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domingo, 22 de diciembre de 2013

Al deleite de las vistas de la curva 32

Curva 32, para allá nos las emplumamos. Apenas nos bajamos disfrutamos del espectáculo de los cóndores que nos sobrevolaban, no muy lejos de nosotros. Sus pequeñas contorsiones de las alas para ajustar el vuelo, nos hicieron imaginar el volar, ya sea imaginariamente en sus lomos u otras formas más fantasiosas.

Esta ruta, que no tiene tanta exigencia, salvo por la altura a la que nos encontramos, se destaca por sus formidables vistas.

Farellones al frente
Eramos cinco en el auto de Pancho. Yo al volante, la Marcela Molina de copiloto y atrás Pancho, Víctor Bunster y Dirk.

Dirk, Marcela, Pancho y algo de Víctor
la parte más escarpada
Amena conversación, caminata agradable, temperatura ambiental templada, llegamos a un punto pasadas las torres de las antenas de celulares, donde nos sentamos en el piso y comimos naranjas, guindas y no me acuerdo como se llamaba otra fruta que trajo Dirk.

ya cerca de las torres
máximos ascensos
El próximo domingo haremos nuestra subida de celebración del cierre de año, con aperitivo y cosas para picar que cada uno traiga. Irá mail de invitación que Eugenio redacta.

vista del cajón de Yerba Loca al frente

lunes, 16 de diciembre de 2013

A las Varas para después ir a votar

Si, hoy es día de elecciones donde más tarde sabremos que Bachelet sacará el 62% de los votos y Matthei el 38%.

Decidimos hacer una subida corta para después ir a votar y gana Las Varas. El único problema es el pago, del que se hace cargo Pancho en una negociación rápida.

Somos cinco: Isabel y Eugenio, Dirk, Pancho y yo, Gabriel.

tranque atrás prácticamente vacío
día soleado, que tira a caluroso, pero con una brisa ideal
la Isabel con Dirk
Ah, me adelanté pues iba adelante y el resto se detuvo en algún punto, cosa que aproveché al llegar al canal donde me di el gusto de un buen y completo baño. En esta época del año, es lo mejor.

en la cumbre, antes de partir de vuelta
caballos abajo, en una planicie artificial

lunes, 9 de diciembre de 2013

Buscando ascender más arriba de la Playa

Nos fuimos a la Playa, esa que queda al frente de la Ermita, caminando hacia arriba por la calle.
Intentaremos llegar a la cumbre por unas pistas que vimos con Pancho poco tiempo atrás.

Al partir nos cruzamos con un piño de animales y arrieros que llevaban todo el ganado a algo así como la curva 15 subiendo a Farellones.


Somos Martín, Dirk, Pancho, la Isabel y Eugenio, yo, Gabriel.

Dirk punteando
por la ruta ya más difícil, Martín en primer plano
Dirk, en el punto más alto al que llegó
Isabel y Eugenio inician el descenso
descenso duro

lunes, 2 de diciembre de 2013

Por la variante de Pancho en la ruta a los Llanos de Javier

Algo hicimos en la ruta que tomamos la tierra suelta desde más abajo, justo antes de la cumbre y tuvimos casi una baja, la Marcela Molina, que colapsó de sus rodillas.

La Anne Marie le hacía Reiki en las rodillas, mientras Dirk le daba instrucciones de cómo respirar, para llenarse de energía.

Bella ruta, pero no sondeamos mejor el nivel de los estados físicos. Yo llegué a mi casa como a las 4 de la tarde. Pancho como a las 3.

Ah, pasé a buscar los vinos a la casa de la Marcela, donde están hace un rato. Buen vino a buen precio.

Pancho, Marcela, Dirk y Anne Marie
subida escarpada
vamos Marcela, tu puedes
Pancho, Marcela, Anne Marie y Dirk
Anne Marie a la sombra

domingo, 24 de noviembre de 2013

Palo del agua, a los pies del Manquehue

Llegan la Consuelo, Dirk y yo, Gabriel. Pancho me llama cuando ya íbamos por la senda del Carbón y me dice que acababa de despertar, después de irse del matrimonio de la hija de la Isabel anoche, a las 4 de la mañana; con razón no llegó.

Consuelo y Dirk
No supimos enganchar por la ruta de la vez anterior, así que seguimos y seguimos bordeando el canal, hasta prácticamente las primeras casas de Lo Curro. Nos encontramos con un ancho camino que salía hacia la izquierdo y por ahí seguimos.

en la zona de bosque
Nos topamos con un tipo que venia bajando y nos dijo que unos 20 minutos más arriba estaba la gruta del Palo del agua.
La ruta se iba emboscando en un panorama y un paisaje precioso, de bosque sureño, nativo. Un pequeño paraíso a un paso de la ciudad.

Consuelo contempla el paisaje
Llegamos a la gruta y al agua, pues hay como una vertiente y hay agua para tomar, con una pareja y sus dos hijos chicos. El se llama Juan Andrés Camus y ella Teresita Covarrubias.
La conversa galopó. Él, un economista con postgrados en EEUU embarcado en un emprendimiento energético con energías sustentables; súper interesante.

Dirk, Juan Andrés Camus, Consuelo y el chicoco detrás de la mochila
Y ella, psicóloga, trabajando en temas de liderazgo en colegios. Con ella enganchamos en temas de educación en que nos volamos por un buen rato. Aparte de que era un tema que veníamos conversando de antes con Dirk.

Teresita Covarrubias con su hija, Dirk y la Consuelo
Nos despedimos y emprendimos nuestro retorno. La llegada al canal fue rápido, de descenso.
La caminata por la orilla del canal se nos hizo más larga, pues creo que era un largo trayecto además.
Pero la maravilla de la vista que teníamos a nuestros pies, aparte de la belleza de la ruta misma, transformo esta caminata en un muy grato ejercicio compartido.

la familia en pleno
la súper mochila

sábado, 23 de noviembre de 2013

Ascenso a la playa de la Ermita

Isabel y Consuelo; atrás Eugenio y Pancho
este perro nos acompañó todo el tiempo

las mujeres aperrando
llegando a la playa, nuestra cumbre
Eugenio y la Isabel
Consuelo, Eugenio, Isabel, Gabriel
Pancho, Consuelo, Gabriel, Eugenio
Isabel, Pancho, Consuelo, Eugenio y el perro

miércoles, 13 de noviembre de 2013

A las Varas entre ciclistas

En el punto de encuentro miramos hacia la costa y está despejado. Miamos hacia la cordillera y el pronóstico de lluvia, nos hace sentido. Uno de nosotros ve pasar una camioneta, con nieve.

Estamos: Pancho, Francisco Toyos que llegó con la Anne Marie, Isabel y Eugenio, y yo, Gabriel.

Toyos, Eugenio, Isabel, Gabriel y Pancho
Después de una estirada deliberación acogemos la propuesta de Pancho por irnos a Las Varas.

Llegamos en dos autos, y el portón está cerrado con llave y los cobradores, ausentes.
Partimos entonces hacia la derecha donde al poco andar nos recibe una puerta negra y robusta que nos invita a llegar hasta ahí nomás.
Pero Pancho conoce un derrotero bypasseándonos el obstáculo; lo seguimos.

ciclistas en la cumbre
Pasamos frente a esa casa en la punta de una colina y seguimos a otra casa con varios corrales con caballos en cada uno.

Seguiremos una huella de bajada de bicicletas, siguiendo un ascenso duro, hasta la cumbre, donde nos encontraremos con una buena bandada de ciclistas.

Anne Marie, Pancho, Eugenio, Toyos e Isabel
Esa será nuestra cumbre del día.
Naranjas de Pancho, frutos secos de Eugenio y manjar en bolitas de Anne Marie.
Seguimos las conversas de los ciclistas; un poco metemos la cuchara; poco.

Toyos, Eugenio, Pancho, Anne Marie e Isabel
Vemos como varios se cambian de casco, por uno que les proteja mejor la cara. Ajustan sus rodilleras y coderas. Parece que van preparados para alguna posible sacada de cresta. Bajan echos una zumba hacía el estadio de la Católica.

Descendemos por la misma ruta por la que subimos prácticamente. Voy adelante con Pancho, conversando. No había dormido mucho la noche anterior, por una fiesta ruidosa en la casa de su vecino.

se van los ciclistas
Al llegar abajo, saludamos al tipo en la caja y pasamos de largo con Pancho. Escucho a una señora que aparece y logra cazar a los que venían atrás y logran hacerle la extracción de dinero del peaje; a nosotros no.

Nos vamos, pausadamente, percatándonos que la habíamos echo bastante corta, pues eran como las 12:30 cuando íbamos ya en los autos.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Al club ecuestre en fin de semana largo

Llegué (Eugenio) a la Terpel más temprano de lo habitual, temiendo que no llegara nadie más por el fin de semana largo, pero a los pocos minutos llegó Pancho, y luego Gabriel seguido de Víctor Bunster y un minutos después Ane Marie.

Gabriel nos contó que estuvo en Santo Domingo pero volvió para la caminata porque sentía que le hacía mucha falta, lo mismo Pancho que estuvo en Isla Negra pero se volvió en bus el sábado.
Decidiendo a donde partir propuse ir a las caballerizas, Pancho propuso ir a los tubos, optamos por la primera opción.

Pancho, Eugenio y Victor Bunster
Dejamos los autos en el estacionamiento del Líder de Las Condes con Camino San Antonio y seguimos todos en la van de Víctor hasta el club ecuestre.

La caminata se inició dejando algo de ropa en el auto ya que el día amenazaba con ponerse caluroso.

Ane Marie
Partimos a buen ritmo conversando y caminando. Hicimos un aro a la sombra de un quillay y brotó el tema de las candidaturas presidenciales, la propaganda, los recientes debates tanto en radio como en televisión y estuvimos comentando lo que le parecía a cada uno. En general las opiniones del grupo eran críticas hacia el tipo de debate que presentó la televisión y lo poco que podían exponer los candidatos, como también los ofertones con que éstos trataban de entusiasmar a los votantes.

Eugenio adelante, lo sigue Pancho
Mientras conversábamos de todo esto se acercó un grupo de unas ocho personas, parecían una familia, cabalgando en la misma dirección en que teníamos que seguir, así que aprovechamos el impulso y nos pusimos en movimiento. Al poco andar el grupo de jinetes se devolvió y tomó otro camino.

grupo en paseo a caballo
El grupo iba conversando acerca de los posibles cambios que se visualiza se producirán en el país, como la sindicalización obligatoria de los trabajadores, y otros de ese tipo que es muy probable desincentiven a algunos pequeños y medianos empresarios a seguir con sus actividades.

Decidimos innovar en la ruta así que por iniciativa de Pancho nos desviamos hacia un cerro a la izquierda del sendero habitual, encontramos una huella que nos llevó por el filo hasta la cumbre del cerrito donde paramos a la sombra a compartir el tentempié y darle a la conversa.

Eugenio salva
Donde paramos teníamos una vista panorámica de las canchas de golf de Santa Martina, club del que es socia Ane Marie, quien nos contó que se integró cuando recién comenzó a construirse y que participa mucho especialmente jugando golf y bañándose en sus piscinas y jacuzzis.

Hacia Santiago se apreciaba bastante nítido el sector de La Dehesa y Los Trapenses, el tranque, algunos colegios, las canchas de golf del colegio médico, pero mas hacia abajo el smog acumulado ya a esa hora impedía ver con claridad.    

en la cumbre
Como a las 11:30 empezamos el regreso, el sol ya pegaba bastante fuerte y nuevamente hicimos un aro a la sombra del quillay. Quizá sería por la hora pero empezamos a hablar de tragos, de lo que se ha perdido la tradición de la vaina, de algunas recetas de pisco sour, se comentó que el secreto de una buen pisco sour preparado por Dirk consiste en usar limón de pica el que, habiéndolo "despepado" se mete entero a la juguera, y se utiliza goma en vez de azúcar. Pancho y Gabriel afirman haberlo catado con gran entusiasmo. Por su parte, Víctor contó que por hacerse el bacán pidió hace poco un martini seco como debe ser, esto es puro gin con un poco de martini mezclado en la correspondiente coctelera y la clásica aceituna verde en la copa ad hoc....parece que hace estragos rápidamente según nos aseguró el propio afectado.

bajando
Desde donde estábamos comentando temas alcohólicos veíamos algunos caballos, Gabriel nos hizo ver lo desafortunados que son ya que a la mayoría los capan, lo mismo que a los toros que pasan a ser bueyes, estábamos en eso cuando un par de caballos se puso a relinchar (quizá escucharon nuestra conversación) y partieron corriendo para acercarse a un par de jinetes que traían otros pingos amarrados, con los relinchos de lado y lado parecían saludarse o preguntarse algo entre ellos.

los caballos árabes
Seguimos bajando y nos topamos con uno de los jinetes a quien dejaron a cargo de los caballos que habían pillado, mientras el otro, con la ayuda de sus perros pillaba otro par de yeguas. Pancho y yo seguimos bajando y el resto del grupo se detuvo a conversar  algo más con el jinete, alcanzamos a escuchar que los pingos amarrados que llevaba eran caballos árabes, de patas muy largas y buena pinta.

Llegamos de vuelta al auto de Víctor con la rica sensación de haber hecho una agradable caminata en compañía de buenos amigos.

(Texto de Eugenio Lagos)

domingo, 27 de octubre de 2013

Al Potrerito contra viento y marea

Un día muy especial: iba mi hija Andrea; con su pareja Pablo. Ella con zapatos nuevos de subir cerros; una buena inversión, en todo sentido; un anhelo de hacía mucho tiempo.

Los paso a buscar y llegamos a la ex-YPF donde ya estaba Pancho esperando. Al poco rato llega otro auto, que se estaciona detrás y se bajan José Manuel Salinas y Lily Reginato; tiempo que no venían.

José Manuel, Lily, Pancho, Andrea y Pablo
Propongo volver al mismo cerro del domingo pasado, pero José Manuel se opone por tener que volver a la ciudad, al tráfico y a las micros. Optamos por el Potrerito y nos fuimos todos, los seis, en el auto de José Manuel y la Lily.

Andrea y sus zapatos nuevos
Larga tirada, en un día precioso, soleado, un poco de nubes elevadas, poco tráfico y los ciclistas de siempre. Alabamos el último tramo del camino.

ganado en el potrerito
Estaban haciendo trabajos en la ruta, con máquinas moto niveladoras y aplanadoras, con un tipo con un minúsculo letrerito "Pare" al medio del camino y el parado a su lado, elevando su mano en señal de alto.
Pero nuestro amigo al volante, pasó raudo ignorando toda autoridad presente. No se las dio nomas.
El alboroto adentro del auto lo hizo detenerse y retroceder un poco, Lilu se bajó a dar excusas y a decir adonde íbamos, que era solo un poco más allá. Que esperemos unos 5 minutos.

Lily, José Manuel y Pancho
Al poco rato uno de los maquinistas de las máquinas nos dijo "váyanse por el lado derecho nomas" y partimos.

Subimos pausadamente, con detenciones para disfrutar de la vista y del aire, que estaba en su punto. Incluso soplaba una brisa que lo hacía más agradable.

la primera es la Andrea
Estamos en primavera, nos lo recordaban las muchas flores en el camino. Es tal la belleza que no es posible no estar ahí, consciente del estar ahí, maravillado de tanta belleza.

ascenso con descansos contemplativos
Un breve descanso en la roca y al potrerito, donde nos esperaba un piño de unas 15 cabezas de ganado, con terneros, vacas, y hasta un pequeño toro.
Después de un breve descanso en la roca del potrerito, nos dirigimos al ganado y seguimos luego hacia el ascenso por el borde izquierdo, que vimos había tenido un incendio, probablemente hacía un par de años.

Lily y José Manuel
Llegamos a nuestra cumbre del día, al borde de un acantilado hacia la izquierda y ahí nos instalamos a comer naranjas de Pancho y frutillas deliciosas, pues venían preparadas y con tenedor, de la Lily.

Andrea y Pablo
Después conversar y bromear un rato, iniciamos la bajada, que fue muy consciente pienso yo, pero rápida.

contemplando el ganado
Al auto y de vuelta a casa. Estupendo grupo, estupendo paseo y estupendo día.

Andrea en la proximidad de los animales