Soy la Maribel me dice, la del piso 6 de tu edificio; te mandé anoche varios Whatsapp. No los había visto.
Media vuelta y a buscarla; suerte que estaba muy cerca.
Maribel, Consuelo y José |
Primero me llama José, que está estacionado en la vecindad. Y luego la Consuelo, que viene más atrás en el mismo taco.
Es el rash del ski. El día está soleado y está glorioso para esquiar. Todos han decidido ir. A ese ritmo llegarán muy tarde a las canchas.
en el Mirador, Consuelo, Maribel y José |
Ahí nos encontramos los cuatro que seriamos ese día: la Consuelo, José, la Maribel y yo, Gabriel.
Digo que tengo un compromiso de almuerzo en mi casa, por lo que propongo ir al Pochoco y que yo ahí haría medio cerro; hasta el Mirador a medio camino de la cumbre.
Y para allá partimos, cada uno en su auto.
Maribel Valdivieso |
Nos quedamos ahí un buen rato, a contemplar la vista de Santiago y el smog que empezaba su ascenso desde el otro lado de la ciudad. Apreciábamos la transparencia del aire, que nos permitía ver al frente, la ruta del Alto del Naranjo y el Provincia, con total transparencia. Fantástico.
José |
Cuando pasan a la altura del Mirador, me pongo de pie y confronto al tipo con la radio y le digo a la distancia que se ponga audífonos, con gestos y gritos. Me responde groseramente y nos trenzamos en voceos de ida y vuelta. Eran un grupo de franceses; extranjeros. Le reclamo respeto en un país que no es el de ellos.
Parece que más arriba los de su mismo grupo le llaman la atención y silencia la radio.
estacionamiento Pochoco |
Mucha gente subía contra corriente. Llegamos rápidamente abajo, nos despedimos y sería.
Un día esplendoroso y un ejercicio suficiente, al menos para mi. Aparte de la buena compañía.
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