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martes, 17 de agosto de 2010

Nubes flotando sobre la ciudad

Santiago con neblina
Llegamos al punto de encuentro un buen grupo: Pancho, la Vero, la Paula, la María Elena, Gabriel, Alfonso y yo (Rebeca). La idea de volver al Pochoco por la retaguardia pero esta vez llegar hasta arriba tomó fuerza y... para allá partimos!.
grupo

Estas exploraciones de nuevos caminos y la conquista de otras cumbres para desde arriba observar el familiar paisaje desde otra perspectiva, es desafiante y nos matiene espectantes durante toda la jornada. La mañana amanece fria y con mucha neblina, a poco andar vemos la luz del sol sobre nuestras cabezas y un cielo azulado totalmente despejado que nos acoge y rápidamente el calor llega y aparece el espectacular paisaje de montañas y cerros aún con nieve en lo alto.!Precioso!

Pancho anuncia desde la partida que  él debe bajar temprano para cumplir con un compromiso familiar antes del almuerzo. Los viajes que algunos han realizado este año y proyectos para movilizarse en un  futuro cercano, inician las conversaciones, asi nos paseamos por Buenos Aires con la Vero, por España, la María Elena pregunta por Huasco, Gabriel cuenta de las termas de Socos, se agrega Hungría, Praga, Inglaterra, La Paula y su Mallín Colorado y al fin con Pancho terminamos en la China.

Mientras caminamos un buen trecho por amplia avenida; camino algún día utilizado para subir en vehículo que  abandonado e invadido por plantas y piedras, nos hace avanzar sin problemas, algo como un precalentamiento corporal para afrontar la segunda parte que viene  más esforzada y empinada. Los ruteros Pancho y Gabriel toman la delantera y haciéndo camino al andar llegamos a un extraordinario mirador donde naturalmente hacemos un descanso.
al fondo la cordillera nevada

Entre el mastique de naranjas y galletas las conversaciones fluyen en un ambiente de confianza y compañerismo. El tema de la relación de pareja parece ocupar y acaparar el lugar priviligeado esta vez.  La preocupación constante de mantenerse felices con el otro  nos lleva a  buscar  especie de "recetas" y dentro del grupo las versiones son diferentes, lo bueno es compartir opiniones que finalmente resulta una buena manera de apoyarse  mutuamente, algo muy  terapeútico hay en todo esto de pensar colectivamente.
tenemos infra para el p´roximo cocktail

Pancho se despide y baja con premura, nosotros seguimos camino arriba hasta llegar a un plano en donde han colocado un gran manto de plástico y más adelante descubrimos un acomodado espacio hasta con una mesa de madera lista para el asado. Vemos además huellas de auto claramente marcadas hasta el mismo sitio.
sentadas en el platillo volador

Definitivamente volveremos a este lugar con algo más que galletas y naranjas acordamos todos. Y como la imaginación alcanza para todo, muchas interpretaciones e ideas sobrevolaron tal como cóndores, sobre el origen de estas marcas y huellas aparecidas en terreno,  extraterrestres invadiéndo la cordillera chilena pasaron por las mentes, o cierto grupo de parapentes, o de  motociclistas...???¿Quién sabe?
Verónica

En resumen: gran salida, con nubes flotando sobre la ciudad mientras arriba nosotros disfrutando en la altura de un despejado total, motivo gigantesco para volver a repetirse el plato domingo a domingo.
!Un regalo más de vida!
iniciando el retorno

1 comentario:

  1. Rebeca, buenísimo el relato, no se te olvida nada y los escribes muy bien.... vuelvo el domingo de todas maneras, con mi botellita de agua, jajaja

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