Coro Familia Domínguez "Canto Nuevo"
Porque lo inesperado sucede y lo esperado también; fin de año con villancicos en los cerros. Tantas veces contando historias de familia, de la laaaarga familia de hermanos y hermanas, tantos y más que la Consuelo que son 10 y nosotros los domínguez 13, sumamos 23...!Buen número!! La próxima vez los invitamos a todos.
Sumando y restando llegamos empatados entre domínguez y subecerros, llegó Jorge de sorpresa, la Consuelo, la Rebeca, Pancho y Gabriel. Por el lado Domínguez eramos cinco: La María Elena, la Pilar, yo, la Trini y la Camila. Pedimos piedad y compasión pero ellas no llegaron en el momento de elegir la ruta ...volvemos a la canaleta adonde hicimos la última subida del 2007.
La urbanidad santiaguina aparece en los continuos comentarios de las niñitas, a la Trini que los bichos la persiguen, aunque ellos cuando la ven se arrancan lejos muertos de miedo, a la Camila le duele mucho la cabeza pero la mete al agua y se le pasa instantáneamente y ahora ella muere de la risa.
Arriba en la canaleta bajo el árbol, el acalorado grupo se acomoda e instala alrededor de la improvisada mesa de Jorge. De las mochilas aparecen las papitas de la Nena, el vino tinto de Gabriel, los manies almendras y pistachos de la Rebeca, las galletas de la Pilar y el esquisito pan de Pascua de la Consuelo. Todo esto condimentado con las delicatesses de Pancho y la bebida Socos de Jorge. El aperitivo estaba completo y no faltó nada más que el mantel y las velas para los villancicos.
La degustación nos abre el apetito y nos quita el habla, con la mesa llena de comestibles las dietas de verano se olvidan y comenzamos, sin piedad ni compasión, a hincarle el diente... ñam ñam!qué rico!. Las quejas se convierten en sonrisas y la conversa termina en cantos que las hermanas dominguez a dos voces entonan a capella ante un auditorio atento y entusiasta (hasta el picaflor se quedó mudo).
La bajada se hizo dificil pero no imposible para estas aperradas novatas, que pasito a pasito avanzan contando más de unos cuantos resbalones porque el suelo te bota cuando está seco y piedroso pero los amigos Pancho, Gabriel y Jorge con toneladas de paciencia las apoyan en los tramos empinados y riesgosos.
Seguro que las invitadas ya no vuelven a los cerros (pienso)...es que esa es la realidad: los cerros son duros, áridos, indiferentes a lamentos y enojos cuando los ves de primera, incluso ( me recuerdo) llegan a ser muy ingratos en esos primeros encuentros, el miedo ataca y paraliza (es de familia me termino por convencer). Como todo aprendizaje en la vida, en la medida que vas y repites una y otra vez la experiencia, esta se hace cada vez más conocida y sin saber cuando ni como, estas salidas no solo se transforman en permanentes sino también en absolutamente necesarias , los senderos parecen jardines y las rocas escalas que te llevan a preciosos altares naturales.
Un nuevo fin de año para este grupo que se atreve a enfilarse en estos cerros cordilleranos a mover el cuerpo y ponerse en camino por las más variadas rutas y circuitos farellonenses que en el dosmilocho nos aventuramos. Que el espiritu de este grupo persista por siempre y se mantenga viva la amistad y el amor a la naturaleza que nos reune domingo a domingo.