Llegué al punto de encuentro, con mi hija Emilia y su pololo, el Negro (Roberto Náquira) ... y no llegó nadie más. Sorpresa.
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Emilia y Negro |
Propuse el Pochoco, cerro vedado para nuestro grupo, así que para allá partimos. El Negro no lo conocía y siendo un clásico, quiso conocerlo.
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Emilia |
No mucha gente, ni autos, la verdad. Me quedó claro que en fin de semana largo en esta época del año, la probabilidad de arrancarse fuera de Santiago es total.
Sentí pesada la primera parte, por lo escarpada, lo roto de la ruta y quizás mi estado físico con sobrepeso y un grupo que no ha estado haciendo subidas muy exigente el último tiempo.
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Negro y yo |
Arriba me encontré con un viejo japones, que vengo viendo de años, en el Pochoco. Algo conversamos, me dijo su nombre, que por supuesto no recuerdo y su edad, 77 años. Llegaría ese día solo hasta ahí, que es donde está el letrero de don Ugo Ravera.
Seguimos subiendo hasta un descanso más largo, en el Mirador. Ahí disfrutamos de la vista y tomamos un poco de agua.
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Emilia y Negro |
Seguimos subiendo y al llegar hasta el plano, justo frente a la cumbre, decidí llegar a una pequeña cumbre, pasado el escalón de rocas y dedicarme a la contemplación, descanso y meditación. Invité a la Emilia que llevara al Negro a la cumbre y me pasaran a buscar a la vuelta. Y eso hicieron.
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en el Mirador |
Me instalé. medité un rato y después me interné a la sombra de un arbusto donde prácticamente me tendí y dediqué a escuchar insectos y pájaros; a estar ahí.
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Negro alias Roberto Náquira |
Esperé hasta que volvieron Emilia y Negro de la cumbre y bajamos lentamente, en buena parte debido a que Negro subió con zapatillas planas por debajo y los resbalones eran uno tras otro.
Hubo partes en que simplemente bajó sentado, en cuatro patas.
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es lo que hay nomás |
Ya en el auto, nos fuimos adonde la Rosalia y nos comimos sendas empanadas. Exquisitas, a $ 1.500 cada una.
Ahí conocí a una encantadora bisnieta de la Rosalía, de unos 10 años, que jugaba en la caja con los billetes.
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Roberto |
Una grata subida de cerro, en familia, con total ausencia de otros subecerros.
Interesante bajada en modalidad potocross... Definitivamente no es una buena alternativa llevar a los que se inician en el tema de cerros al Pochoco. Esta muy desgastado. No es una buena experiencia y la gente tiende a no querer volver.
ResponderBorrarEste fin de semana Santiago parecio desierto. Yo lo note el viernes en la tarde y el sabado en la mañana cuando emprendi rumbo a Concon. En el litoral parecia verano.
Saludos,
Francisco Toyos