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lunes, 5 de diciembre de 2022

Subida del domingo 13 de noviembre

Hace varias semanas que no participo (Eugenio) y, como cuando el caballo se va solo, me di cuenta que estaba tomando el camino para el antiguo punto de reunión de este grupo, en la bomba Shell de Las Condes con Camino a Farellones. Menos mal atiné justo y tomé Estoril para dirigirme a la casa de Pancho.
Llegué junto con Víctor y Gabriel y al minuto apareció Pancho por la puerta de su casa.
Ya no se pregunta donde vamos, cuestión que antes era bien entretenida y a veces motivo de una que otra discrepancia, que siempre se resolvía amistosamente.  Ahora se va siempre al mismo cerro, pero lo mas entretenido son las conversaciones y la amistad.
Partimos en el auto de Víctor y en el Gabriel y comprobamos que había pocos tempraneros a estar casi vacío el estacionamiento.

El día estaba precioso después de la intensa lluvia del sábado en la noche que dejó granizos y nieve en la cordillera, que a estas alturas del año ya estaba bien pilucha. Pensamos que el calor iría en aumento sin embargo no fué así, lentamente empezaron a aparecer nubes y un viento mas frío.
Hicimos la subida a buen ritmo y conversando de varios temas, la mayoría de la situación del país, la inestabilidad que se percibe en las inversiones, el control de la inflación y varios tópicos por ese estilo.
Observamos como el leve aumento en las lluvias del último inverno ha hecho brotar y reverdecer arbustos y árboles. El pasto, que salió con fuerza, ya se empieza poner amarillo.
Casi sin darnos cuenta llegamos al lugar del relajo en la cima.  El Manquehue se veía como un volcán en erupción gracias a una nube con la forma adecuada. 

La conversa, las mandarinas de Pancho, maní gringo de Gabriel y maní con miel que ofreció Pancho fue lo que compartimos.
Al poco rato, en vista de compromisos de almorzar con la familia de algunos, emprendimos el regreso. Oí que Gabriel dijo ¿bajamos por la derecha? y partimos. Al llegar a un cerco de alambre, nos topamos con un grupo de unas 8 personas, y un "guardia" que empieza a decirles que no pueden entrar porque es propiedad privada y para hacerlo deben pagar. Mientras el supuesto guardia hablaba Gabriel abrió y pasamos tranquilamente. Mientras nos increpaba a nosotros, que no le hicimos ningún caso, el otro grupo aprovechó de entrar tranquilamente.
El sendero de bajada se encuentra de nuevo con el famoso cerco, el que ya tiene una pasada "oficial". Se vé que cada día se obstaculiza mas el acceso a la precordillera de Santiago, es una lástima que no existan parques o zonas accesibles a los que quieren subecerrear.

Texto de Eugenio Lagos

viernes, 28 de octubre de 2022

Que pasa con los Subecerros???

El sábado pasado me encontré con Tito López y me pregunto “¿que le pasa a los Subecerros que ya no suben cerros?”. 

La respuesta es que los Subecerros si suben cerros,... pero no escriben. 

Quizás yo soy un poco el causante de eso, porque las ultimas veces que fui, saque las fotos y no escribí…. Y nunca mas, nadie mas escribió. 

Pero para no ser o no sentirme culpable, hare algo por remediar la situación.


El 28 de Agosto fue una salida de hombres solos, los mas habituales. Pancho, Victor y Gabriel.



Ese fin de semana con los Malayos subimos, mas bien dicho, intentamos subir al cerro La Cruz. Habia bastante nieve. Los Malayos llegaron, pero “nuestra cumbre” fue en la mitad del Cajon del Muerto.

El 4 de Septiembre salio el grupo que muestra la siguiente imagen

Ese fin de semana tambien con los Malayos subimos hasta el Valle del Suizo (pasado el Alto del Naranjo)

El 11 de septiembre fue un dia nubado y casi lluvioso. Muy, pero muy agradable. Fue una linda salida con Pancho, Victor, Gabriel, la Sole, la Annemarie y yo



Del fin de semana patrio no tengo registro fotografico de los Subecerros. Nosotros anduvimos en Rio Blanco subiendo un cerro que se llama “Mirador de Condores”… y se veian.

El 25 de septiembre fue una salida muy entretenida en que participo Enrique Molina y su pareja. Tambien fueron Pancho, Gabriel, Annemarie y yo




El 2 de octubre el grupo fue chico Pancho, Victor, Annemarie y yo





El 9 de octubre volvio Eugenio Lagos con los mas habituales Pancho, Victor y Gabriel


Ese fue un fin de semana largo y con Annemarie aprovechamos de subir el Cerro Mocoen, un cerro que se sube desde camino internacional a Mendoza y es como el cerro Provincia, pero frente a la ciudad de Los Andes.

Y estas fotos son las fotos del domingo pasado



Como pueden ver los Subecerros suben cerros todos los domingos

Y mas aun Pancho y Victor suben ademas todos los jueves

Asi que bienvenidos los que se quieran sumar, jueves y domingos.

El destino esta claro, aunque no haya que regar los arboles apadrinados.


domingo, 21 de agosto de 2022

Primavera bollante en los cerros

Salgo antes de la casa para pasar a echar bencina. $ 63.000 llenar el estanque, cuando no hace mucho tiempo gastaba unos $ 42.000. La cagó.
Llego un poco antes de la hora donde Pancho y después de un rato sale él.
Luego llega la Soledad Tagle y al poco rato Víctor Bunster.
Nos vamos altiro, en dos autos.


Nuevamente está en la puerta de entrada el mismo joven, con ganas de ficharnos y con el que tengo una breve conversación. Me dice que es su trabajo y debe pedir esa información. Pero que nos entiende, especialmente si llevamos años subiendo cerros, sin controles ni nadie que "nos cuide".
Confirma que pondrán una caseta con una puerta y cobrarán entrada.

El día precioso. El suelo verde intenso, de abundante pasto nuevo. Los arbustos y vegetación, con abundantes hojas nuevas. Muchos árboles vemos que sacrificaron en la sequía parte de sus ramas, porque los brotes no salen de todas las ramas.
Cielo despejado, calorcito, que hace que al poco andar nos saquemos los polerones.
En la cumbre, incluso sentiremos calor.


Ascendimos a la cumbre de los últimos fines de semana, por la misma ruta por la que bajamos el domingo pasado. Bella ruta; nueva para muchos de nosotros. 

Larga permanencia en la cumbre. Comiendo y conversando.
Santiago, relativamente claro, en cuanto a smog.
Aire traslúcido a la altura en que estábamos. Se veía hermosa la cordillera nevada.


Bajamos por la ruta habitual, cruzándonos con gente que venía en sentido contrario. Intercambiamos palabras con algunos de ellos. Le pregunté la edad a unos niños, pues había pensado traer a mis nietos que alojaron anoche en mi casa, que tienen 5 y 3 años. Casi no pude venir por ese hecho, pero al hacerla corta, que es esta cumbre, pasé sin problemas.

Llegamos a los autos, nos despedimos y todos los demás se fueron en el auto de Víctor, camino a la casa de Pancho, donde la Soledad había dejado el auto.

domingo, 14 de agosto de 2022

Cinco subimos, seis bajamos

Llego a la casa de Pancho y ya estaba ahí Víctor Bunster. No se sacó la mascarilla hasta bien andada la caminata. Dijo que le abrigaba. Era el único con esa protección a esta altura del partido.
Salió Pancho y al poco rato aparecen Francisco Toyos y la Anne Marie.
Partimos en los tres autos.

A la entrada había dos tipos, sí, eran los mismos de la vez pasada. Nos podrían dar sus nombres ? NO, les dije, rotundo. Y pasé por su lado mirándolos. No es obligación, nos dicen. 
Seguro que es porque nos quiere proteger. Recordé de inmediato el libro que leo Estupidocracia de Marcos Eguiguren, en que dice que tengamos mucho cuidado con las personas que vienen a protegernos, porque de seguro después te pedirán plata. 


El piso barroso de la semana pasada, se había endurecido. Fantástico. 
Deberías haberle dicho Rechazo en vez de un simple NO, me dice alguien.
El día está con nubes altas, frio, con pronósticos de lluvia, más tarde, cosa que nunca ocurrirá.
El verdor del piso ha aumentado. Las hojitas de arboles y arbustos, también han crecido. Los pájaros no cantan, gritan. Debe ser porque están felices.

Llegamos a nuestra mini cumbre y ahí estaba sentado alguien. Oye, le digo, este es nuestro lugar. Yo llegué primero, me dice. Bueno, hagámonos amigos entonces y me senté cerca suyo.
Después llegó Francisco Toyos y los saludó como a un viejo amigo.
De nombre Cesar Roa. Amistoso, locuaz, mucho mas subecerros que nosotros; sube dos veces a la semana. Bueno, aquí hay un par que están en ese ritmo.


Bajamos por una nueva ruta, que nos sugirió Cesar, por detrás. Ruta clara, mas suave, incluso bella por la cantidad de vegetación.
Llegamos temprano a los autos y llego poco pasados las 12 a mi casa.
Si, estamos flojetes. Será la pandemia, que nos dejó más arrastrados. Algo habremos de hacer.

domingo, 7 de agosto de 2022

Día maravilloso en los cerros

Necesitaba salir a los cerros. Anoche había llovido y los pronósticos para hoy eran de lluvia.
Pero amaneció despejado. Avisé que partía por el chat.
Llego a la casa de Pancho y está él esperándome al lado fuera de su casa. 
Antes de partir llamamos a Eugenio y a Víctor, los cuales confirmaron su no asistencia.
Y partimos, los dos solos.


Han amenazado con caseta y cobro de entrada. Solo había un cartel, que era un mapa.
Y había un piño de terneros y vacas por todos los lados, justo ahí en la puerta de entrada. Había una vaca joven y dos terneros, al lado fuera del cerco. Con Pancho logramos arrear a la vaca y al ternero más pequeño del lado del cerro. Pero tiranos la esponja con el ternero mayor; muy idiota, nunca entendió la idea.


Es época de nacimiento de terneros, pues había mucho ternero chico. Y en el suelo, poco pasto.
A la vuelta conversamos con dos huasos bien vestidos, con poncho, gorro y espuelas, que nos dijeron que los animales eran de ellos y que les daban fardos porque aun el pasto era insuficiente, pero promete.


Sí Víctor, el barro en algunas partes era excesivo. Nuestros zapatos se llenaban de barro en la base y era como caminar con pies de plomo. Difícil, pero la adhesión al piso mejoraba. No se si tanto el equilibrio, pues Pancho a la bajada, por este problema de exceso de barro en los zapatos, cayó sentado .. en el barro.


No nos topamos con nadie, en la subida. Nos fuimos a esa pequeña cumbre donde tenemos a los arboles apadrinados, que con las lluvias hemos abandonado.
La vista de Santiago, sin smog, cielo entre despejado y con hermosas nubes, maravillosa.
Se estaban formando nubes gordas y bajas, que confirmaban posibles lluvias no mucho mas tarde.
Bajemos mejor dice Pancho, no mucho después de comernos sus naranjas y mis manís con miel y castañas de cajú. La verdad creo que el único que comió fui yo.


Íbamos bajando y viene subiendo un tipo. Lo abordamos y le dijimos que era la primera persona que veíamos ese día, que hasta teníamos gana de abrazarlo (cosa que no hicimos). Fue divertido.
Poco más adelante, otro. Misma cosa, le dijimos que era el segundo con el que nos topábamos ese día. Recuerdo que le pregunté qué opinaba de un tema que llevábamos con Pancho: piensas como nosotros que lo que más atrae a las mujeres es la ternura ? Si, dijo. Y seguimos nuestro camino, con una sonrisa en la cara.


Barro, harto barro, en la bajada. El cielo se fue nublando de bella forma. La mezcla de despejado con nubes es fantástica. El suelo húmedo, verde y pasto saliendo por todos lados. Se fue la sensación de sequía permanente, dijimos.
Hojas nuevas en todos los arboles y arbustos. Ruido de pájaros. Que bella es la naturaleza.


Y nos fuimos encontrando con más gente y el piño de animales con que nos habíamos topado al partir, ahora estaba en otro lado, desplegado. Pasamos lento por entre ellos, apreciando a los terneros tan chicos algunos.


Llegamos al auto y a sacarnos el barro de los zapatos y a sacarnos los zapatos, los dos. Y nos fuimos comentando lo bueno que había sido, aparte de la tarea hecha.
Ah, le dije en un momento a Pancho, porque no hacíamos una junta de los subecerros históricos en su casa, un asado, más cargado para septiembre, octubre. Feliz, me dijo. Ya, yo seré el articulador, para que eso pase. Buena onda.

domingo, 17 de julio de 2022

Primer contacto con la nieve

Me vestí con abrigo extra. Sabía que haría frío pues la cordillera estaba nevada hasta bastante abajo. Cosa rara en periodo de sequía, en que se supone estamos.
Llegan a la casa de Pancho, Víctor, la Soledad y yo. En los estacionamientos del cerro, aparecen Francisco y la Anne Marie.


Un par de cabros parados después de "la puerta", nos indican que instalarán una caseta e iniciarán el control, para el cuidado de todos nosotros. Les dijimos que llevábamos cuarenta años sin control ni cuidado y andábamos muy bien. No, dijeron, lo que quieren cuidar es a la naturaleza, a los pajaritos. Bull shit.


Tomamos la ruta habitual y al llegar casi a la altura de nuestra cumbre habitual, Francisco influye para desviar al grupo hacia la izquierda, hacia la nieve.
Yo que venía último, dudé de seguir. Pero la marcación al hombre que me hizo Francisco, me hizo seguir con el grupo.


Y llegamos a la nieve, por un sendero cada vez mas barroso y al final con nieve, que a la bajada produciría varias caídas.
Llegamos a un mirador rocoso y ahí hicimos nuestra cumbre, donde comimos de las naranjas de Pancho y frutos secos de varios. Lo mejor fue un termo con chocolate caliente que tenía la Anne Marie, que todos apreciamos gracias a su generosidad.


La bajada fue al principio, del terror. Pancho dos veces llegó al piso, lo mismo Víctor. 
Nos cruzamos con varias personas, de ida y de vuelta, y yo me encontré con mi sobrino, Francisco RuizTagle, gerente general de la Papelera, que iba con una sobrina suya, psicóloga. Conversamos brevemente.


El día estaba nublado, frío, con cielo azul hacia la costa, que produciría una bellísima puesta de sol en la tarde.
Llegamos a los autos como a las 13:30 y nos despedimos habiendo hecho un trayecto como el doble del habitual, con varios bastante cansados, yo entre ellos.

domingo, 5 de junio de 2022

Aire limpio, bellas vistas, de la lluvia al sol

Iba con el limpiaparabrisas andando en forma intermitente, camino al punto de encuentro. Lluvia tenue, in crescendo. Al llegar a la casa de Pancho ya estaba la Soledad. Al poco rato sale Pancho y otro poco y llega Víctor.
La Anne Marie y Francisco Toyos nos encontrarán al partir en el cerro. El atraso es su norma.


Dia nublado, amenazante. Pero en vez, se fue abriendo. En la cumbre nos pegó de lleno el sol.
El piso, mojado. Poco barro. No llevé agua para mi arbusto apadrinado; si había llovido recién. Otros llevaron igual.

La muerte del padre de la Anne Marie, fue tema en la partida. Ella, bien, tranquila. 


La ciudad de Santiago, completamente despejada de smog. Una bella vista a la ciudad.

La María Elena amenazó con ir, pero al final no fue. La echamos de menos. Lo mismo a los Molina.

Conversamos harto, de diversos temas. Yo escuchaba a algunos que hablaban del futuro plebiscito y sus posiciones de su contenido, con a veces mucha emoción, incluso pena escuché a uno decir.


Yo de repente me vi explicando cosas del feminismo a partir de cosas que había aprendido de la lectura del libro de la Judith Butler. La revuelta es mayor; quieren modificar todo el sentido común, hegemónico, patriarcal, heterosexual. Y quieren que ser homosexual, lesbiana o bisexual, sean alternativas tan validas como las de la normalizada heterosexualidad. Si hasta el probar el lesbianismo entre las jóvenes se está haciendo habitual.


Nos pasaron dos mujeres jóvenes, tratándose de ida y de vuelta de "huevonas". Las alcanzamos más arriba descansado y yo las abordé y les pregunté porque se trataban de huevonas. Se rieron y no supieron contestarme. Es la moda diría después Víctor.


Estuvimos mucho rato en la cumbre compartiendo una amena conversación y comiendo las naranjas de Pancho, almendras, pasas y nueces con miel, damascos y kiwis secos, etc. Y disfrutando de la vista tanto a la ciudad como de las altas cumbres nevadas.


Llegamos a los autos como a las 12:30; temprano. Fue un grato encuentro, de ejercicio y caminata por la naturaleza.