Martín Wielandt, hizo una invitación a los subecerros a almorzar a sus tierras en Mallarauco, con subida de cerro matinal.
Allá llegamos un buen lote de subecerros, con algunas ausencias importantes: María Elena del Valle, Toyos, Jeannie, Rebeca Dominguez.
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foto de cumbre |
El día fue espléndido, tanto por el grupo que se reunió, el lugar, la casa y alrededores, como por la subida del cerro que tiene Martín, ahí en la puerta de su casa.
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cruzando el canal; turno de la Marisol |
Los que subiríamos el cerro llegamos allá pasadito las 9 de la mañana y arremetimos cerro arriba, poco después de llegar y hacer un tour de reconocimiento de la casa y jardines.
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Mireya, detrás la Consuelo y luego la Andrea, mi hija |
Pronto llegamos a un importante canal de regadío, de donde Martín se abastece de agua, donde nos topamos con el cuidador del campo. Cruzamos por un palo, asujetados de un alambre púa y seguimos cerro arriba, sobre un terreno húmedo, después de las lluvias torrenciales de la noche previa al día anterior.
De hecho en la última parte, bastante más empinada, los resbalones estuvieron a la orden del día.
Yo personalmente, a la vuelta, me dí un buen porrazo, que vi como podía agarrar vuelo muy rápidamente cerro abajo, por la pendiente. Unas ramas me detuvieron, con el costo y sacrificio posterior de mi polera que quedó con un bonito forado.
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Eugenio y Mireya |
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Dirk le pisa por talones a Martín,
mas adelante van Pancho y la Marisol |
Al llegar a la cumbre, vimos que podíamos seguir mucho más allá, pero con pendientes mas amigables. Como eran las 11:30 mas o menos, optamos por llegar hasta ahí. Mi hija y su pareja, Pablo, siguieron otro poco, en son exploratorio.
Compartimos múltiples frutos secos, naranjas y mandarinas y sacamos fotos en la cumbre.
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foto de cumbre |
La bajada fue más dura, con algún caído y mucho más cuidado en los pasos que íbamos dando.
Llegamos sin novedad al canal, donde Martín nos invitó a seguir su borde aguas arriba y recorrer su campo.
Recorrimos las plantaciones de higueras y próximos pomelos. De ahí pasamos a ver el secador de higos que hizo con la asesoría de Andrés Reutter y nos fuimos a la casa, para el festín que nos esperaba.
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Martín plantea las rutas posibles |
Duchas, algunos. Aperitivo bundante. Buenas conversas y a sentarse a la mesa.
Carnes, pollo, verduras y guisos varios, todo exquisito. Vinos, bebidas, brindis, alegría y buena onda a destajo.
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higuera, podad y bajadas sus ramas; riego por goteo |
Terminamos sentados adentro, en el living, calentados por una exquisita chimenea. La conversación ahí, recuerdo fue sobre educación, un tema que la Francisca Dominguez, señora de Martín, maneja, pues trabaja en ello. Tema serio, con muchas posiciones, que dio para un buen rato.
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casa y al fondo, el banquete |
Quiero destacar que todo el festín que nos dimos ahí fue labor de la Francisca, fundamentalmente, ayudada por su ayudante, muy comprometidas en todo lo que hacían.
Algunas ayudantes, mas que los ayudantes, y un buen surtido de postres aportados por las visitas.
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Martín, en la cabecera; se ve la parrila humeante |
Un tremendo paseo, de un buen grupo de amigos de la tribu de los subecerros, en un día, que dentro de todo, estuvo perfecto.
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Mireya, Gabriel e Isabel |
Y el lugar de los Wielandt - Domínguez, perfecto.
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descanso con fotos |
Que se repita y gracias, muchas gracias a todos y especialmente a los anfitriones, que se pasaron.
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vista al valle de Marrarauc0 |
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