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lunes, 23 de marzo de 2020

Subecerros a dos metros de distancia

Conversabamos con Annemarie cual seria la actitud de los Subecerros este domingo dada la Pandemia del Coronavirus. Según pensamos los integrantes de este selecto grupo nos acercamos levemente al grupo etario que puede presentar dificultades con este virus y por eso quizás habría que seguir estrictamente la instrucción #QuedateEnCasa, pero por otro lado si el bicho te ataca, es bueno tener la mejor salud posible, cosa en que si ayuda la actividad de los Subecerros.

molino
Concluimos que era mejor asistir a la cita, manteniendo ciertas reglas que íbamos a proponer al grupo, mantener distancia entre nosotros y viajar cada uno en su auto, es decir no aceptar el “Car Pull” habitual que es tan grato. Así en contacto con la naturaleza y cero riesgo.

Annemarie
Nos dirigimos muy animados al punto de encuentro a ver cuantos Subecerros aparecían, pero nos quedamos con la duda ya que el Toyos se quedo dormido y llegamos al punto de encuentro cerca de las 9. El no encontrar autos estacionados en la calle frente a la bomba de bencina ni en el Lider no significa que los Subecerros no asistieron. Ellos podían haber decidido también eliminar el “Car Pull”.

paso emboscado
En resumen no sabemos si un grupo de Subecerros salió a la hora que correspondía, pero aquí va el reporte de nuestra actividad.

Nos dirigimos hacia La Dehesa, pero esta vez hacia “El Molino”. Dimos vueltas por varias partes buscando una entrada, pero solo construcciones y rejas con alambres de púa. Cero acceso.

sendero de cerro
Después de mucho buscar encontramos una calle sin salida que terminaba en la entrada con el típico letrero “Propiedad Privada - No Entrar”. Nos bajamos para ver si podíamos solicitar permiso de ingreso, cuando descubrimos a la izquierda la reja de una casa abierta. Nos pareció extraño. Investigamos y nos dimos cuenta que era una escalera construida por la Municipalidad de Barnechea para dar acceso a un paseo al lado del cause del río. Por allí entramos. Por supuesto este paseo nos dejo al lado del río seco y nos devolvía a la ciudad, pero la reja hacia los cerros estaba rota y pudimos entrar.

estero
El camino al principio fue un poco tortuoso porque se tuvo que cruzar dos veces el lecho del río entre zarzamoras, pero después de esto llegamos a rutas muy cómodas, bien demarcadas y conocidas por mi de años pretéritos.

Annemarie en cascada
Nos sorprendió en el avance de la ruta el escuchar el fuir de agua y luego ver como corría el agua. La caminata al principio fue un largo trecho casi plano, para después subir suavemente. El río comenzó a verse claramente con pozas y finalmente con una cascada de unos dos metros de altura.

descansando a la orilla del estero
Subimos hasta frente a las casas de la entrada de Santa Martina y posteriormente bajamos por la misma ruta haciendo una parada al lado de una gran poza del río.

Una linda mañana, en que por dormido quizás, nos falto la compañía de otros miembros del grupo.

Francisco

domingo, 8 de marzo de 2020

Un tobillo convaleciente nos lleva nuevamente a las Caballerizas

Ahí estaba Pancho, cuando llegué. Vamos a tomarnos un café, le digo. Y partimos a la cafetería.
Cuando tuvimos los cafés en nuestras manos, nos esperaban en una mesa Víctor y la Soledad.
Esos cuatro seriamos.

La Soledad pide algo no muy difícil, pues se torció el tobillo en el verano y quiere no exigirle mucho al pie. Ella misma propone las Caballerizas y para allá partimos.
Dejamos tres autos en el Lider y seguimos todos juntos, en el auto de Víctor.

Gabriel y Pancho; atrás la virgen
La noticia que me impactó, es que la Soledad deja de hacer clases en la universidad, afectada en buena medida con lo difícil que está hacer clases en las universidades y las cosas que le toca enfrentar. Mucho le afectó cuando se enteró que un tranquilo alumno suyo de sexto año de medicina, jugando a quien sabe qué, en la primera línea de alguna marcha, perdió un ojo, por impacto de proyectil. Aparte, algo cansada con la pérdida de autoridad de los profesores frente a los alumnos.
Igual ella pensaba retirarse, pero los hechos del año pasado la convencieron de apurar su salida.

Qué cagada, pensé. La educación ya es un buen desastre, pero si los profesores, bastante mal pagados en general (lo se por experiencia propia), se empiezan a retirar, la cosa se pone realmente mala.

Tomamos la ruta de la izquierda, que es la de ascenso más suave. El piso por el que caminamos parece trumao del sur; al poner cada pie en el suelo, se levanta el polvo. Eso es lo que hay en los potreros circundantes, pura tierra.
Y de los árboles, demasiada mortandad. La sequía que nos embarga es brutal.
El día soleado, caluroso. La suave brisa algo nos ayuda.

Soledad y Víctor; atrás Santa Martina
Hoy es día de marchas y concentraciones; es el día de la mujer. Una fecha anunciada de movilizaciones. Nuestras posiciones son divergentes. A la base, me quedo con la sensación de que el movimiento feminista es una verdadera revolución paralela a todo lo que está pasando, que no entendemos bien.

Nos instalamos arriba en la virgen con mesa y banquetas, donde bebimos y comimos las cosas que llevábamos. Semillas, naranjas, básicamente.
Nos percatamos que Santa Martina dejó de regar las canchas de golf, que aparecen amarillas en buena parte. Así está la cosa.
Recuerdo que estuvimos mucho rato ahí, mientras pasaban para un lado y para el otro, muchos ciclistas, la mayoría de ellos con motorcillos escondidos.

pisando el polvo del suelo
Finalmente emprendimos la vuelta por donde mismo habíamos subido; es más suave. Se me hizo bastante corta la vuelta, donde en muchos momentos me alejé adelante, momentos que aproveché para contemplar la vista del valle de Santiago y la vista de la vegetación alrededor.

El máximo placer, fue sentarnos en los mullidos asientos del auto de Víctor. Y a la casa.

Nota: un dato de un tipo de gimnasia sanadora de la Soledad: método feldenkrais (+)

domingo, 1 de marzo de 2020

A las Caballerizas a la vuelta de las vacaciones

Domingo 1ero de marzo. Las últimas dos veces, había subido solo con Pancho y pensaba que él en estos días estaría veraneando en la costa. Si no hay nadie, me voy al Pochoco, venía pensando.
Iba un poco tarde y al llegar, ya estaban Pancho, Eugenio y Víctor Bunster. Detrás mio llegó Francisco Toyos y la Anne Marie. Bueno, fuimos seis, para mi grata sorpresa.

Gabriel, Pancho, Eugenio, Víctor y Francisco
Dije que las últimas veces habíamos ido con Pancho a una buena ruta, nueva, por Las Varas. La opción esta vez fue las Caballerizas; o Huinganal.
Para allá partimos en el auto de Víctor, dejando nuestros autos en el Lider, un poco más abajo.

Pancho partió adelante y eligió la ruta de la izquierda, la de más suave ascenso. Por ahí mismo volveríamos.

Anne Marie y Francisco
Las tierras resecas. Los árboles, una buena parte, muertos por la sequía. Triste escenario.

Tema del plebiscito, más bien escuché. Cinco rechazos, un apruebo. Yo, el apruebo. Todos mis amigos son de derecha; o buena parte.
Recuerdo haber dicho que lo que nos toca es inventar un Chile nuevo, distinto. Y algunos dale con los riesgos de convertirnos en un Venezuela. Inventemos el Chile que queremos. No hubo interés, o ideas. Al final les dije, de nosotros parece no va a salir; serán nuestros hijos los que inventarán el siguiente Chile. Una persona aprobó esto.

saludando a los paseantes a caballo
Habían una bellas flores a ras de piso. La Anne Marie se agachó para sacarles foto, con regular éxito. Yo después les saqué foto sin agacharme. Viejos de mierda; no he ido a ver esa obra de teatro.

flor del desierto
varias de las mismas flores
Estuvimos mucho rato en la mesa con banquetas, que es nuestra cumbre. Conversando, mirando, comiendo nuestras meriendas. Pasaron unos tipos a caballo y pasaron unos tipos en bicicleta y pasaron otros a pie. Pasó gente. Y nosotros seguíamos ahí, sin movernos. No queríamos irnos. estábamos muy a gusto. La partida fue lenta; nos pusimos de pie y ahí seguimos. Yo de repente arremetí y esa fue la largada de vuelta.

Francisco, Víctor, Eugenio, Pancho y más adelante Anne Marie
Bajamos muy lento. Yo me arrancaba adelante y luego paraba y los esperaba. Esto varias veces. No querían volver a casa. Conversaban sin parar. Uno de los temas fue el tema de la pensión próxima, parece, de la Anne Marie. Que AFP o Cia de Seguros ? Etc.
El que sabe de estas cosas es Victor. Es nuestro asesor con autoridad.

de qué crees que conversan esos cuatro ?
Que agradable es sentarse después de varias horas subiendo y bajando en un mullido asiento a la sombra, al interior del auto. Lo disfrutamos; lo comentamos.
Y nos fuimos de vuelta a los autos en el Lider. Yo recibí un llamado y terminé entrando al Lider a comprar.

Un buen inicio de nuestras subidas de cerros, de vuelta de nuestras vacaciones. Con buen quorum, además.