Fuimos 7 nuevamente. Nuevamente visitas ilustres.
Apareció la María Elena, la Marcela Molina con su hermano Enrique (Quique), Pancho, Francisco y la Anne Marie y yo, Gabriel.
Nos fuimos de la casa de Pancho en dos autos. Ya los cuidados por la pandemia han bajado.
Adonde siempre.
Nos tiramos hacia la derecha, como si fuéramos a las aguas de Ramón y en el último desvío, decidimos a que cumbre iríamos y optamos por la más alta.
Grupo animado, muy animado. La conversa activa, en varios frentes, por grupos.
La realidad contingente, también lo fue un rato, para mi, en conversa con Francisco Toyos. Hay preocupación y falta de candidato que nos represente. Miedo, incluso.
Me pregunto si la política y sus leyes nos afectarán tanto. Mi hijo Cristóbal, salmonero en Puerto Montt, me dijo esa tarde, que Boric había prometido hacer desaparecer las salmoneras, por temas ecológicos.
Pareciera que la izquierda, con la ideología clásica fracasada, abrazaba ahora el mantra de la ecología y la derecha, de seguir dándole al crecimiento y la industrialización, contra viento y colapso climático. Por ahí parece que se localiza la lucha.
Que bien hablan inglés estos Molina. Es que vivieron mucho tiempo de sus vidas en Europa, en países donde se hablaba inglés. Yo me quiero morir sabiendo hablar inglés, dice la María Elena.
Con alguna dificultad algunos, llegamos a la cumbre establecida ese día, y con alguna dificultad encontramos un lugar con la sombra adecuada para el tamaño del grupo. Y ahí nos desplegamos por el suelo, sacando nuestros alimentos, que compartimos.
Buena naranja me comí, aparte de pistachos, estos frutos de las palmeras de Israel, que alguna vez comí allá. Maní y un tuticuanti seco.
La María Elena dio una clase magistral de como debía uno proceder en esto y aquello. Alimentación , ejercicio, consumo austero. Si, fue una clase magistral, ella de pie hablando con energía y convicción.
Bueno, nos fuimos parando de a poco e iniciamos la marcha de vuelta. Yo tomé la delantera, a un ritmo más rápido que el del ascenso.
Una sensación de estar tan a gusto en los cerros, que no había mucha energía por llegar a los autos.
Hubo una parada en particular, en que se dio algún tema, que duró mucho rato. Por eso tan tarde de vuelta a casa.