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martes, 29 de diciembre de 2009

AVE MARIA PURISIMA EL PASEO PA LINDO

El del domingo pasado fue un paseo singular, mezcla de día de campo con paseo de curso. De montaña tuvo poco (más bien fue de potrero) pero igual estuvo harto bonito y entretenido.

Vamos desmenuzando. La invitación – que Rebeca mandó principiando la semana - prometía un paseo tranquilo y relajado, que incluiría una celebración findeañera in situ. A la Terpel puntualmente llegamos Rebeca, Consuelo, Gabriel, Pancho y yo, más César y Martín que habían andado medio desaparecidos, pero que a la voz de festejo se asomaron raudamente.

Decidimos hacer el mismo recorrido que Pancho, Gabriel y yo habíamos hecho la semana pasada, por ser un paseo suavecito (la Rebeca aun estaba lesionada), por ser harto lindo y porque incluía para los valientes la posibilidad de un remojón en el río. Cerro Los Retamos se llama el lugar, de eso nos enteramos más tarde por César.

Ya llegados a esos pagos, se nos unió el Lipigas, el vivaracho y simpático perrito de raza misteriosa que ya nos había acompañado el domingo pasado. No se nos despegó más el moreno.

Íbamos comenzando recién la marcha pero parece que los ánimos no estaban mucho para caminata, sino que de llegar luego al río y empezar con el comistrajo y el brindis. Tanto así que hicimos dedo al primer camión que pasó. Nos avanzó varios metros. Podrían haber sido más pero alguien le chifló al perro, el chofer pensó que queríamos bajarnos y hasta ahí nomás duró el acarreo. No quedó otra que seguir caminando (bueno, se supone que a eso habíamos ido, no?)

El calor se hizo sentir desde temprano, mal que mal, el verano había empezado oficialmente pocos días antes. Seguimos el camino que va bordeando el río por lo alto. Una preciosura los paisajes; potreros en los más variados tonos de verde, muchos árboles y todo tipo de animales: caballos, vacas, pájaros. Harto tráfico había también; bicicletas, autos y hasta motos nos cruzamos.

Pronto decidimos dejar hasta ahí nomás la caminata y bajar al río. La pierna de la Rebeca estaba mandando avisos, bastante esfuerzo había hecho ya. Nos metimos por un portón cerrado con candado, en evidente violación a la propiedad privada. Nos salió un hombretón, que resultó ser de buen corazón y amplio entendimiento, que hasta nos indicó por donde bajar para evitar las colmenas que había más abajo.

Nos pusimos a buscar un lugar donde instalarnos. Idealmente, debía tener arena, rocas donde sentarse, un arbolito con sombra, el agüita cerca (ojalá un pozón) y estar lejos de las abejas. Alguna otra cosita? Pronto debimos conformamos con quedarnos junto a unas rocas y la poca sombra que había se la adueñó rápidamente el Lipigas.

Pero la celebración empezó igual. Pa´l mastique hubo de un cuanto hay, verbigracia, mariscos en conserva que trajo el Pancho, maní salado, un quesito Camembert con galletitas que llevó la Rebeca y un sublime pan de pascua preparado por las propias manos de la Consuelo. Y pa´ la sed y la calor, champaña (espumante mejor, para que no nos demanden los franceses), pisquito sour bien helado y hasta vinito tinto (que lo vi pasar nomás porque creo que ni se abrió).

Cuando el calor ya fue mucho, Gabriel decidió bañarse. El no haber traído traje de baño no fue impedimento porque - cual Adán en la fuente del paraíso - se metió al río y chapoteó de lo lindo. Las mujeres presentes, por respeto y decencia, preferimos no mirar. Pronto se entusiasmaron la Consuelo y la Rebeca (con traje de baño, eso si) y cual náyades desafiaron las heladas aguas del río. Algunos más púdicos (como la que escribe) nos limitamos a mojarnos las patitas.

Ya terminado el baño, agotadas las provisiones y limpiado cuidadosamente el lugar (los subecerros son ecológicos, sepa usted), emprendimos el regreso por el mismo camino de la ida. Algunos cansados (no sé de qué) y también avispados (la única con justificativo era la Rebeca) hicieron la última parte del recorrido a bordo de una camioneta a la cual hicieron dedo. Los demás, como dignos y esforzados Subecerros, llegamos caminando como Dios manda hasta el auto.

Así fue el último paseo del año, muy lindo y entretenido, como seguramente serán los que nos esperan en el 2010. Feliz año a todos.

Una imagen cualquiera de los cerros


El baño en el río


viernes, 25 de diciembre de 2009

jueves, 17 de diciembre de 2009

Recomendaciones en paseo de montaña por Rafael Lathrop

Este fin de semana (7 y 8 de mayo del 2005) realicé el cruce desde el alto del naranjo al pueblo del manzano en el cajón del maipo, pasando por el provincia y san ramón. Pretendo con estas líneas dar alguna guía para otros que quieran realizar esta travesía.

Subir al provincia y moverse al san ramón no es complicado desde el punto de vista de la ruta, esta señalizada y la huella es visible todo el rato.
Para los que no la conocen, aparte de la huella existen unos hitos de piedra con una piedra con un caminante pintado en ella. Esa es la señal de la ruta. Lo malo es que ella te lleva al san ramón, pero para bajar desde allí al manzano en el cajón del Maipo, no hay ninguna señalización.

Estando en la cumbre del san ramón, hay que caminar unos 50 metros hacia el provincia e iniciar el descenso hacia el este (atrás), abajo se ven dos lagunas. El descenso es corto y fácil, la nieve es blanda y no hay problemas de agarre. Las lagunas son una fuente de abastecimiento de agua, ya que no la habíamos tenido desde el canalón antes del alto del naranjo. Para continuar con la ruta, estando
en la laguna de más al sur hay una pequeña cumbre, la que hay que subir, luego hacer una travesía por el lado izquierdo, mirando hacia el cajón del Maipo, bordeando los cerros Hay huella marcada. NO RECOMIENDO BAJAR POR EL LADO DERECHO., ya que la bajada es muy empinada, sin huella y peligrosa.

Terminada esta travesía se continua el descenso derecho hacia abajo pasando por un montículo suave. Al terminar ese montículo hay una bajada por un lugar con nieve. TENER ESPECIAL CUIDADO DE BAJARLO POR EL LADO DERECHO mirando hacia el manzano. Hay mucho hielo ya que es pared SUR y puede ser muy arriesgado bajar por el lado izquierdo. Las rocas no son en absoluto confiables ya que están todas fisuradas por congelamiento.

De aquí hacia abajo, hay una huella que se pierde, pero teniendo el estero del manzano a la vista hay que bajar el lomaje. La bajada es relativamente empinada pero no difícil, ya que hay mucho matorral bajo que permite un buen agarre. Procurar ir hacia el lado izquierdo para bajar por el perfil de unos cerros que terminan en el estero. El camino aquí es bastante empinado, pero no difícil. Luego de bajar mucho rato, se llega al estero el manzano, donde hay un sendero que parte por el lado derecho en el sentido del estero. Este sendero es muy bueno, lo malo es que cambia de lado del estero una 6 a 8 veces lo que aumenta el riesgo de darse un chapuzón. Finalmente este sendero se transforma en camino de tierra que termina en el camino a san josé de maipo unos 600 metros pasado el puente sobre el estero el manzano.

La travesía la hice en dos días, lo cual requirió de bastante esfuerzo físico y poco descanso.

Paseo muy recomendable, ojalá con un poco más de tiempo.

Un itinerario sugerido es: puente Ñilhue, provincia y un poco más en un día. El días siguiente, desde el punto anterior hasta las lagunas detrás del San Ramón, para finalmente es tercer día bajar al manzano.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Devota peregrinación al cerro

Este fin de semana (largo para algunos) tocó rotativo doble: paseo el domingo y también el martes. Y los contertulios fuimos los mismos en ambos: Gabriel, Pancho y yo.

El martes nos dimos cita en la Terpel tempranito a las 8. Cual fieles devotos de San Cerro, nos las emplumamos en ferviente romería hacia la variante del cerro de atrás de Altos del Naranjo. Destino nuevo para mí, que mejor.

Comenzamos a subir. Estaba rica la mañana, fresca y luminosa, con una brisita persistente que energizaba y hacía más liviana la marcha. Pronto nos desviamos por el camino de la variante. Ideal - pensé yo - un camino plano bordeando el cerro, sin ninguna pendiente odiosa. Será un paseo tranquilo y relajado, digno de la celebración del día de la Inmaculada Concepción.

Poco me duraría el optimismo: tras cruzar un pequeño río, comenzamos a subir nuevamente. Y esta vez sin ninguna tregua piadosa. No se veía ningún otro tramo planito que permitiera estirar disimuladamente los músculos engarrotados y recuperar el aliento. No quedó otra que pichicatearse un par de veces con el inhalador del asma. A esas alturas, ya se habían esfumado mis ilusiones de un paseo suavecito, apto para el recogimiento y la meditación en tan católica fecha. Luego recordé que muchos peregrinos llegaban a Lo Vásquez de rodillas o arrastrándose. Sería esa la idea de este paseo y nadie me lo había dicho?

Bueno, así las cosas, llegamos al alto, donde descansamos un poco. La música de fondo la ponía una impresionante cascada que caía a lo lejos entre las rocas (una belleza) y, por supuesto, el canto de los pajaritos. Seguimos la marcha y nos desviamos a la derecha por un sendero plano (aleluya!!!) hasta llegar a un pequeño río que corría entre las rocas. Ahí nos instalamos a comer las siempre bienvenidas naranjas de Pancho y unas pasas que llevé yo.

Pronto, mis dos acompañantes decidieron quedar ligeros de ropa. Gabriel se puso traje de baño (me obligó a darme vuelta) y Pancho se sacó la polera. Que bendición. Fui la única afortunada que pudo contemplar tan magnífico espectáculo. Chicas, se lo perdieron, pero hay testimonios fotográficos disponibles para que puedan emitir sus comentarios.

Gabriel hacia sus abluciones y se metía y salía de agua una y otra vez. Estaría haciendo algún ritual de purificación? Se trataría de alguna ceremonia de bautismo con la Pachamama? No lo sé. Lo cierto es que duraba bien poco en el agua. Por su lado, Pancho - sentado en una roca y con el torso desnudo -parecía rendir culto al Dios Sol. Adoraba acaso a Ra, Helios o a nuestro más cercano Inti? Tampoco lo supe. Recordé de pronto que en el camino encontramos un par de novillos muertos. Serían producto de sacrificios carnales practicados por infieles en esas serranías? La verdad es que esta peregrinación se estaba tornado un tanto pagana.

En fin, luego de estas manifestaciones herejes, decidimos ahuecar el ala y comenzamos el descenso. Bordeamos el cerro y empalmamos nuevamente con el camino a Altos del Naranjo. Fue un descenso rápido y tranquilo, solo matizado por el encuentro con otros senderistas que a esa hora iban de subida. Y antes de mediodía, ya estábamos abajo.

Un bello paseo, genial mezcla de lo humano y lo divino.


A pedido del público agregamos estas dos fotos (pueden hacer clic sobre ellas):

lunes, 7 de diciembre de 2009

A los acantilados de la Ermita

Ayer domingo, zona de sándwich, fuimos solo 3: Pancho, la Carmen Gloria y yo (Gabriel).
Había harta gente predisponiéndose a subir, cosa que nos llamó la atención.

Nos subimos los 3 al auto de Pancho y nos topamos con detención por arreglos en la ruta, cerca de la Ermita misma. Están arreglando el camino, en esta época del año, cosa que nos pareció buena cosa, independiente de las molestias de tener que esperar a la ida y a la vuelta, hasta que los banderilleros dieran el paso.

Caminamos cuesta arriba por la misma calle, al punto que la Carmen Gloria dijo que parecíamos camino a la procesión del Lo Vásquez o algo así.
A la altura de los álamos o el esterito, cruzando la calle y a la derecha, atravesamos el cerco, justo donde dice "No Entrar" y nos metimos al bosque por una huella menor.
Llegamos a la calle esa que llega a los álamos y seguimos hasta dar con ellos.

Ahí nos encaramamos a mata caballos, pues el sendero es escaso, siendo esta una ruta poco transitada. Es una buena ruta, hermosa y más bien corta, pero los pesados del sector, esos que viven justo al frente de los pacos, al otro lado del camino, y que parece que están habilitando el terreno para entrenamientos de cursos de coaching, sus malas pulgas han desbaratado estas opciones de rutas.

Llegamos más temprano que tarde a la playa esa donde siempre hacemos nuestro descanso de cumbre, en una ruta llena de flores, que fotografiamos una y otra vez y de las que dejamos varios recuerdos. La mejor foto creo yo, es una donde aparece la Carmen Gloria, entre medio de un verdadero jardín de flores.

Mientras subíamos, decidimos hacer una ruta de descenso exploradora, tirándonos un poco más a la izquierda de la cumbre, buscando el surco principal de las bajadas del agua, pues desde arriba se veía el socavón que había dejado en la tremenda crecida de este invierno.

Ya en el descenso, nos topamos con una primera parte, con algunas dificultades, pero pronto dimos con el socavón, que lavó el cerro de vegetación, de rocas, ampliando el cauce en una magnitud notable.

No nos topamos con ninguna dificultad mayor, salvo el tener que ir en presencia completa, como le comenté a la Carmen Gloria, pues una distracción y una torcedura de tobillos o contractura a lo Rebeca, nos podian afectar el placer del paseo.

Día semi nublado, brisa fresca, nos regaló un deleitoso paseo, en buena compañía.

A la bajada, en la Ermita muchos autos, mucha bicicleta que llega hasta ahí a arrancar cerro arriba hacia Farellones, probablemente producto de la motivación del evento ciclístico del fin de semana anterior, donde el chorro de ciclistas fue fenomenal.



martes, 1 de diciembre de 2009

Se fue el Chefo Equiguren

Un buen amigo nuestro, el Chefo Eguiguren, optó por irse de este mundo. La noticia llegó ayer a través de un llamado de otro gran amigo, el Tito Lopez. ¿Será él? me preguntaba, por teléfono.

Al día siguiente, con diario en mano, me vuelve a llamar Tito y me dice "no hay duda, es él". ¿Qué le habrá pasado? si era un tipo fuerte y deportista.

Hacía tiempo que no lo veíamos, comentamos con Andrés Reutter más tarde. Me entero que en el intertanto se volvió a casar. Si incluso la Consuelo me hizo recuerdos de una conversación con él, muy entusiasmado

con esta mujer, con la que después se casaría.

¡Qué te pasó Chefo! que nunca nos viniste a contar. Nuestra manos quedan extendidas al aire, con la cara y el alma llena de dolor. Amigo; nos faltó hablar más, es la fantasía que uno siempre tiene.

Que dolores, qué angustas te habrán embargado y tomado quizás hasta la razón. Recibe viejo y doliente amigo nuestro abrazo, nuestro saludo, nuestro llanto también, en este día de dolor que en tu memoria instalamos.

Adios querido Chefo; buen hombre, gran amigo, de sonrisa cálida y fácil.


domingo, 29 de noviembre de 2009

A los Llanos haciéndole el quite a los ciclistas

Hoy, fue el día de las bicicletas. Mientras subía hacia nuestro punto de encuentro, fui viendo más y más ciclistas que remaban hacia el punto de partida de la carrera que enfilaría hacia Farellones, desde el Mall Sport. Cuando pasé por ahí casi no pude pasar; lo hice siguiendo a otro auto que habría pista entre millares de ciclistas que se aprestaban.

Al llegar a la cafetería de la bomba, me encuentro con la Carmen Gloria y al poco rato llegan la Consuelo, engancho a Andrés Susaeta que venía solo a subir el Alto del Naranjo, y Pancho Balart.
Estiramos nuestro periodo del café pues al menos en dos ocasiones salimos a ver pasar a los miles, de verdad, miles de ciclistas, que entusiastas, aperrados, pedaleaban cuesta arriba. Buena onda; entusiasmo y multitudes. Bravo.

En vista de esta circunstancia en la ruta habitual nuestra hacia el Alto, La Ermita o la Disputada, optamos por encaminarnos hacia Los Llanos. Ya en camino me llama la Consuelo, para decirme que estaban atrapados pues debían cruzar el chorro de ciclistas y no podían. Los esperamos unos minutos antes de partir, eso fue todo.

La conversa hacia arriba con Andrés fue sin parar. Nos fuimos hasta la misma punta, punteando, a buen ritmo, manteniendo la emoción del entusiasmo que nos contagió, mientras mirábamos a los ciclistas.

El día estaba más bien nublado, por lo que el sol no fue tema. Incluso algunas mínimas gotas de agua nos cayeron.

Arriba descansamos un rato, habiendo dos que queríamos seguir hasta los Llanos y dos expresaron su no deseo. Al final yo pedí partir, pues me dio frío y el resto había subido abrigo adicional que se pusieron.

Ricas naranjas, algunas galletas y pasas de la Carmen Gloria, fue el menú del día. Al llegar abajo me di cuenta que en toda la ida y venida no había tomado una sola gota de agua.

Los temas fueron infinitos, siendo algunos de ellos la dietas, la biodanza, los negocios, la innovación, las patentes mineras, las subidas bicentenarias de los caudales cordilleranos y sus destrozos, las historias personales, los porqué, las culturas chilenas, difíciles algunas para la innovación y el emprendimiento, etc.

Un excelente paseo, ejercicio, conversaciones con alta dosis de intimidad y buena onda. Todos quedamos en buen estado para emprender la semana.

Pancho me pasó unas muletas que le pasé a dejar a nuestra amiga coja, la Rebeca, que se repone de su contractura.

Otro tema fue comentar el encuentro social de este grupo, este viernes recién pasado, en casa de Pancho Balart. Un cordial y grato encuentro de esta familia que somos los subecerros.

(+ fotos aquí, aquí y aquí)

Links:
  • Despertando al cuerpo con la: biodanza
  • Libro La Puta de Babilonia de Fernando Vallejo, escritor colombiano (no recomendable para varios)
  • Libro Un Mundo sin Fin de Ken Follet, la segunda parte de Los Pilares de la Tierra.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Ezguince de la Rebeca

Fuimos a esa subida que está camino a la Disputada, muy poco más allá de cuando uno se separa del camino que va a Farellones y a la derecha. Es justo donde hay una entrada a una casa y donde hay unos pinos enormes.

Íbamos esta vez Andrés Reutter, Caco Salazar, Pancho Balart, la Rebeca, la Consuelo, la María Elena del Valle y yo, Gabriel.

Manejé el Mercedes de Pancho y a la ida la María Elena nos contó sus impresiones de su viaje a China, a buscar guerreros de Terracota para la exposición que se viene en el Centro Cultural del palacio La Moneda.
Para mi sorpresa, María Elena está trabajando para este proyecto con mi amigo Enzo Cozzi, experto en China.

Nos dijo que lo que más le había impresionado es este estadio, muestra increíble de modernidad y futuro.

La primera parte del cerro es larga y empinada; un muy buen ejercicio, que varios demandábamos.
Arriba llegamos a un potrerito o claro y el camino se desvía como hacia la izquierda, pasa por una gruta-vertiente y de ahí a la cumbre desde donde se ven las curvas a Farellones al otro lado y Farellones mismo, que está prácticamente a la misma altura.

Arriba, a disfrutar de la vista, en un día semi nublado, lo que lo hizo relativamente suave en cuanto al impacto de sol que ya en esta época del año pega.

Con Caco conversamos un buen rato de nuestro reunión de 40 años de salidos del Grange, donde los encuentros significativos y las reflexiones de nuestras humanidades y la vida abundaron. Conversar con Caco acerca de esta reunión fue un deleite.

Andrés nos contó más tarde de lo que fue uno de sus encuentros del colegio Alemán donde él estudió, en que siendo colegio mixto, dos compañeros de curso se encontraron y emparejaron, siendo gatillante de la separación de uno de ellos.

Bueno, a la bajada, nuestra querido Rebeca dio un paso en falso y rompió algo de su pantorilla que la dejó inmovilizada de su pie derecho, completamente.

Por turnos, primero Andrés y Caco, la cargaron a lapa. Después me sumé yo y así fue el trajín hasta los autos. Espero que la Rebeca esté bien y pase este trance rápido y esté el próximo domingo con nosotros.