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lunes, 28 de abril de 2014

Día soleado, después de un sábado gris.
Llego a las Shell y la cafetería está operativa. Pancho no ha llegado y me bajo y voy a verla como quedó.
Ahí me encuentro con Mireya y Carmen María, que conversaban con otro tipo, buscando ellas a nuestro grupo. Nos habíamos conocido en el cerro de las caballerizas algunas semanas atrás. Acogieron la invitación que les hicimos con Pancho esa vez.

Llegan después la Anne Marie, Francisco Toyos, Eugenio y la Isabel, Pancho y Dirk. Seremos nueve.

Dirk, Pancho, Anne Marie, Mireya, Francisco, Eugenio, Isabel y Carmen María
Destino, los tubos, desde la Ermita. Partimos en dos autos. Dejamos el resto en la calle de siempre.

Es una ruta poco transitada, la de los tubos. La cruzada del río, tiene un puente medio tapado a la entrada por zarzamoras y después hay varias tablas que faltan, así que cruzamos con cuidado.
A la vuelta sacaría mi tijera de podar, que ahora siempre acarreo y cortaría un lote de ramas que obstruían.

cruzando el puente
La primera parte es escarpada. Mireya y Carmen María van mas bien silenciosas, probando sus zapatillas nuevas. El sendero está poco claro, pero igual creo que lo seguimos perfecto. Llegamos a la bocatoma, donde hacemos un alto y sacamos algunas fotos.

vista del río
Pancho propone variar e irnos por el canal, que en todo su recorrido es un camino pavimentado, con algunas perforaciones y bordes reducidos por los matorrales, con alturas en algunos casos vertiginosas.

Carmen María y Francisco; atrás la Isabel y Eugenio
Pancho encuentra el camino de ascenso y subimos hasta la cumbre. Seguimos cerro arriba, conversando animádamente. El camino es en ascenso, pero ni tan difícil.

No estuve en la cima de ese día, pues la Carmen María se agotó y me quedé con ella. Según después contarían cuando volvieron de bajada, habían hecho cima solo un poco más arriba de donde habíamos quedado con Carmen María.

Carmen María
En todo caso, fue una buena instancia de conocerla y tener una buena conversación.

Estuvo perfecto en cuanto a sol y temperatura. A la bajada, de repente empezó a soplar un viento fuerte que venía de Santiago, frío, que hizo que tuviera que apretar mi gorro para que no se volara y varios se pusieron sus polars.

Isabel, Dirk, Francisco y Anne Marie
En la bajada Anne Marie y Pancho tuvieron sus resbalones, pero no así las nuevas. Ello, sospecho, las dejó más confiadas en sus destrezas subecerros.

Un buen día, un buen paseo, con gratas nuevas incorporaciones.

vista hacia el otro lado, hacia el sur
Me entero que arriba en la cumbre, Anne Marie dirigió unas danzas, de las que Pancho me envió un par de fotos:


lunes, 21 de abril de 2014

Al Pochocón de a tres en domingo de Pascua

Llegamos un poco pasadas las 8:30 y Pancho estaba esperándonos (Isabel y Eugenio), lo habíamos contactado por wsp para saber si iría y nos confirmó entusiasta como siempre.

Constatamos que la Shell reabrió la cafetería, les paso el dato.

Pancho propuso ir al Pochocón y para allá partimos en su auto, manejando yo, Eugenio. 

El día mostraba que iba a estar caluroso y así fue.

Eugenio y Pancho
Llegamos al lugar donde estacionamos, en una curva donde parte el camino de tierra y enfilamos hacia arriba, cruzamos por el costado cara de palo el portón y dos perros que al principio asustaron a la Isabel, se nos acercaron cariñosos, al final resultaron un par de buenos caminantes y malos para cazar conejos a los que les hicieron empeño todo el camino sin que los viéramos corretear a ninguno.

La subida pesada nos entró el habla hasta que entramos en calor, nos sacamos los polar con que partimos y además ya empezaba a calentar el sol en algunos tramos del camino. Nos fuimos poniendo al día de las actividades de los respectivos hijos, sus estudios, sus perspectivas laborales e intereses. 

Casi  sin darnos mucho cuenta ya habíamos subido bastante y mirábamos la ladera del frente donde está la subida al Alto del Naranjo tratando de identificar senderos que Pancho conoce bien, hacia Santiago la nube de smog bastante menos densa probablemente producto de la poca actividad del fin de semana feriado y de los muchos autos que salieron de la ciudad.

Eugenio e Isabel
El sol ya iluminaba casi todo el cajón del río y la última parte de la subida es muy bonita porque se mete por una quebrada con árboles grandes, a la sombra de uno de ellos nos quedamos a compartir lo que cada uno llevaba.
Como a las 11 empezamos a bajar conversando de la reforma educacional, de tantas interrogantes que se abren y de la esperanza que creo todos tenemos que se ponga el énfasis en lo realmente importante que es mejorar la calidad de la educación. Sentimos que hasta ahora a ese tema, que es el mas difícil de lograr pero el mas importante, se le ha sacado el bulto y se ha centrado el debate en la gratuidad.

Bajando nos topamos con una pareja en una camioneta de una de las casas, que aparentemente habían ido a buscar a sus perros. No nos dijeron nada pero no debió parecerles bien que hayamos traspasado el portón.
Llegamos al auto y ahí sacamos un par de fotos para este reporte.

(texto y fotos de Eugenio Lagos)

domingo, 13 de abril de 2014

Al Potrerito con Thomas

Día muy especial; se reúnen viejos cracks del grupo de los subecerros y aparece una visita, un viejo amigo de este grupo, Thomas Walentowski. Que habla perfecto español, con tremendo acento alemán, incapaz de decir correctamente palabras como "errores", "rural" e incluso "perro".

llegando a la roca; Reutter espera
Nos encontramos en el punto de encuentro, al costado de la Shell, con una cafetería aun cerrada: Pancho Balart, Víctor Bunster, Eugenio y la Isabel, María Elena del Valle, Andrés Reutter, Thomas Walentowski, la Consuelo y yo, Gabriel.

Gabriel, Pancho, Isabel, Andrés, Thomas y Víctor
Para donde vamos? Se acogió la opción del Potrerito. Y nos fuimos en dos autos, el de Thomas y el de Andrés.

Consuelo, Pancho, Isabel, María Elena, Andrés, Thomas, Eugenio
Día despejado, temperatura fresca de otoño; partimos con los polar puestos y mas arriba fueron desapareciendo. Aire traslúcido. Bellos paisajes.

Consuelo y María Elena
Poco antes de nuestro punto de inicio de caminata, unos 40 autos y muchos jóvenes, se preparaban a un paseo como el nuestro. Deben ser de algún curso universitario pensamos. Nunca nos habíamos encontrado por estos lados con tal concentración de autos y personas. Por suerte no era en nuestro mismo punto de ascenso.

Víctor, Consuelo, Pancho, Isabel, Eugenio, Thomas, María Elena y Andrés
Reutter, que está de una flacura inusual, tomó la delantera y el resto resoplábamos detrás. Notable estado físico, nos dejó en desigualdad de condiciones a los excedidos de atrás.

María Elena
La primera buena parada fue en el Potrerito mismo, en la roca. Sacamos fotos y comentamos la total sequedad del suelo. La sequía aquí se hace notar.

Pancho y la Consuelo
Indagamos bastante de Thomas, sus viajes, su estadía actual en Alemania, sus dos hijos, etc. Hicimos recuerdos, nos pasamos información de los clásicos de este grupo y su estar actual.

en grupos de a tres
La María Elena preguntó, ya instalados entre las dos rocas, arriba del agua, por la reforma tributaria, lo que dio para algunos comentarios y aprehensiones. Un tema que me sorprendió que ella preguntara, pues ni yo mucho me he preocupado de él, pero veo que está en bastantes bocas y cabezas, con buena dosis de aprehensión por el freno a la inversión, que probablemente traerá.

Eugenio y la Isabel, cuando el sol recién salía
Un estupendo paseo que termino con algunos de los comensales comiendo empanadas donde la Rosalía.

lunes, 7 de abril de 2014

Al Huinganal en otoño

Empieza a refrescar. El polar empieza a ser una pieza clave. Igual despejado.
Nos reunimos en el punto de encuentro, Pancho (que dormía cuando llegué), la Isabel y Eugenio, Cristian Estay, Víctor Bunster y yo, Gabriel.

Después de algunas vacilaciones partimos al Huinganal, al punto de partida de las caballerizas. Me fui adelante y el resto demoró en llegar, pues pasaron al Líder y dejaron ahí los autos y se subieron todos, los cinco, al auto de Pancho.

Cristian Estay, Víctor Bunster, Isabel, Pancho, Gabriel
Víctor tenía fresca una buena película vista el día anterior y yo las materias de mi curso de historia universal, donde me había dado cuenta que China podría haber sido una nación social demócrata, al estilo de EEUU, si EEUU hubiera apoyado a Chiang kai Shek, en vez de abandonarlo e irse con todo a apoyar a Europa, después de la segunda guerra mundial con el famoso plan Marshall. Y Rusia que apoyaba a ambos lados, por siaca, también abandonó a Chiang y se fue con todo a apoyar a Mao. Victor me decía, pero China ahora más parece un país capitalista que comunista. Capitalista de Estado, es lo que es, y está siendo un importante referente en este momento para muchas naciones.
Que tema.

Eugenio y la Isabel punteando
Nos fuimos por el lado izquierdo. tomando alguna variante ascendente. Nos llamó la atención lo pelado que estaba el terreno. Seco, terroso, desértico. Realmente hace falta una buena lluvia. Pero no de golpe decía Eugenio, porque así como está el terreno, la erosión sería caballa.

Eugenio y detrás Pancho
Descansábamos debajo de un árbol, cuando vimos que venía un tipo subiendo al trote. Todos nos quedamos absortos mirándolo, hasta que se sentó a descansar poco más allá. Y después de un rato, se paró y volvió sobre sus pasos, igualmente al trote.

la mesa puesta y el perro que nos acompañó a la vista
Seguimos hasta la cumbre, pasamos la puerta y seguimos hasta la mesa con banquetas frente a la virgen. Nos llamó la atención lo bien techada que se encontraba.
Comimos abundantes alimentos que varios aportaron. Pancho falló con sus naranjas, pero depositó arriba de la mesa potes con maní y otro con nueces. Uvas de Víctor, galletas de Cristian, frutos secos de Eugenio. Bundante.

Pancho y la Isabel
Pancho sugirió volver sobre nuestros pasos y bajar por donde mismo habíamos subido y eso hicimos. Es un descenso más suave.
Poco más abajo divisamos un par de mujeres, rucias, atractivas de lejos y al poco rato nos pasan bajando dos bicicletas a todo dar. Nos impresionó con Pancho lo arriesgado de la carrera; cualquier tropiezo y la caída sería más que seria.

Cristian Estay
Las mujeres volvieron sobre sus pasos y quedaron por delante de nosotros, también descendiendo. Otro ciclista nos pasa y pasa luego a las mujeres, soplado. Que salvaje, le comenté a Pancho, lo que pueden hacer la imagen de dos mujeres atractivas; los hombres se transforman en unos desaforados. Así es las custión nomás de la atracción de los sexos.

Eugenio y la Isabel
Al llegar a los autos con Pancho y ver que demoraban en llegar los demás, arranqué a un almuerzo que tenía con la familia de mi mujer.

Pancho
Un grato  paseo, en un bello día, con un estupendo grupo de animada conversación.

caballos