Este domingo, en el que pareciera que el verano comienza su retirada, fuimos 6 los autoconvocados a la Ex Terpel: Francisco (Valdivieso), Gabriel, Alejandro Melo, Consuelo y Ana María, además de quien escribe, Lucho Latorre. El destino consensuado, el Guayacán accediendo por la Hacienda Las Varas.
|
Lucho Latorre, Consuelo y Francisco Valdivieso |
Tardó esta vez en salir el sol, pues en el embalse, aún no asomaba, pero el clima era magnífico, notándose velada la cadena de cerros hacia el oriente, por una tenue bruma.
Alejandro, debutaba con señalado éxito: sin prisa pero sin pausa logró junto a todos, la cima.
Entretenida su conversación acerca del mundo de los libros, desde la perspectiva de las editoriales: Francisco, que acumula un sinnúmero de experiencias laborales y de emprendimientos, ciertamente que conocía tal mundo, recordando con sabrosas anécdotas, las editoriales de muchos años atrás.
El ascenso fue muy rápido, por lo que agregamos algunos grados de dificultad llegando hasta más allá de lo previsto inicialmente.
|
Francisco, Ana María y Alejandro, Lucho Latorre |
El descanso bajo una tupida sombra fue magnífico, con el refrigerio compartido, especialmente unos bloques de cereales aglomerados con que nuestra querida Ana María nos sobrealimentaba generosamente. Prosiguió la entretenida conversa, con temas del día, otros del espíritu, en fin, no estuvieron ausentes los recuerdos a nuestros amigos y amigas ausentes: Rebeca, Alejandra, Isabel (quien está poniendo su principesco cetro en grave riesgo, no por merecimientos, que le sobran, sino que por sus rebeldes y consecutivas ausencias), Paula, en fin, Verónica, Marisol y tantas otras, sin perder de vista a uno de nuestro líderes, Pancho.
|
Consuelo, Lucho y Francisco |
Mi ya cuestionada condición rambística una vez más fue objeto de oprobio por mis compañeros, al ofrecerles entusiastamente un poderoso bloqueador que al comienzo fue rechazado, empero, al narrarles la historia de un querido amigo que por una lesión seguramente de origen solar en una oreja terminó con un cáncer generalizado, se aprestaron a volver sobre sus pasos y con su dignidad algo resentida, aceptaron mi ofrecimiento: "soldado que arranca, sirve para dos guerras".
|
Ana María y Alejandro Melo |
La sequía se ha dejado sentir en esta yesca tierra, lo que dificultó para algunos el descenso, pues a ratos era francamente resbaloso este paraje habitualmente tan amable. Eché de menos nuestros invernales ascensos, cuando la nieve de la cordillera nos tendía su alba alfombra: ¡que maravilla estos climas que contemplan estaciones diversas y nos sacan de la rutina ! ... bien, por este lesionado Santiago.
|
descanso en la cumbre |
Así concluyó un paseo más, un dominical encuentro de deporte y por sobre todo de amistad bajo el amparo de la naturaleza. Un envío amistoso y cálido para que la entrada al mundo de las obligaciones sea más iluminado. Una vez más, mi gratitud por estas horas inolvidables ...
|
la caída de Lucho Latorre |
Nuestro cantautor, Francisco Valdivieso
(Este texto es creación de Lucho Latorre)
Excelente relato Lucho; cómo con esta maestría intentas eludir la invitación a escribir; debiera hacerlo mucho más.
ResponderBorrarY buenas capturas, tanto la caída de Lucho como el canto de Francisco en la bajada.
Muy buen paseo.
Una grave omisión: alguna fotografía de nuestro líder Gabriel ... Lo repararemos el próximo domingo. Gracias, amigo.
ResponderBorrarLL