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domingo, 25 de octubre de 2020

Lungoooo, Lungooo gritábamos por los cerros

Lo que pasa es que al hijo de Pancho Balart, a Francisco, se le había perdido el día anterior, un perro salchicha de nombre Lungo, en los cerros adonde hemos estado yendo las últimas veces.
Así que la orden del día, este domingo, era colaborar en esta búsqueda.

Cuando estábamos en la cumbre, descansando, recibimos un llamado, de Francisco, hijo de Pancho, de que finalmente habían encontrado al perro, en los mismos cerros.
Alegría generalizada.


En la foto de más arriba, nos encontramos con Francisco y la Cris, su mujer, que andaban buscando el perro. Ellos son el segundo y tercero de izquierda a derecha.

Un día nublado, que podría haber tirado algunos goterones, que no lo hizo, sino que al contrario, fue abriendo.
Varios celebraron lo fresco del día para andar en los cerros. Lo mejor fue la cantidad de flores azules, las azulillas, que en ciertas zonas habían muchas.


Los arboles que salvaron con las lluvias pasadas, ya están boyantes. Hojas nuevas, muchas. Los espinos, en flor, bellos.
Mucho tiuque, mucha vida en la naturaleza.
Los arboles muertos, ya son claramente identificados. Una tentación para sierra eléctrica en mano, transformarlos en madera.

celebrando la noticia de que encontraron a Lungo

Hecho relevante del día, es que era día de votación. Por el Apruebo o Rechazo, de una nueva Constitución. El grupo en su mayoría del Rechazo. Solo tres eramos del Apruebo.
Discutimos poco, pues coincidimos que el voto no era un voto razonado, sino de la tripas. Mucha, muchísima discusión en el último tiempo, y en general nadie ha cambiado de opinión.

las fotos de las azulillas me salieron muy malas

En el grupo de hoy íbamos, Pancho (en cuya casa nos venimos encontrando todos los domingos a las 8:30), Víctor, la Soledad, la Alejandra, Francisco Toyos y la Anne Marie, y yo Gabriel. Siete.

Llegué como a las 14:30 a mi casa. Almorzamos con la Andrea y nos fuimos a votar como a las 15:30. Trámite cortísimo.

Nota: Después nos enteramos que la Alejandra, que continuó sola a la quebrada de Apoquindo, llegó a puerto sin novedad y nos envió estas fotos:



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