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domingo, 8 de agosto de 2010

Intentando el Pochoco por la retaguardia

El día amanece ambiguo; sol hacia la costa, nubes en la zona de la cordillera, aparte de haber nieve hasta bastante abajo en los cerros. De hecho subiremos y en la última parte caminaremos sobre la nieve.

Nos encontramos en la bomba cerrada, ex YPF, ex Terpel. Estamos Pancho, la Consuelo, la Rebeca y Yo. Vendrá además Paula Christensen Arteaga, la de Mallín Colorado. La esperamos un rato y llega.
Adonde vamos? la pregunta de todos los domingos. La Rebeca quiere ir al Alto por La Católica. NO, dice el grupo. Época de ski, significa nada más allá del control de La Ermita, que se arma ahí un medio taco por el control de los carabineros. Al Alto, parece acordar el grupo.

Dudas de dejar los autos estacionados donde siempre, después de los Partes de días pasados. Igual los dejamos ahí y nos vamos todos en el auto de Pancho; somos 5.

En la ruta decidimos explorar el territorio al frente de la subida al Alto; por ahí por donde han hecho un camino que pareciera que llega hasta la misma cima del Pochoco.

Dejamos el auto al poco de entrar por el camino que sube y caminamos entre casas llenas de perros protectores, que por suerte ladran desde detrás de sus rejas. Seguimos el camino más marcado y no vemos el camino de subida, razón por la cual terminamos subiendo escarpadas laderas.

Nuestra Paula se queja con sus zapatillas, de lo difícil del terreno; pero lo hace con alegría todo el tiempo. Sufre, sin duda.
Va a la par del grupo y arriba, agotados varios nos desplomamos en el suelo y ella sigue de pie, con el mismo espíritu. Bueno pues, conclusión, tiene un estupendo estado físico y excelente ánimo, alegre y positivo,

Hay lugares de ascenso más complejos, resbalosos muchas veces, pues el suelo tiene esa contextura de suelo cuya humedad se ha congelado y por ello como expandido, quedando al final como esponjoso, inflado incluso.

Empieza a salir el sol a través de las nubes que se hacen más delgadas y su luminosidad tiñe los manchones de nieve ya en las partes más altas, de una brillantés que atrapa nuestra mirada, y que los contrastes de oscuridad y el colorido de una vegetación que viene en pleno despegue pre primaveral, tuvimos espectáculos gloriosos de belleza poco usual.

Al final el camino que era por donde pensábamos subiríamos, corría por una ladera más allá, más hacia Farellones. Volveríamos, bajaríamos eso si por ese camino, mal mantenido y estropeado por las lluvias y sus arrastres de tierra y piedras, haciendo verdaderos cerros cruzando el camino.

Al llegar a la cumbre, que no resultó ser el Pochoco, sino una conformación un cerro más acá, vimos la hora y eran las 12. No hay más tiempo como para intentar el Pochoco, así que media vuelta y con rapidez volvimos al auto. Al principio tuvimos algunos tropiezos al perder las huellas de nuestro ascenso, pero igual dimos con el camino, que nos llevó al auto sin problemas.

Y a casa, después de una bella, novedosa subida; y cansadora.

2 comentarios:

  1. Super buenos los posts, qué bueno que no pusieron nada de mis quejidos....la verdad, me dolieron las piernas desde el principio....pero fue chorísimo, gracias por aceptarme en el grupo..

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  2. Uff! Me la hubiera podido? Se pasaron. Prometo unirme pronto cuando se resuelvan algunos problemas legales interminables.

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