar con nosotros, uno era un caballo blanco, árabe fino, comprado en el extranjero, el otro café oscuro, un anglo-árabe, el jinete nos explicó que esos caballos son para competencias de enduro, donde se hacen recorridos de entre 40 y 120 kilómetros en un día y es necesario mantener a los pingos en acción, entonces hay que sacarlos al cerro a que corran, que son muy mansos y obedientes nos dijo, que algunos son medio porfiados y que cuando se largan a correr no hay quien los pare. Gozamos con su sabiduría de hombre de campo.

Víctor, Pancho, Gabriel, Eugenio y Dirk
Reanudamos la caminata con el tema de las pensiones, hay algunos ya en esa situación y cada uno compartió sus experiencias, además Víctor es muy entendido en el tema dado que trabajó muchos años en Habitat.  Salieron al baile las comisiones, los gastos, las tasas de mortalidad, la expectativa de vida, hasta la eutanasia se asomó al debate.

Seguimos subiendo, nos encontramos con algunos planchones de nieve en las laderas sombrías, pero ya en retirada.

dándole en ascenso
Es muy linda la subida, los cerros ya se ven verdes y la tierra arcillosa mojada se nos quedaba pegada en los bototos. Las laderas que reciben sol estaban secas eso sí, eso muestra que el agua que ha caído no ha empapado sino que solo ha mojado superficialmente. Hace falta mucha agua, hay un gran déficit.

Por fin llegamos al cerco y de ahí a la mesa hay un paso, la vista hacia la cordillera estaba maravillosa, la capa de nieve, aunque delgada cubría casi completamente los cerros al oriente de Santa Martina.

deleitándonos con los caballos
Llegamos a la mesa y compartimos almendras, frutos secos y las infaltables naranjas de Pancho mas algunas mandarinas que fueron devoradas rápidamente.
La conversa, dado que éramos solo hombres, derivó a las experiencias que algunos habían tenido con los exámenes de la próstata y derivados....fue así como salieron a flote planes de salud, seguros médicos, operaciones robóticas, datos varios y curiosas anécdotas con la bendita glándula esa, que a la larga o a la corta se manifiesta con mas o menos problemas.

amarradito 
Pasadas las 12 emprendimos la vuelta, ahora se había nublado un poco pero igual la mayor temperatura hizo que se derritiera algo la nieve y el sendero estuviera mucho mas barroso que a la subida, así que tuvimos que extremar las precauciones para evitar costalazos. Yo iba sufriendo un poco por el barro que iba a quedar en el auto recién lavado.

Al pasar por la zona de los quillayes,  grandes saludos de Pancho, Gabriel, Dirk y Francisco con José Luis Ibáñez, antiguos amigos de cerros y otras hierbas, se pusieron al día de conocidos comunes, algunos de los cuales ya habían partido de este mundo y otros aún siguen circulando por este lado.

Gabriel, Dirk, Francisco, José Luis Ibañez, Pancho y Eugenio
Bajamos en animada conversa, las curvas de la "autopista" se hacen medio largas, pero de repente, casi de sorpresa, se enfrenta la última y aparecen las casas - en una estaban sacando el pan amasado - los caballos y el estacionamiento.

Llegamos.
Sacudirse un poco y arriba para volver al Líder.
Entretenido y saludable paseo, gracias a los subecerros más fieles!!

(texto de Eugenio Lagos)