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lunes, 30 de septiembre de 2019

Por una variante de Las Varas este domingo 29

Ayer domingo, fuimos solo dos los que llegamos al punto de encuentro: Soledad Tagle y yo, Gabriel.

Tengo poco tiempo, le digo, pues va toda mi familia a almorzar a mi casa y debo comprar los pollos y las papas fritas que almorzaremos.
Conforme. Y nos encaminamos a Las Varas.

Estacionamos el auto en el techito de malla para kiwis y las emprendimos hacia el tranque más cercano.

Soledad descansando en una buena sombra
Que impresionante, casi no hay agua en el tranque. Nunca lo habíamos visto tan seco.
Y de ahí para arriba fuimos viendo como había muchos arbustos secos completamente y otros, que se dejan morir unas ramas y resisten con otras, para pasar el chaparrón.
Si no llueve luego, o en un plazo x, esto será todo desierto, pensé.

Dos personas, en una arrancada a los cerros, estarán muchas horas juntos. Ello abre espacio de conversación, que en otras circunstancias, no existiría. Un deleite, que se dio con la Soledad y no se si daría con cualquiera. Es posible.

Como a las 11:30 partimos de vuelta de esa sombra, al lado de la canaleta, hasta adonde alcanzamos a llegar.
Ojo, que cuando estábamos junto al tranque, dijimos, nos encaramamos cerro arriba o hacemos en vez un paseo más amable, cosa por la que optamos y seguimos por la calle de las torres de alta tensión.
Igual ello nos llevó hasta la canaleta, aguas más arriba, así que fue en definitiva un Las Varas normal.

con el perro que nos acompañó
En el camino se me ocurrió invitar a mi madre, alojada en un Hogar, a que la pasara a buscar para almorzar con toda mi familia, cosa que aceptó gustosa y fue un acierto.

Bueno, un gusto como siempre, caminar por los cerros, en buena compañía, con buena conversación.

domingo, 22 de septiembre de 2019

A las Papas a bajar los excesos del 18

Domingo de un super fin de semana largo; del 18. Iba pensando que no habría nadie. Pero ahí estaba ya, Eugenio Lagos. Y al poco rato llegó Víctor Bunster. Y esos seríamos, tres.

Para donde vamos, pregunto. Eugenio propuso algo distinto: vamos al Morro de Las Papas, por el estadio de la Católica. Y para allá partimos.

Víctor y Eugenio
Había cambios en la caseta de cobranza. Una nueva edificación, con pasadizos bien demarcados. Dos personas en la mesa, con sendos computadores. Su RUT por favor; Gabriel Bunster ? Si. Tercera edad, son $ 2.000,-
Que tal ?
Y después a la vuelta, a registrar el retorno. Solo dictar el RUT y sería. Gracias y adiós.

La ruta de ida fue sin problemas. A la vuelta estuvimos trastabillando en la última parte.

Puro nos pasaron, subiendo. Y bajando. Estamos en edad en que puro nos pasan. Vamos acomodándonos con ello. Yo con mis 67 estoy como en la media del grupo. Si, pues, hay que ir cachando.

Día despejado, con temperatura pronosticada, según Víctor, de 28 grados. En algún momento del día, pero por poco rato.

Gabriel y Víctor
En la cumbre buscamos sombra, para sentarnos. Y no había tanta.
De hecho, nos llamó la atención al subir, la cantidad de arboles que se han secado y otros que han dejado morir parte de sus ramas, para sobrevivir en estas sequedades en que estamos. Triste. Que importante es el agua. Es un tema de vida o muerte. Algo que olvidamos.

Traspaso de información de series que estamos viendo y que recomendamos: Algo en que creer y Inconcebible.
Libros que leemos, aparte de prensa: El secreto de los Próceres, de ER Ramdohr y Marx y sus amigos de Ernesto Ottone.

Cansaditos llegamos a los autos, contentos de haber realizado nuestra cuota de naturaleza, ejercicio y sociabilización.

lunes, 2 de septiembre de 2019

Por las Varas en una seca primavera

Llego al punto de encuentro, escuchando música chilena, hoy 1ero de septiembre y ya están ahí Pancho y Eugenio Lagos. Al poco rato llega Víctor Bunster y un poco más tarde, Marcela Molina !
Esos seríamos; cinco. Las Varas fue el destino irrefutable; por la ruta de Víctor, que significa la canaleta, aguas arriba.

Nos fuimos en el auto de Víctor; limpiecito. No quedó igual.
La señora de la caseta de cobros, volvió a aparecer y justo cuando llegábamos. Pancho hizo la maniobra del pago. Y partimos.

Pancho, Marcela, Gabriel y Eugenio
Día primaveral. La mayoría dejamos los polars en el auto. Despejado. Yo incluso me eché crema para la cara antes de partir desde la casa.

Rápidamemte llegamos al tranque de final de la canaleta, en animada conversa. Muy poca agua me pareció había en el tranque.
Breve descanso y alcanzamos la canaleta, para iniciar nuestra ruta aguas arriba.

Pancho, Víctor, Eugenio y Marcela
Qué se hace con un vecino indeseable ? Uno realmente malo. Tema de alta complejidad, coincidimos todos.
La Marcela andaba con un dedo del pie doliente; algo que tiene que verse. Resistía estoica. Esperamos no sea obstáculo para seguir viniendo.

por la orilla de la canaleta
Sentados ya en el punto de cumbre, donde comimos nuestras habituales meriendas, vimos aparecer a un grupo bastante más numeroso que nosotros. Rápidamente hicimos contacto e iniciamos el descenso entremezclados con ellos.
"Los intrépidos" se llaman entre ellos y llevan varios años dándole.

cumbre
Ya desperdigados bajando, conversando con uno de ellos me dice que conoce mi blog. Cómo te llamas, le pregunto. Renato Orellana, me dice. Pero muy conocido era; si hasta participamos juntos en un proyecto o iniciativa de nuestro común amigo Miguelangel Clerc. Así que de ahí en adelante no paramos de hablar por un buen tramo.

Al principio escuchamos anécdotas del viaje reciente de Víctor a Perú, Lima, Cuzco, Machu Picchu y Puno. Fueron en un tour con su mujer. Lo pasaron fantástico.

Finalmente llegamos al auto, donde disfrutamos de los mullidos asientos y partimos de vuelta a casa.