Se pronosticaba lluvia para este domingo; viernes y sábado con tremendo calor nos hizo pensar que esta vez si que los magos del tiempo estarían totalmente equivocados. !Si! estuvieron totalmente en lo correcto y de mañanita camino a Farellones nos adentramos hasta La Ermita sabiéndo ya que nos pillaría la lluvia en el camino., pero ¿qué mal nos hace mojarnos un poquito?. Llegamos sin paraguas con Gabriel, la Consuelo, Pancho y la Vero que venía de otros aires luego de su viaje a Europa en Octubre.
Por los tubos hacía arriba y a tomar aire ya que el comienzo es cuesta arriba, escuchando las historias del viaje de la Vero, subimos con la Consuelo de rutera, con oídos bien atentos para saborear sus cuentos que sin duda lo gozó todo: paisajes urbanos y rurales la impactaron, Italia, Holanda, Francia....ulalá, como también la belleza del género humano: especialmente los italianos aclara ella con picardía.
A medio camino, las gotitas comenzaron a caer suaves y cristalinas y sin pretensión de aguarnos el paseo, se toman el terreno, mientras el grupo preparado con las cabezas cubiertas con gorros seguimos adelante nuestro camino. La Vero que viene con otros aires y con onda innovadora prefiere mojarse y acoger en su cabeza el agua directamente.Creo que ella nos transmite mucha alegría y trae buenas vibras pero sobre todo con esto de no protegerse del agua, me hace pensar que necesito un viaje a europa también para despercudirme de tanto urbanismo.
El paisaje aéreo se transforma rápidamente, las nubes corren sobre nuestras cabezas y la amenaza de tormenta aparece en todo su esplendor. Fina expresión de la naturaleza que provoca e inquieta a las personas de la ciudad, forma parte de la rutina diaria del que trabaja en el campo, mar y montaña, todas personas que se relacionan más intimamente con la natura.
LLegamos hasta la torre y desde allí comenzamos tempranamente la bajada porque las gotitas nos mojan y el frío nos llama a volver por un cafecito caliente junto al horno de barro de don Gabriel y doña Juanita...
Abajo nos encontramos con un grupo de viciosos del ciclismo que nos ganan el deseado espacio junto al fuego para secar sus prendas empapadas, algo de calor nos llega a nuestros estómagos con el café y el tibio pan amasado que compartimos con Gabriel y la Consuelo. Pancho saca sus reponedoras y exquisitas naranjas para completar el apreciado desayuno al pie del cerro.
Siguiéndo el ejemplo de nuestros compañeros deportistas que se cubren la espalda con diarios para no enfriar el cuerpo, con la ayuda de la Consuelo, me arropo con estos para probar la receta contra el frío. Efectivamente es una buena solución ya que abrigada me mantengo hasta llegar a mi casa, datos como estos hay que contemplar a la hora de salir a patiperrear en lluviosos dias por los campos.
Bravo por el posteo, exelente, las fotos de las flores son muy buenas, fue un paseo muy rico y la lluvia le dio un toque especial, sentir el agua en la cara....la conversa entretenida...mmm...espero que se repita.
ResponderBorrarVero
Nada mejor que caminar con los amigos los domingo en la mañana....los echo de menos!!!!
ResponderBorrarPaula