En esto llegó Francisco Valdivieso y se sumó a nuestro equipo, éramos cuatro: Isabel, Pancho, Francisco y yo, Eugenio. Pancho nos contó que Gabriel no vendría esta vez, algunos pensamos que podría haber habido confusión con el cambio de hora.
Estuvimos debatiendo donde ir, teniendo en cuenta que la Isabel tenía que estar temprano de vuelta por un almuerzo familiar.
Entonces Pancho propuso ir al frente del Potrerito, mismo destino del domingo anterior, y como ninguno de los demás lo conocía, para allá partimos.
A Pancho no le gusta manejar a sí que me fui manejando yo su meche, en reemplazo del chofer oficial que es Gabriel.
Eugenio, Isabel y Francisco |
Llegamos al lugar, estacionamos y empezamos la caminata. Hacía un poco de frío, especialmente a la sombra. La subida se hace por el costado de una sub-estación eléctrica que zumba bastante fuerte, se ve que hay equipos, ventiladores quizá que meten algo de bulla. Que lástima que ese tipo de instalaciones no se hagan en forma subterránea, es mucho el impacto visual de tanta ferretería galvanizada, torres, cables, aisladores, en un contexto de cerros con que es mucho el contraste.
El sendero está bien definido, en una curva nos salimos del camino mas ancho y empezamos a subir por uno mas angosto. La subida no es excesiva pero constante, con lo que a poco andar ya estábamos necesitando desabrigarnos y habíamos subido bastante.
La conversación rondaba por lo que nos contaba Francisco acerca de un proyecto que lo tiene ocupado por estos días que mezcla temas industriales con agrícolas y también la posibilidad de hacer un centro de eventos cerca de Santiago, así que estuvimos comentando de eso, de lo difícil que resulta a veces conseguir un lugar para celebrar una fiesta de empresa o un matrimonio, a eso apunta una parte del proyecto de Francisco, la otra es de producción agrícola y también de construcción industrializada de casas. Todo este tema lo tiene muy entretenido y también muy energizado, ya que nos llevaba una buena ventaja, en un momento se devolvió al darse cuenta que estaba demasiado embalado.
A medida que subíamos se veía nuestro conocido potrerito al frente, al principio por el ángulo en que estábamos mirándolo no se veía entero, sino solo una parte, cuando seguimos subiendo apareció completo y se distinguían bien las dos rocas grandes mas arriba, que desde donde estábamos ahora se veían bien chicas.
Llegamos a una "falsa cumbre" donde nos sentamos en unas rocas a compartir como es tradición. Ahí admiramos el paisaje, que estaba maravilloso, comprobamos que estábamos mas arriba que las rocas del potrerito, Pancho midió con su gps 2.180 msnm. La Isabel llevó unas frutillas y uvas muy ricas, Pancho las ricas naranjas de siempre y yo los frutos secos....
culebra |
Empezamos a bajar, Pancho y Francisco se adelantaron conversando animadamente, a ratos nos esperaban para ver si los seguíamos Isabel y yo. Cuando habíamos bajado bastante nos despistamos y perdimos el sendero, entonces nos acercamos a una torre de las que hay cerca de la sub-estación pero desde allí no veíamos el sendero. Pancho nos llamó porque tampoco nos divisaban así que pronto nos encontramos y seguimos bajando juntos hasta llegar al auto.
En el auto, que de nuevo manejé, seguimos entre todos tirando ideas de lo que creíamos podría necesitarse para que el centro de eventos de Francisco fuera todo un éxito.
Fue un paseo muy agradable, temperatura a punto, en un cerro diferente, gracias Pancho por repetirte el plato por los demás.
(texto de Eugenio Lagos)
(texto de Eugenio Lagos)
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