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lunes, 18 de junio de 2018

Celebrando los 20 años de los subecerros en Las Varas

La María Elena me avisa que va al cerro con nosotros, pues quiere, entre otras cosas, celebrar los 20 años de los subecerros, que según ella ocurrió en enero de este año.
La recojo en Escuela Militar y nos vamos conversando de todas las cosas que este grupo ha facilitado. Varias relaciones de pareja, fundamentalmente.
Buenas cosas, al final de cuentas.

Y nos sacaremos en el cerro esta foto, de los dos fundadores de los subecerros.

María Elena y Gabriel, fundadores de los subecerros, hace 20 años
Agrego aquí un texto que me mandó la María Elena:

"En enero de 1998 subí como muchas veces el cerro Pochoco , generalmente uno se topaba con las mismas personas siempre . Así fue como bajando el cerro veo a  Gabriel y le pregunto si me podía llevar hasta la Plaza San Enrique. Nos fuimos conversando en el auto y nos dimos nuestros contactos para posible otras subidas. Ese día fue el inicio de lo que sería el grupo los SubeCerros.
Después vino el verano y los primeros días de marzo de ese año con la Alejandra Cambiazo íbamos en auto hacia la subida del Alto del Naranjo y en el auto de al lado iba Gabriel con sus dos cuñados, de ahí nos hablamos de auto a auto y comenzó nuestra primera subida de este grupo que ha seguido por 20 años.
Así fueron apareciendo otros que cada uno iba aportando al grupo, Andrés Reutter, la Giny, la Vero Bonhardt  y otros que se iban sumando en los encuentros de los cerros como Francisco Toyos, Carlos Valdivielso, Pancho Balart  y de ahí para adelante una lista interminable , donde se han hecho grandes amigos, parejas, negocios, etc
Creo que deben ser unas 200 personas las que nos han acompañado por periodos  o esporádicamente durante estos años.
Un abrazo a Gabriel que ha seguido estoico todo este tiempo, ya que otros hemos tomado otros caminos pero llevando siempre en el corazón a este grupo de amigos caminantes.

María Elena del Valle Y."

Hoy seremos seis, la mayor parte del tiempo: Pancho, Soledad, Víctor, José Manuel, María Elena y yo, Gabriel.
Es el día del padre, así que varios hombres piden hacerla corta. Por eso la opción de la Varas, fue inmediata.

Nos fuimos en el gran auto de José Manuel, los seis.
Pagamos y tomamos la ruta hacia el tranque donde termina la canaleta, para hacer la ruta aguas arriba.

Pancho, María Elena, Víctor, Soledad y José Manuel
El día estaba tibio. A medida que pasaba la mañana, se fue haciendo caluroso. Increíble en esta época del año y después de la nevazones de los últimos días.
Los esquiadores ya van en estampida hacia la nieve y el Pochoco al frente se ve con nieve.
El día completamente despejado.

tuno
Buenas conversaciones tuve, como es la tónica. Buenas conversaciones, en grupos de a dos o tres.
Nuestras vidas son un tema. La revolución sexista tira a asomar como tema; muchos hombres que no la entienden y quizás las mujeres presentes, tampoco. Yo digo que se trata de una revolución importante, de la que debiéramos documentarnos, no se, sospecho.

Lo que hacen nuestros hijos, es otro tema. Especialmente cuando habemos dos en el grupo, en que nuestros hijos están en pareja, viviendo juntos y viajando por África en este momento.

Víctor, Soledad, Pancho, Gabriel y José Manuel, en la canaleta cumbre
El día del padre, es solo tema porque a José Manuel lo llaman varias veces mientras subimos, por el día del padre. A ningún otro lo llaman, ni por esa ni por ninguna otra razón.

Muchos moscos en la ruta de la canaleta. Me detuve a mirarlos con detención, pero nada de lo que había visto en otras ocasiones.
Pancho, que iba más adelante, me dijo que distinguió dos tipos de moscos: unos más grandes y otros más chicos. Son los chicos los que debemos mirar, pues hacen las gracias que antes hemos visto.
Hoy yo no vi esos movimientos intempestivos, de todos juntos para allá y luego para acá, que me dejaban perplejo.

El tranque que vimos primero, estaba lleno hasta el tope. El último, con poca agua; pero más que otras veces, según Víctor.

Ahí en esa foto de más arriba, nos dejó la María Elena, que siguió, atendiendo el llamado de la naturaleza, hacia el Alto del Naranjo. Acabo de llamarla, mientras escribo esto y llegó bien al Alto y bien a casa después.
Al irse, le saqué esta foto:

María Elena del Valle
Bajamos luego lentamente, contemplando el paisaje y conversando menos.

Llegamos al auto, algunos cansaditos, apreciando los mullidos asientos del auto de José Manuel, que nos llevó sanos y salvos a nuestros autos y de ahí, yo al menos, a unos erizos que me esperaban para celebrar el día del padre.

lunes, 4 de junio de 2018

Caminando sobre la helada de las Caballerizas

Hoy, 3 de junio, a las 8.30 llegamos al punto de encuentro la Annemarie, la Soledad,
Michael y yo, Andrea, pero faltaba Pancho y con el la orientación y naturalmente hubiéramos
echado de memos las refrescantes naranjas que forman importante elemental de nuestras
excursiones. Discutimos la ruta, la Dehesa. Y en este momento llegó Pancho, y también
votó por nuestra propuesta.

Michael, Pancho. Annemarie y Soledad
Partimos cada uno en su coche Michael y yo con la Soledad hasta el estacionamiento del
Lider. El estacionamiento estaba cerrado, esperamos un cuarto de hora.....y al final nos
marchamos y aparcamos en una calle lateral y seguimos,en el auto de Pancho.....

cinco sombras
Hace frío, un cielo brillante azul, un día perfecto para caminar! Saludamos a un
burro muy pacifico, a caballos, con elegantes caballeros.

Para hacer buen ejercicio, subimos muy rápido.

helada
En El Camino nos tropezamos con un grupo de jóvenes recitando un texto, con voces muy
expresivas dirigidas al valle, con conciencia de su propio valor.
Nuestra pausa, "en la mesa“ en frente de la virgen, como siempre, descansando.

burro
El día se nos presentó con diferentes extremos, la savanna seca, el suelo congelado con
cristales brillando en el sol, los cactus, el quisco, con sus frutos que se llaman quillay, muy
rico, la Annemarie, la Soledad y yo las comen!

quisco / cactus
Los móviles como siempre diferían en la longitud del camino Andrea ganó con 11 km y
Michael solamente llegó a 8,2 km pero 122 pisos.
En esta época un camino muy agradable.

(texto de Andrea Brueck)