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domingo, 28 de febrero de 2021

Conversando por los cerros

La pasé a buscar a su casa y nos fuimos al lugar de reunión, la casa de Pancho Balart. Ahí estuvimos un rato con la Alejandra Cambiazo, hasta que vimos que nadie salió de la casa, ni nadie llegó y nos fuimos a los cerros.

Nos estacionamos, nos pusimos los zapatos de escalar, y partimos.
Veníamos conversando, seguimos conversando y no paramos de conversar en todo tiempo.
Me entretengo mucho con la Alejandra. Le interesan temas que a mi también me interesan y con lo que llevamos conversando en los cerros, nos conocernos bien, nos queremos, así que le entramos además a temas más personales también.


Dia soleado, este último día de febrero, prometiendo calor. Escribo todo esto, después de haber dormido una siesta y haber bajado a la piscina del edificio, donde compartí con mis nietos, mi hija Andrea y su marido, Pablo. Y me di un buen zambullón, anhelo acariciado en el cerro con la Alejandra.

Me convenció que meternos en la ruta de las Aguas de Ramón no era una buena idea en domingo, pues la procesión no era menor.
Por eso arremetimos cerro arriba, a nuestro ritmo, hasta que llegamos a su cumbre. Ahí, en alguna sombra nos sentamos y compartimos unas manzanas que ella traía.

Después de eso, yo quería empezar a volver, a las 11:30. Ella quería seguir subiendo, así que eso hicimos. Pero no por mucho tiempo. En una agradable sombra, nos salimos del camino y nos sentamos, a puro conversar y un poco a descansar. Y ese descanso, termino siendo la cima de ese día.


La Alejandra, alabó mis videos exploratorios (link) de ese nuevo medio para mi, de expresión. Nos fuimos por los temas de la conciencia y la espiritualidad. Que distingue ser de una religión o iglesia, de ser una persona espiritual. Que es la espiritualidad y que es la conciencia, son temas para toda la mañana y eso fueron.

Íbamos camino a casa pasadas las 13:30 y pasamos a ver el gimnasio de la Municipalidad de Las Condes en Paul Harris, que tiene piscina, adonde yo iba antes de que me pusieron un gimnasio frente a mi casa, a precios muy convenientes.

La dejé en su casa, mostrándome antes la frutería donde ella compra, a una cuadra de su casa.
Lo disfruté todo.

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