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domingo, 28 de septiembre de 2014

A la Playa en modo think tank

Paso a buscar a la Alejandra y llegamos cuando ya estaban todos los que serían; Pancho, Martín Wielandt, Paula Christensen, Francisco Bilbao (trabaja con Pancho), la Alejandra Cambiaso y yo, Gabriel.

en la playa o cumbre, descansando
Mucha algarabía por la presencia de Paula y Alejandra, que se iba al día siguiente a "la isla" a su trabajo en el Explora. También por la presencia de Martín, que es factor de animadas dosis de humor en las conversaciones.

Paula, Francisoc Bilbao y la Alejandra
Breve debate y nos vamos al cerro de la playita,al frente de la Ermita. Nos vamos en dos autos pues supuestamente Martín podría volverse antes. Al final nos volvimos todos juntos, pues la vuelta fue temprano, sin apurar el tranco.

Martín y Alejandra
Comento que del curso de la ciencia de la felicidad que sigo en la universidad de Berkeley (link), gratis, he aprendido que esta actividad que hacemos los domingos aporta tres ingredientes claves para la felicidad:

  1. Contacto con la naturaleza
  2. Ejercicio
  3. Sociabilización
Algo que intuimos, pero que ahora queda certificado.

Paula y Francisco Bilbao
Planteé un tema, para el cual el grupo operó como un verdadero think tank. Mujeres de entre 50 y 65 años, separadas, piden ayuda pues necesitan solventar sus gastos, lo que no están logrando.

Ventas, salta el primero. Que se ofrezcan en funciones de ventas. 
Que cocinen y vendan sus productos, opina otra.
Que se ofrezcan para hacerse cargo en empresas de labores de organización de comidas, eventos, labores que una dueña de casa siempre tuvo que hacer.
Deben ser tratadas caso a caso, pues las historias serán determinantes a la hora de orientarlas en una u otra dirección. Coaching podría ser útil.
Posiblemente tendrían que ser entrenadas para incorporar prácticas del tipo levantarse temprano, viajar en la movilización colectiva con multitudes, cosas que pueden no estar acostumbradas e incluso resistir. Más la práctica del trabajo rutinario de muchos trabajos por largas jornadas de trabajo.
Explotar sus capacidades maternales, en labores del tipo cuidado de guaguas, cultivo de plantas, etc.
Capacitarlas en temas de la tecnología para que sepan usar esa poderosa herramientas, versatil y a veces fuentes de novedosas oportunidades.

Que tal ? Alguno quería hasta cobrar por sus aportes.

Paula, Pancho y Francisco Bilbao
La subida empieza con pedazos escarpados, entre matorrales y arbustos. A medida que subimos se va suavizando, con unas vistas gloriosas, gracias al día mas bien despejado, primaveral, de temperatura muy grata.

Paula y Pancho Balart (el otro)
Otro tema breve, fue el lucro. Varios enojados incluso, con esto de que ahora no se puede ganar plata; por lo menos así lo entienden. Les hablé de un video que grabé con Enzo Cozzi donde trajimos a colación lo que decía el sabio chino Mencio y Mayol, en la actualidad, a través de su libro No al lucro (link).

Paula y Alejandra
Arriba descansamos, comimos diversas frutas y pasas de la Alejandra.
Y bajamos en animada conversación.

La verdad es una subida mas bien corta, lo que explica nuestra temprana vueltas a las casas.

domingo, 21 de septiembre de 2014

De Las Varas al Alto del Naranjo

Hoy era un dia especial. Despues de feriados de Fiestas Patrias 18 y 19, y justo el dia de inicio de la primavera.

Nos coordinamos con Annemarie para no llegar al punto de reunion y no encontrar a nadie, pero ya teniamos la certeza de que Pancho Balart estaria alli, habia ido a la Quinta Region y regresado el Sabado.
En el punto de reunion nos encontramos con Alejandra Cambiazo traida directamente desde la Isla de Pascua, Alfredo Lea-Plaza un eterno del grupo que hace mucho tienpo que no veia, Jose Salinas una nueva adquisicion como lo catalogo Gabriel hace un par de semanas y punto.


Anne Marie comiendo frutos secos y mirando el buho
Pero no... una llamada telefonica y a los pocos minutos se integraron Isabel y Eugenio. Eramos 8. El destino lo dictamino Pancho. Las Varas.

Isabel
Partimos en tres autos, Pancho cancelo un pack por el acceso (lo cual todos agradecimos ya que no quiso compartir le gasto, inferior a 8 * $1.500 que es lo pretendido por los cobradores) y emprendimos la marcha rumbo al oriente.

ahí viene el grupo; distingo a la Alejandra, la Anne Marie y a la Isabel
Atravesamos la laguna y comenzamos a trepar. El día estaba espectacular, despejado, el aire riquísimo, la primavera brotando por todos los poros. Los potreros verdes, las flores amarillas, azules, todas florecidas formaban mantos en el suelo de increíble belleza. La conversación dando tumbos por diferentes temas... El centro estuvo mas en la observación que en la conversación

paisaje
Llegado cierto punto la Isabel, Eugenio y Alfredo optaron por parar a descansar y retornar ya que Isabel necesitaba almorzar temprano con sus hijos. El resto, prendidos, quería continuar. Íbamos directo hacia arriba siempre en direccion Oriente. En ese punto Alejandra fue capaz de identificar el camino al Alto de Naranjo, por la antigua ruta del Sr Olmo. Sin saberlo recordó viejos tiempos y quiso continuar. Pancho también estaba prendido, pregunto cuanto faltaria para el Alto y yo conteste que unos 20 minutos, cifra que no era mentira, pero era por decir lo menos optimista.

estamos en primavera
Así llegamos al Alto del Naranjo, por primera vez para todos desde Las Varas. El día estaba espectacular. Compartimos naranjas, frutos secos y otras golosinas. Con otros excurcionistas que estaban bajo la sombra del arbol detectamos la presencia del eterno Buho del Alto, que hoy estaba en inmejorable posicion. Las fotos quizas no muestran lo cercano y claro que lo vimos por falta de zoom, mas impresionante que otras veces por lo despejado del lugar donde estaba.

Tucúquere en el arbol del Alto del Naranjo
lo ves allá arriba ?
Segun Wikipedia se trata de un Tucúquere  o Búho magallánico (Bubo virginianus magellanicus) ave nocturna, de plumaje rayado. Vive en Sudamérica, desde Tierra del Fuego hasta el centro de Perú, incluyendo el oeste de Bolivia, Argentina y en la mayor parte del territorio de Chile. Anida en laderas de quebradas o en nidos abandonados de Peuco, donde pone de 2 a 3 huevos casi redondos. Su peso varía entre los 650 g hasta 1 kg. Se ha reproducido exitosamente en cautiverio. Se alimenta de pequeños mamíferos, como roedores y conejos, reptiles e incluso peces. El nombre "tucúquere" es onomatopéyico, es decir que deriva de su vocalización. Su característica principal son las plumas o penachos que tiene en la cabeza, los que asemejan orejas o cuernos. Es una subespecie del búho cornudo. En septiembre del año 2009 se creó el nuevo billete de 5000 pesos chilenos en cuyo reverso aparece un tucúquere. Desde nuestro punto de observacion pensamos que a lo menos, menos, mide 30 cms de alto.

Pancho y la Alejandra, conversan con José Salinas
El retorno fue magico caminando en un dia despejado, que poco a poco paso a nublado por entre nubes que subian de Santiago. Luego volvio a ser despejado. La vuelta fue rapida, pero dada la gran distancia que caminamos, llegamos a los autos muy tarde y por lo mismo en todas las casas nos deben haber recibido con mala cara... pues o ya habian almorzado o estaban muertos de hambre.... Nuestras escusas para todos, pero fue una mañana excepcional.

Saludos,

(texto escrito por Francisco Toyos)

lunes, 15 de septiembre de 2014

Suave por las Varas

Por alguna razón, me quedé dormido. Despierto a las 8:30 y llamo a Pancho, que ya está en el punto de encuentro. Irían a Las Varas, así que apuré el paso y allá los encontré, ya andada una cuadra, después de pagar mi luca quinientos de la entrada.

Yo creo que esperaba un día de lluvia, como había sido buena parte del día anterior y jamás pensé que iba a amanecer totalmente despejado, un día luminoso, con el aire traslúcido, como pocos.

Pancho en la delantera
El paisaje estaba glorioso, aparte del verde del suelo, con puro pasto nuevo. Mucho pájaro cantando, brisa soplando. Exquisito.

Eramos cuatro, Pancho, Eugenio y la Isabel y yo, Gabriel.

Eugenio, Isabel y Pancho, en el tranque
Llegamos al tranque que tenía agua. Recuerdo la última vez que pasé por ahí, estaba completamente seco. Ahora había un buen stock de agua, quizás un tercio de un lleno total.

Isabel, más atrás Eugenio
Seguimos por la calle hacia el norte, sin tomar la ruta de ascenso. De repente tomamos una variante de ascenso, que según Pancho iba al Alto del Naranjo. Pero llegamos hasta unas ruinas de una casita o refugio, donde nos instalamos a comer las mandarinas de Pancho y pasas de Eugenio.

Gabriel, Pancho y Eugenio
Conté de mis cursos por Internet. Primero, el de China, con la guerra del opio, que fue el tema de la última semana, donde me enteré que Inglaterra, defendiendo a sus súbditos traficantes, humilló a ese imperio con una derrota aplastante, más un tratado de miedo. Bien fea esa historia para los ingleses, mis antepasados. Aparte de que fue ahí que se hicieron de Hongkong en 1842.

una vista increíble del Plomo
El otro curso, el de la felicidad, pasó a ser tema. Claramente lo que estábamos haciendo ahí, tanto por el ejercicio, como por el contacto con la naturaleza, como por la parte social, era un súper momento de felicidad.
Derivamos por senderos extraños, de las conductas correctas, o deber ser, hasta el mensaje de Jesucristo, por parte de Eugenio.

Gabriel, Isabel y Pancho (foto sacada por Eugenio)
Bajamos temprano, por compromisos que teníamos varios. Grato descenso, en que nos pasaron una cuadrilla de baqueanos de a caballo, con su perros.

Grato y ameno paseo, intensamente disfrutado.

lunes, 8 de septiembre de 2014

Destino las Vizcachas por la Católica

Cinco hombres llegaron ayer domingo al punto de encuentro: Pancho, Victor Bunster padre e hijo, Dirk, José Salinas (una nueva adquisición) y quien habla, Gabriel.

Pancho, Dirk, Victor y José
Para donde vamos?
Pochoco, propuse yo. Pancho hizo unos gestos de disgusto.
Víctor padre propuso ir a la Católica y subir Las Vizcachas, que antes había hecho una aproximación con Eugenio.
Acogida la moción y partimos en varias caravanas con todos los autos a ese destino.

José Salinas
Dirk
Notables las instalaciones de la Católica, especialmente la caballerizas. Pagamos una entrada de $1.500 por persona y $500 los de tercera edad (varios) y dejamos nuestros nombres anotados en unas hojas, con el compromiso que al pasar de vuelta avisáramos de nuestra vuelta.

José y Pancho
La primera parte, hacia la derecha, bastante plana y verde, con las últimas lluvias. Pasamos una gruta con una virgen adentro, en un hoyo, en una bajada.
Poco a poco iremos ascendiendo por una zona de arbustos grandes, que con el verdor del suelo, producen un espectáculo muy bello.

Víctor Bunster hijo y José Salinas
Finalmente, después de una relativamente larga caminata, llegamos a una primera cima, con vista al otro lado del cerro de la derecha, a Santiago.
A esa hora del día, aun no llegaba el smog a los barrios más altos de Santiago, por lo que la vista de la ciudad era espectacular.

Víctor padre
El día estaba mas bien despejado hacia la costa y con nubes altas hacia la cordillera y sobre nosotros. No hacía frío.

Nos topamos con algunas personas que nos pasaron en bicicleta, de ida y de vuelta. También algunos caminantes, especialmente cuando descansábamos, en nuestra cumbre del día, a unos 20 minutos de la cumbre misma. No llegamos a la cumbre.
ya bajando
En esa cumbre, comimos de las naranjas de Pancho y frutos secos de José; un excelente mix, comprado en la Vega, por él mismo.

Víctor Bunster y Dirk, sentados en lo que fue su cumbre
Víctor, hijo de Víctor, estudia en Melbourne, Australia y está de paso por aquí. Está sacando un doctorado en arquitectura. Buenas conversaciones en su linea: están produciendo casas completas con mega impresoras 3D; pasa a verlo.

vista de Santiago
José Salinas, originario de Concepción, trabaja en Blumos, empresa que comercializa productos para la industria alimenticia y química. Es propiedad de un gran amigo mio de la juventud, Roberto Blum.
Trabaja en el departamento de compras y nos compartió temas de interés de cómo se producen algunos alimentos y bebidas que consumimos.

Grandes visitas, ambos.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Paseo por el día a lo de Martín Wielandt en Mallarauco

Martín Wielandt, hizo una invitación a los subecerros a almorzar a sus tierras en Mallarauco, con subida de cerro matinal.
Allá llegamos un buen lote de subecerros, con algunas ausencias importantes: María Elena del Valle, Toyos, Jeannie, Rebeca Dominguez.

foto de cumbre
El día fue espléndido, tanto por el grupo que se reunió, el lugar, la casa y alrededores, como por la subida del cerro que tiene Martín, ahí en la puerta de su casa.

cruzando el canal; turno de la Marisol
Los que subiríamos el cerro llegamos allá pasadito las 9 de la mañana y arremetimos cerro arriba, poco después de llegar y hacer un tour de reconocimiento de la casa y jardines.

Mireya, detrás la Consuelo y luego la Andrea, mi hija
Pronto llegamos a un importante canal de regadío, de donde Martín se abastece de agua, donde nos topamos con el cuidador del campo. Cruzamos por un palo, asujetados de un alambre púa y seguimos cerro arriba, sobre un terreno húmedo, después de las lluvias torrenciales de la noche previa al día anterior.
De hecho en la última parte, bastante más empinada, los resbalones estuvieron a la orden del día.
Yo personalmente, a la vuelta, me dí un buen porrazo, que vi como podía agarrar vuelo muy rápidamente cerro abajo, por la pendiente. Unas ramas me detuvieron, con el costo y sacrificio posterior de mi polera que quedó con un bonito forado.

Eugenio y Mireya

Dirk le pisa por talones a Martín,
mas adelante van Pancho y la Marisol
Al llegar a la cumbre, vimos que podíamos seguir mucho más allá, pero con pendientes mas amigables. Como eran las 11:30 mas o menos, optamos por llegar hasta ahí. Mi hija y su pareja, Pablo, siguieron otro poco, en son exploratorio.
Compartimos múltiples frutos secos, naranjas y mandarinas y sacamos fotos en la cumbre.

foto de cumbre
La bajada fue más dura, con algún caído y mucho más cuidado en los pasos que íbamos dando.
Llegamos sin novedad al canal, donde Martín nos invitó a seguir su borde aguas arriba y recorrer su campo.


Recorrimos las plantaciones de higueras y próximos pomelos. De ahí pasamos a ver el secador de higos que hizo con la asesoría de Andrés Reutter y nos fuimos a la casa, para el festín que nos esperaba.

Martín plantea las rutas posibles
Duchas, algunos. Aperitivo bundante. Buenas conversas y a sentarse a la mesa.
Carnes, pollo, verduras y guisos varios, todo exquisito. Vinos, bebidas, brindis, alegría y buena onda a destajo.

higuera, podad y bajadas sus ramas; riego por goteo
Terminamos sentados adentro, en el living, calentados por una exquisita chimenea. La conversación ahí, recuerdo fue sobre educación, un tema que la Francisca Dominguez, señora de Martín, maneja, pues trabaja en ello. Tema serio, con muchas posiciones, que dio para un buen rato.

casa y al fondo, el banquete
Quiero destacar que todo el festín que nos dimos ahí fue labor de la Francisca, fundamentalmente, ayudada por su ayudante, muy comprometidas en todo lo que hacían.
Algunas ayudantes, mas que los ayudantes, y un buen surtido de postres aportados por las visitas.

Martín, en la cabecera; se ve la parrila humeante
Un tremendo paseo, de un buen grupo de amigos de la tribu de los subecerros, en un día, que dentro de todo, estuvo perfecto.

Mireya, Gabriel e Isabel
Y el lugar de los Wielandt - Domínguez, perfecto.

descanso con fotos
Que se repita y gracias, muchas gracias a todos y especialmente a los anfitriones, que se pasaron.

vista al valle de Marrarauc0