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viernes, 27 de agosto de 2010

Fotos de Paula Christensen

el Pochoco desde el Pochocón

jugando al luche en la cumbre

Gabriel, Verónica, Rebeca y Pancho

un descanso en el camino (vez a la Rebeca encaramada en el árbol?)

jueves, 26 de agosto de 2010

A la cumbre del Pochocón desde el puente Ñilhue

Paula, Verónica, Rebeca y Pancho
Con este grupo y esta onda arremetimos nuevamente por el frente de la subida al Alto del Naranjo, a la altura del puente Ñilhue, por donde sale una calle a mano izquierda yendo a Farellones, justo después del puente.

Esta vez buscamos por el camino que acertadamente llega a metros del mismo Pochocón; increible! pero cierto.
Se puede llegar, en un buen auto, yeep, 4 x 4, alto; en moto, fácil, prácticamente a los pies del Pochocón.
al frente la ruta al Alto del Naranjo
En esta foto puedes ver la vista que teniamos de la subida al Alto del Naranjo. Los que saben pueden ver o adivinar donde está el canal y por donde va la ruta.

Atrás, donde se ve aun una pizca de nieve, es la cumbre del Provincia. Y en primer plano, la cima que toca el cielo, es la cumbre del Alto del Naranjo.
Verónica, Rebeca, Pancho y Paula
Caminamos la mayor parte del tiempo por este camino que se ve aquí, donde se encuentran cosas botadas, como esta caja grande que era un verdadero closet con compartimentos, pensamos para el operario de la máquina retro-excavadora o la que fuera, con que sospechamos, un solo hombre, hizo todo el principal trabajo de hacer el camino. Recuerdo cuando subiendo el Alto del Naranjo, en más de una ocasión, veíamos a esa máquina que abría camino cerro arriba por estas escarpadas laderas.

La última parte se aplana bastante, dando cancha a sitios donde algún día podrán ir buenas casas. Las vistas son maravillosas, especialmente en días como el que nos tocó esa mañana de domingo, que en nuestras casas la neblina era cerrada, pero sabiamos abriría como abrió, cerro arriba.
Paula y Rebeca
De que hablaban la Paula y la Rebeca, no me acuerdo; pero ese día, yendo con Pancho más adelante, observábamos a estas tres ya buenas amigas en su conversa animada, que daba gusto.

Como todas las veces, las conversaciones son de buen nivel, a veces con disputas de puntos de vistas, especialmente cuando se trata de pugnas de géneros o asuntos de parejas, institución acordamos en revisión total, pues los casos de crisis agudas, rupturas y sufrimientos no menores, abundan.

Qué mejor espacio que estos cerros para esas conversas, especialmente cuando la pista es ancha, como en este caso que subimos prácticamente hasta la cumbre por una calle.
P1090380
Aquí puedes apreciar el nivel de planicies cuando ya teníamos a la vista, lo que al fin de cuentas era la cumbre del Pochocón, pues siempre pensé que estábamos llegando al Pochoco.

Había restos de nieve por aquí y por allá, nieve bastante dura, por lo congelada.

Descansamos un rato en este lugar que viene a continuación, que es un verdadero lugar de picnis y asados, que esperamos estrenar pronto. Tiene parrilla y buena, a disposición del que llegue .. y mesa bastante potable. Solo faltan las sillas.
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Al llegar a la cumbre, nos encontramos con gente. Personas que iban de paso al Lomo de la Vaca y otros que descasaban en la cumbre.

Nos sacamos esta foto para que se apreciara la vista a nuestras espaldas, en que Farellones está justo detrás del cerro atrás, que es el Lomo de la Vaca justamente.
Paula, Verónica, Rebeca y Pancho
Y eso fue, llegamos cansaditos abajo y un poco tarde a nuestras casas, pues fue un poco largo o demasiado conversado.

Y esta última foto, para mostrar la cumbre del Pochoco, poco más abajo en la dirección a la cumbre el Manquehue que se ve al fondo.
Pancho, Paula
Bueno, ya es hora de ir pensando en un "ágape en la cumbre", en ese lugar que está mandado a hacer. Saludos a todos nuestros oyentes.

martes, 17 de agosto de 2010

Nubes flotando sobre la ciudad

Santiago con neblina
Llegamos al punto de encuentro un buen grupo: Pancho, la Vero, la Paula, la María Elena, Gabriel, Alfonso y yo (Rebeca). La idea de volver al Pochoco por la retaguardia pero esta vez llegar hasta arriba tomó fuerza y... para allá partimos!.
grupo

Estas exploraciones de nuevos caminos y la conquista de otras cumbres para desde arriba observar el familiar paisaje desde otra perspectiva, es desafiante y nos matiene espectantes durante toda la jornada. La mañana amanece fria y con mucha neblina, a poco andar vemos la luz del sol sobre nuestras cabezas y un cielo azulado totalmente despejado que nos acoge y rápidamente el calor llega y aparece el espectacular paisaje de montañas y cerros aún con nieve en lo alto.!Precioso!

Pancho anuncia desde la partida que  él debe bajar temprano para cumplir con un compromiso familiar antes del almuerzo. Los viajes que algunos han realizado este año y proyectos para movilizarse en un  futuro cercano, inician las conversaciones, asi nos paseamos por Buenos Aires con la Vero, por España, la María Elena pregunta por Huasco, Gabriel cuenta de las termas de Socos, se agrega Hungría, Praga, Inglaterra, La Paula y su Mallín Colorado y al fin con Pancho terminamos en la China.

Mientras caminamos un buen trecho por amplia avenida; camino algún día utilizado para subir en vehículo que  abandonado e invadido por plantas y piedras, nos hace avanzar sin problemas, algo como un precalentamiento corporal para afrontar la segunda parte que viene  más esforzada y empinada. Los ruteros Pancho y Gabriel toman la delantera y haciéndo camino al andar llegamos a un extraordinario mirador donde naturalmente hacemos un descanso.
al fondo la cordillera nevada

Entre el mastique de naranjas y galletas las conversaciones fluyen en un ambiente de confianza y compañerismo. El tema de la relación de pareja parece ocupar y acaparar el lugar priviligeado esta vez.  La preocupación constante de mantenerse felices con el otro  nos lleva a  buscar  especie de "recetas" y dentro del grupo las versiones son diferentes, lo bueno es compartir opiniones que finalmente resulta una buena manera de apoyarse  mutuamente, algo muy  terapeútico hay en todo esto de pensar colectivamente.
tenemos infra para el p´roximo cocktail

Pancho se despide y baja con premura, nosotros seguimos camino arriba hasta llegar a un plano en donde han colocado un gran manto de plástico y más adelante descubrimos un acomodado espacio hasta con una mesa de madera lista para el asado. Vemos además huellas de auto claramente marcadas hasta el mismo sitio.
sentadas en el platillo volador

Definitivamente volveremos a este lugar con algo más que galletas y naranjas acordamos todos. Y como la imaginación alcanza para todo, muchas interpretaciones e ideas sobrevolaron tal como cóndores, sobre el origen de estas marcas y huellas aparecidas en terreno,  extraterrestres invadiéndo la cordillera chilena pasaron por las mentes, o cierto grupo de parapentes, o de  motociclistas...???¿Quién sabe?
Verónica

En resumen: gran salida, con nubes flotando sobre la ciudad mientras arriba nosotros disfrutando en la altura de un despejado total, motivo gigantesco para volver a repetirse el plato domingo a domingo.
!Un regalo más de vida!
iniciando el retorno

Una oferta para los subecerros

Nuestra amiga Paula Christensen, que aparece en el video, nos ha hecho una oferta, un ofertón, para que vayamos a disfrutar y aprecias los paisajes y actividades que ofrece a través de su ecolodge Mallín Colorado.

La oferta puedes verla aquí.

Mallín Colorado en Facebook.



Mapa del lugar:


Algunas imágenes que nos envió Paula.






domingo, 8 de agosto de 2010

Intentando el Pochoco por la retaguardia

El día amanece ambiguo; sol hacia la costa, nubes en la zona de la cordillera, aparte de haber nieve hasta bastante abajo en los cerros. De hecho subiremos y en la última parte caminaremos sobre la nieve.

Nos encontramos en la bomba cerrada, ex YPF, ex Terpel. Estamos Pancho, la Consuelo, la Rebeca y Yo. Vendrá además Paula Christensen Arteaga, la de Mallín Colorado. La esperamos un rato y llega.
Adonde vamos? la pregunta de todos los domingos. La Rebeca quiere ir al Alto por La Católica. NO, dice el grupo. Época de ski, significa nada más allá del control de La Ermita, que se arma ahí un medio taco por el control de los carabineros. Al Alto, parece acordar el grupo.

Dudas de dejar los autos estacionados donde siempre, después de los Partes de días pasados. Igual los dejamos ahí y nos vamos todos en el auto de Pancho; somos 5.

En la ruta decidimos explorar el territorio al frente de la subida al Alto; por ahí por donde han hecho un camino que pareciera que llega hasta la misma cima del Pochoco.

Dejamos el auto al poco de entrar por el camino que sube y caminamos entre casas llenas de perros protectores, que por suerte ladran desde detrás de sus rejas. Seguimos el camino más marcado y no vemos el camino de subida, razón por la cual terminamos subiendo escarpadas laderas.

Nuestra Paula se queja con sus zapatillas, de lo difícil del terreno; pero lo hace con alegría todo el tiempo. Sufre, sin duda.
Va a la par del grupo y arriba, agotados varios nos desplomamos en el suelo y ella sigue de pie, con el mismo espíritu. Bueno pues, conclusión, tiene un estupendo estado físico y excelente ánimo, alegre y positivo,

Hay lugares de ascenso más complejos, resbalosos muchas veces, pues el suelo tiene esa contextura de suelo cuya humedad se ha congelado y por ello como expandido, quedando al final como esponjoso, inflado incluso.

Empieza a salir el sol a través de las nubes que se hacen más delgadas y su luminosidad tiñe los manchones de nieve ya en las partes más altas, de una brillantés que atrapa nuestra mirada, y que los contrastes de oscuridad y el colorido de una vegetación que viene en pleno despegue pre primaveral, tuvimos espectáculos gloriosos de belleza poco usual.

Al final el camino que era por donde pensábamos subiríamos, corría por una ladera más allá, más hacia Farellones. Volveríamos, bajaríamos eso si por ese camino, mal mantenido y estropeado por las lluvias y sus arrastres de tierra y piedras, haciendo verdaderos cerros cruzando el camino.

Al llegar a la cumbre, que no resultó ser el Pochoco, sino una conformación un cerro más acá, vimos la hora y eran las 12. No hay más tiempo como para intentar el Pochoco, así que media vuelta y con rapidez volvimos al auto. Al principio tuvimos algunos tropiezos al perder las huellas de nuestro ascenso, pero igual dimos con el camino, que nos llevó al auto sin problemas.

Y a casa, después de una bella, novedosa subida; y cansadora.

Nublado sin lluvia en los cerros

Otro encuentro dominical en la ruta a Farellones 8:30 am. Puntualmente llegamos a la cita auto de Pancho, esta vez me trae  mi amiga Paula Christensen, se suman la Consuelo y María Elena. En total somos 5 buenas damas y Pancho que bendito sea entre todas las mujeres.!Grande Pancho!.

El clima frio y nublado con pronóstico de lluvias nos tiene a todos super forrados. Nuestra amiga María Elena viene convaleciente y delicada de salud  por lo que tomamos rumbo al cerro camino a las Ñipas para hacer suave caminata cosa que la novata Paula agradece.



Maria Elena nos cuenta en pocas palabras su problema de salud que la ha tenido ausente últimamente de las actividades deportivas y su estado físico se resiente ante la intensa agenda profesional, un cariñoso estímulo a superar el momento son los que el grupo le transmite... Paula trae una nueva cámara fotográfica casi más grande que su mochila la que aprovecha de estrenar capturando escenas de esta su primera subida con nosotros.


 Atento el grupo escucha a Paula que se explaya en la descripción de su trabajo de administradora de "Mallín Colorado Ecolodge", maravilloso lugar ubicado en el fin del mundo en la Regíon de Aysén. Turistas de distintas partes del mundo son los que ella atiende durante cinco meses del año, el resto del tiempo se dedica organizar la siguiente temporada lo que implica viajar a diferentes puntos del planeta para su promoción. Una manera bastante particular de ganarse la vida, mucho compartir con personas de todo el mundo, tiene su toque aventurero y social.



Cactus y más cactus, planta que abunda en estos cerros son los que a Paula le llaman la atención, punzantes espinas en contraste con esas flores rojas que adornan su cuello como collares que le dan un toque de feminidad a su erizado cuerpo...observando la foto viene a mi mente otra vez la certeza de que lo femenino y masculino se trenzan en una amistad y diálogo permanente en esta preciada naturaleza.


Excelente salida que termina con reencuentro con Andrés que viene bajando con su hijo Cristóbal abajo en los estacionamientos del naranjo. Estos paseos siempre ofrecen algo distinto y novedoso, gloriosos reencuentros con los que se pierden por temporadas, caras nuevas para acoger y recoger. La naturaleza es muy sabia, nada pasa porque sí. !Hasta la próxima!