La cafetería está cerrada y taponeada. Pancho me contó que la habían asaltado, tratando de hacer volar el cajero automático y a los tipos se le pasó la mano con el balón de gas y volaron todo el recinto.
Pancho |
Nos fuimos a la ruta del Pochocón por detrás. Estacionamos su auto a un costado de un camino de tierra, después de ver que estaba todo pavimentado donde antes era tierra.
Gabriel con perros |
Había un portón que pareció cerraba el paso, pero Pancho pasó por el costado del pilar y yo lo seguí.
De ahí para adelante, un ascenso que no se hace sentir mucho, pero que la animada conversa nos sorprende más arriba con todo lo que hemos subido.
Pancho y la Ermita detrás |
Ascenso bien conversado, interrumpido de a ratos por estos perros que anduvieron toda la mañana agitados, en son de cacería, escudriñando conejos por los cerros por donde íbamos, en más de una ocasión veíamos a un conejo correr despavorido y los perros detrás. En una ocasión apareció el conejo delante de nosotros, cruzó el camino y los perros dale que suene detrás.
Se fueron cansando y cada sombra que había en el camino se echaban y refrescaban el abdomen en el frío del suelo.
los tres perros |
Gabriel cerca de la cima |
Un buen paseo, buen ejercicio, buena conversa, pero echando de menos al resto de los habituales, especialmente a las mujeres.
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