A las 8 MET (Meridiano ex Terpel), comenzaron a llegar los entusiastas y aperrados sube cerros: ya estaba antes de esa hora nuestra encantadora Claudia Villar; pronto lo hicimos Luis A. Latorre y EQE (“el que escribe”), Lucho Latorre. No pasó mucho rato y aparecieron Gabriel, Francisco y la Princesa (Isabel) cada uno en sus automóviles, por lo que decidimos reunirnos solamente en 2 y emprender el camino al Potrerito, por el desvío a la Disputada de Las Condes.
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poco antes del Potrerito |
Francisco lucía un magnífico sombrero y un bastón Doite, especialísimo para estas faenas, ambos, ciertamente, regalos del viejito pascuero. Aún en la carretera, debió detenerse la alegre caravana para permitir que EQE pasara adelante en el auto, por sus ya clásicos mareos (¿estará retornando a su segunda infancia?...).
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nuestro cantautor, Francisco Valdivieso |
Ya iniciado el ascenso, con un calor intenso, recibimos el llamado de Pancho Balart, quien se confundió con el cambio de horario y estaba algo atrasado, con ganas de desertar, empero más pudo la persuasión de sus amigos que lo convencimos de que nos alcanzara: ello nos permitió un temprano descanso a la sombra de un generoso árbol. Su más que probada excelente condición física hizo que a los pocos minutos nos diera alcance. Y nos permitió asimismo disfrutar de su inestimable compañía.
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los varones del equipo |
Y desde allá, los 6 reiniciamos la marcha por paisajes verdaderamente bellos: la última vez que hicimos este ascenso, fue con una tierra tapizada suavemente por la nieve. El segundo descanso, y el primero para Pancho, fue junto al murmullante sonido de un arroyo bajo una sombra magnífica: y a contar de ese momento, Francisco (Valdivieso) comenzó a deleitarnos con sus canciones, especialmente boleros y tonadas, ejecutadas sin acompañamiento de guitarra (mucho menos de piano … como es de suponer). Luego, algunos paso dobles de singular romanticismo, como el de aquel torero que pone su capote en el suelo, para que la bella que descendía de su calesa, camino del redondel, posara con garbo su “lindo pie”, capote desde el cual el lidiador cortaría un trocito para hacerse un relicario…, ¿qué tal?. Pancho, desde sus ibéricos ancestros, lo seguía con mucha atención y no exento de emoción: nada más y nada menos que los mismísimos Churumbeles de España en el Potrerito … ¡¡¡ quiúbo…!!!.
La conversa y los cantos fluían con la misma espontaneidad con que lo hacía el agua por el cauce del manantial aquel … cristalina y sin apuro …
En la cumbre nos aguardaba un roca inmensa que nos cobijó bajo su pétrea sombra: comenzaron a saltar desde las mochilas, unas ricas aceitunas españolas rellenas, que traía la Princesa; maní salado y pasas; algunas ricas galletas de cuáquer, las naranjas de Pancho que domingo a domingo nos regala.
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en el potrerito mismo |
Haciendo una excepción que ameritaba el día 25, rompiendo así la acostumbrada la ley seca que se promulga en la montaña, apareció una bota vasca que contenía un vino (Santa Agustina) cabernet sauvignon el que, según los más entendidos, se dejaba tomar. Sólo algunos intentaron beberlo desde la bota, Luis A. entre otros y con señalo éxito: otro(a)s optaron por el clásico vaso, esta vez, unos rambísticos vasos decorados con las princesas de Disney.
Cuando nos aprontábamos a bajar, aparecieron antiguos sube cerros: Pía Sartorius y Andrés Reutter, pero en otra dirección: ello no fue óbice para que Francisco, instados por nosotros, con bien templada voz le dedicara a ella el paso doble
El Beso, que Pía supo apreciar y agradeció entusiasmada …
Por arte de birlibirloque, la ingesta moderada del vino hizo que la bajada fuera más solvente y firme, sin pochocazos.
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nos alcanzan Andrés Reutter y la Pía Sartorius |
En el grupo de bajada que integré, resonaron nuevamente algunos boleros y tangos con que Francisco amenizó el descenso.
En fin, una mañana alegre y musical … una nueva jornada absolutamente inolvidable. Y junto a ello, la espera de siete días para que nuevamente describamos otra historia de cerros junto a este notable grupo que me acoge con singular simpatía y aprecio …
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se nos adelantan Andrés y la Pía |
EQE
Nota: este texto lo escribió Lucho Latorre
maravillosa navidad en las alturas... con música de "las casas de tolerancia"... recordando los boleros y los tangos que cantaba con mi abuelo y mi madre los domingos en la mañana... Gracias Francisco y Luis por los lindos recuerdos.
ResponderBorrarFelicidades amigos de los cerros...leí el posteo con mucha atención y leo que lo pasaron muy bien, que fué de esos paseos memorables que quedarán en la retina por mucho tiempo. Qué bueno terminar el año con estas experiencias tan gratificantes...al parecer de alguna manera también estuve ahí. Felicidades a todos y que lo pasen fantástico para el año nuevo.
ResponderBorrarespero verlos muy pronto.
Un abrazo gigantesco.