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domingo, 24 de noviembre de 2019

Las Varas (Domingo 24 de noviembre)

Ese domingo también llegamos un tanto tarde a la bomba de bencina y estaba solo el auto de Pancho, quien dormitaba frente al manubrio y probablemente ya planeaba el regreso a la cama. Desgraciadamente para el, llegamos, por lo que el plan volvió a la normalidad. El destino fue las Varas, estacionando en la malla de Kiwi

Pancho, Annemarie y Francisco
Subimos al tranque y optamos por seguir derecho por el camino. Bastante más allá el camino se separa en dos, uno que continua manteniendo el nivel y otro que sube por la quebrada. Tomamos el camino de subida y después de un buen rato llegamos a la canaleta, lugar que yo pensé seria la cumbre del día.

Pancho y Annemarie
Pero no fue así. Pancho estaba muy energético y propuso seguir subiendo esta vez hacia el oriente remontando hasta el filo. Llegamos a un punto donde se ve la zona del Puente Ñilhue y es el lugar donde va la ruta hacia el Alto del Naranjo que conocíamos hace años como la ruta del Sr Olmo.

encuentro con otro grupo
En ese punto nos encontramos con un numeroso grupo de personas, que habían hecho la misma ruta nuestra. Intercambiamos unas palabras con ese grupo de Subecerros que dijeron llamarse “Los Intrépidos”, les sacamos fotos a ellos y ellos nos sacaron fotos a nosotros. Partieron de regreso mientras nosotros nos sentamos para disfrutar nuestra cumbre.

descanso de cumbre
La bajada fue por la misma ruta. Un poco más abajo de la acequia encontramos a una vaca famélica y muerta de sed, que acepto agua que le dimos en un recipiente. Completamos la bajada llegando temprano hasta el auto que por estar bajo la malla de kiwi tenia una temperatura agradable.

(texto de Francisco Toyos)

canaleta

lunes, 18 de noviembre de 2019

Morro Guayacán por Las Varas

Escribe César Masihy

Luego de varios años de ausencia vuelvo a participar de una salida junto a este agradable grupo. Estamos todos casi iguales  :)  Fue un agrado reencontrarme con los antiguos compañeros de ruta y recordar tantas jornadas similares en las que compartimos buenas conversaciones y ricas meriendas en la naturaleza. Fue un lindo reencuentro con los antiguos compañeros y amigos de cerro que llegaron ayer: Gabriel Bunster, Pancho Balart, Francisco Toyos y Anne. También llegaron Soledad y Víctor a quienes no había tenido el placer de conocer.
Luego de tomarnos un cafecito en la bomba, partimos rumbo al Morro Guayacán. Los invité a ir en mi auto y partimos todos juntos en la Grand Carnival a la que luego quisieron bautizar como vehículo corporativo  :)

La de ayer parecía naturaleza muerta y no me refiero al género pictórico sino más bien a la real mortandad de arbustos, árboles y seguramente no poca fauna producto de la dura sequía que estamos viviendo. Ver todo tan seco da pena y preocupa.

Al llegar a la cumbre nos encontramos con unos bikers bien pro, que luego de pedirnos que les tomáramos una foto, conversando les dijimos que nosotros solíamos subir cerros. Les indicamos la sierra de Ramón y les comentamos con cierto orgullo que la habíamos recorrido completa tras lo cual nos dijeron que ellos habían subido al San Ramón en helicóptero para descender en bicicleta todo el cerro por el largo camino hasta El Manzano !

Compartimos comida, conversamos un rato y retornamos pronto para poder llegar a una hora prudente a los almuerzos familiares.
Espero nos sigamos viendo.

En el cafecito matinal. 


Todos en la van rumbo a la hacienda Las Varas

Soledad y César

Los primeros en llegar

Los intrépidos bikers en la cumbre.

Francisco, Anne, Pancho, Víctor, Gabriel y Soledad

lunes, 11 de noviembre de 2019

Caminata por el camino de las torres por Las Varas

Llego al punto de encuentro y ahí estaba Pancho, sentado, adormilado, en su auto. Vamos a tomarnos un café ahí adentro, le digo.
Llegué a las 8, me dice; me equivoqué. Hacía tanto que no venía, que se le había olvidado la hora de encuentro.

Gabriel y Pancho
Me siento con una bandeja con una promoción que consistía en un cortado, un jugo de naranja y dos medias lunas; todo por $ 1990.
Aparece un viejo, muy bien vestido, claramente aproblemado y nos pide una ayuda. Yo le paso una de mis media lunas y el saldo de mi jugo, con como un tercio del vaso lleno. Y sigue a pedirle a un tipo que estaba sentado en una mesa detrás de Pancho, que le da plata y además le ofrece un pucho; que a mi me pareció, que él le pedía un pucho al vagabundo. Y le hice un comentario a distancia, que el devolvió con un gesto amistoso.
El hombre se sienta en una mesa más allá y se pone a comer concentradamente, lo que le había pasado. El tipo que estaba detrás de Pancho, se para y se va a sentar con él, intentando conversar con el hombre, me pareció que sin mucho éxito.
Después le comentaría a Pancho, de lo notable de las interacciones que se están produciendo en cafés como ese, quizás por todo lo que está pasando.

tranque prácticamente vacío
Pancho venía medio fuera de training y algo machucado, así que optamos por irnos a Las Varas y caminar por la ruta que va entre las torres de alta tensión, aguas arriba. Y eso hicimos.
Dejamos el auto arriba, cerca del tranque, ya sin agua, bajo una malla de kiwi.

Impresionante la sequía. Arboles totalmente muertos y arboles con la mitad de las hojas secas, muertas. Y el tranque prácticamente con nada de agua; como nunca.
Este problema es quizás tan serio como la convulsión social que vivimos en estos días; la que empezó el 18 de octubre; hoy era 10 de noviembre.

vista al frente, al otro lado del río
No paramos de conversar diría yo. El tema principal, nuestras lecturas del problema social de Chile. No hay otro tema en estos días. Está todo afectado. Los tiempos de llegada y de ida de la gente al trabajo, es para Pancho quizás lo más notorio.

El día despejado, tirando para caluroso.

dos huasos, padre e hijo
De repente nos pasó un tipo que iba trotando y pegamos los dos un salto, pues viniendo de detrás, nos sorprendió.
Llegamos bien allá, hasta una vuelta donde nos sentamos en algo de sombra.
Y nos comimos una naranja de Pancho y yo, maní salado que llevaba.
Veíamos al frente, al otro lado del río, muchas casas en la zona por donde antes entrábamos a subir hasta la cumbre del Pochocón.

Alcanzamos a un padre con su hijo cuando descansaban en una sombra. Él de Illapel, su hijo en tercero medio. Conversamos un rato haciendo buenas migas. Nos sacaron la foto de los dos.

con gorros
Más allá nos cruzamos con unos huasos de a caballo. Iban a buscar ganado que andaba por los cerros. También conversamos con ellos su resto. Muy bien aperado el niño.

Cansaditos y satisfechos llegamos al auto.
Al pasar por la caseta, Pancho paró y dejó el depósito de rigor. La idea es no tener problemas con esa gente, me dice.
Y para la casa.

lunes, 4 de noviembre de 2019

Paseo del domingo 3 de noviembre

Entre días tan convulsionados que Víctor llama “la protesta perfecta”, bien nos venía ir al cerro.
Era el último día de un fin de semana largo, llegamos Alejandra, Víctor y yo, Soledad. El cielo sin
ninguna nube, pronosticaba mucho calor por lo que elegimos la UC que se supone más sombrío, lo
que lamentablemente la sequía hace menos frondoso. Fue una mañana muy conversada. A la ida
Alejandra nos contó de su emprendimiento “noixetchocolat” en Instagram, delicias y tentaciones
de nueces, que le ha servido incluso para mejorar sus habilidades matemáticas, pues ha tenido
que aplicar la regla de 3 y el pi para calcular la circunferencia y el número de comensales de una
torta, confirmando que el aprendizaje se logra mejor sin stress, ahí en la cocina, langüeteando
manjar e ideando alfajores de nuez.

Soledad Tagle y Alejandra Cambiaso
En el resto del camino el tema fue la asesoría de Víctor en torno a nuestras jubilaciones. Una
suerte tener un compañero de cerro con ese expertice en estos momentos, dispuesto a
explicarnos con peras y manzanas los detalles, logró que reivindicáramos un poquito la fe en las
AFP.

Víctor Bunster y Alejandra
Cada vez más ciclistas, claro que descubrimos que varios tienen bicicletas que elegantemente
llaman con asistencia eléctrica, para disimular que se van a la “cochiguagua” cuesta arriba y bajan
“como las velas”. A la vuelta el tema fue la contingencia nacional, como de un día para otro
cambió Chile, despertó, destruyó, reflexionó, recapacitó, muchos verbos en pretérito que pueden
ser reemplazados por un presente sin condicional.

Víctor
Películas recomendadas: El espejo, pueblo en que los habitantes pedalean para proveer de
electricidad; Una aventura extraordinaria y Estrella en la tierra.