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domingo, 17 de julio de 2022

Primer contacto con la nieve

Me vestí con abrigo extra. Sabía que haría frío pues la cordillera estaba nevada hasta bastante abajo. Cosa rara en periodo de sequía, en que se supone estamos.
Llegan a la casa de Pancho, Víctor, la Soledad y yo. En los estacionamientos del cerro, aparecen Francisco y la Anne Marie.


Un par de cabros parados después de "la puerta", nos indican que instalarán una caseta e iniciarán el control, para el cuidado de todos nosotros. Les dijimos que llevábamos cuarenta años sin control ni cuidado y andábamos muy bien. No, dijeron, lo que quieren cuidar es a la naturaleza, a los pajaritos. Bull shit.


Tomamos la ruta habitual y al llegar casi a la altura de nuestra cumbre habitual, Francisco influye para desviar al grupo hacia la izquierda, hacia la nieve.
Yo que venía último, dudé de seguir. Pero la marcación al hombre que me hizo Francisco, me hizo seguir con el grupo.


Y llegamos a la nieve, por un sendero cada vez mas barroso y al final con nieve, que a la bajada produciría varias caídas.
Llegamos a un mirador rocoso y ahí hicimos nuestra cumbre, donde comimos de las naranjas de Pancho y frutos secos de varios. Lo mejor fue un termo con chocolate caliente que tenía la Anne Marie, que todos apreciamos gracias a su generosidad.


La bajada fue al principio, del terror. Pancho dos veces llegó al piso, lo mismo Víctor. 
Nos cruzamos con varias personas, de ida y de vuelta, y yo me encontré con mi sobrino, Francisco RuizTagle, gerente general de la Papelera, que iba con una sobrina suya, psicóloga. Conversamos brevemente.


El día estaba nublado, frío, con cielo azul hacia la costa, que produciría una bellísima puesta de sol en la tarde.
Llegamos a los autos como a las 13:30 y nos despedimos habiendo hecho un trayecto como el doble del habitual, con varios bastante cansados, yo entre ellos.