Fuimos cuatro hombres esta vez. Pancho, Víctor, Eugenio Lagos y yo, Gabriel. Mucha mascarilla en Eugenio y Víctor. Pancho y Gabriel, más descuidados.
Nos fuimos en dos autos. Eugenio dejó su auto en la casa de Pancho.
En el camino, Pancho reconoció a Sergio Del Delpero, que iba caminando por la vereda. De hecho se va a pie desde su casa.
Nos pasó en la ruta, preguntando por las mujeres ausentes. Después nos encontraríamos en la misma cumbre de la semana pasada; esta vez estaba con su hija, que venía de subir una cumbre más alta.
Pancho, regando su arbolito |
Íbamos cada uno con una sobre dosis de agua, por esta campaña de "apadrina un árbol", que el mismo Delpero había instalado en nosotros.
Nosotros la propagamos en nuestro grupo y sacamos un Logo o panfleto, para impulsar esta estupenda idea, en estos tiempos de verano e intensa sequía.
Diseñador: Santiago Cabezas Izquierdo (mi sobrino) |
Ya en la cumbre de destino, conversando con Delpero y su hija, cada uno buscó por ahí el arbolito que apadrinaría. Yo caminé hacia adelante y elegí mi arbustito. Me agaché; con el bastón despejé de hojas y cavé una pequeña zanja. Y ahí derramé todo el contenido de mi agua adicional. Luego tapé la zona con hojas y tierra y me retiré. Se me olvidó traer un plastiquito, para poner sobre el agua derramada y así impedir la rápida evaporación.
Sergio Delpero y su hija |
Había iniciado mi compromiso de apadrinar un árbol.
Y así lo hizo cada uno de mis compañeros de cordada.
antes (por Eugenio Lagos en Quintay) |
después |
Hacía calor. Comimos naranjas de Pancho, unos pocos frutos secos. Mucha conversa animada con Delpero y su hija y nos fuimos. Ellos por delante, tomando más y más distancia.
En un recodo del canino, paramos para que Eugenio nos contara sus innovaciones de plantaciones en Quintay. Y mientras estábamos en eso pasa por nuestro lado, cinco o seis caballos con sus jinetes paseantes; y un perro.