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domingo, 31 de julio de 2011

Bordeando la canaleta del sector Guayacán


Siempre, siempre vale la pena levantarse temprano los domingos para subir cerros con este grupo.

Después de una larga noche nevando en Santiago, amaneció bastante bonito y decidimos subir cerca de la ciudad. Nos dirigimos hacia el sector de Guayacán, Pancho Balart, la Consuelo, Francisco Valdivieso y yo. El frío que hacía afuera se fue rápidamente porque despuntaba el sol y aceleramos el ritmo de caminata por la huella de los autos.Llegamos hasta el final, cruzamos un charco bajo los eucaliptus y llegamos a un alto, con un mirador precioso de madera, más a o menos a la altura de Quinchamalí.

Amena conversa durante toda esta parte, sobre todo relacionada con hombres maduros que buscan la compañía de una mujer, pero en forma bastante troglodita, cual cazador de presa, según Valdivieso. En fin, ya en este mirador, en un rincón nevado y con hermosos rayos de sol, nos comimos las naranjas y un chocolatito que llevaba. No era tan tarde, pero emprendimos la vuelta.





Gracias a la Consuelo que insistió en seguir caminando, tomamos el borde de la canaleta rodeado de nieve. Una ruta bien marcada, en fácil y leve ascenso, rodeada de árboles y arbustos, además del ruido del agua en constante movimiento  y el blanco

de la nieve constituyó una de las caminatas más bellas y placenteras de todas las conocidas al menos por mi. Un placer inmenso.... un paso tras otro...los Panchos se habían separado de nosotras, así que caminamos mucho rato solas con la Consuelo,  a veces en silencio, a veces conversando, sobre todo de los hombres.

Bordeando largo rato los cerros, subiendo, haciendo equilibrio entre nieve y rocas y la
canaleta, llegamos al punto donde comienza y que habíamos estado otras veces. A esas alturas de la mañana el sol ya calentaba, no había nieve y emprendimos el regreso al auto por camino conocido. Con variados temas de conversación, hicimos de nuevo algunas partes del camino de inicio, esta vez ya sin nieve y con un sol de mediodía muy rico.



Para mí fue un sendero precioso, quizá el mismo lugar de otras veces, los mismos cactus, las mismas vistas de Santiago, pero la nieve blanca y radiante a cada paso, lo hizo perfectamente único y bello. ¡Gracias Consuelo por insistir!




NOTA: Nadie llevó máquina de fotos, así que las tomamos con los celulares.....

lunes, 25 de julio de 2011

Al Manquehue eludiendo el tráfico de los esquiadores

Ya anoche llovía copiosamente en Santiago, lo mismo esta mañana de lunes. Subimos ayer domingo en la mañana el Manquehue, con un día completamente despejado e incluso algo caluroso para los días que corren.

Francisco Valdivieso y la Consuelo
Figurábamos los cuatro que subiriamos en nuestro punto de encuentro en la ex YPF de Arrayán, viendo las cantidades de autos que apresurados se dirigían a los centros de ski, que de seguro disfrutarían de uno de los mejores días de la temporada, por lo soleado y la cantidad de nieve.
Eludamos este tráfico y vamos al Manquehue, será la proposición de Pancho Balart, que el resto acogeremos.

Somos Pancho Balart, Francisco Valdivieso, Martín Wielandt, Consuelo Fuezalida, Paula Christensen y yo, Gabriel Bunster.

En perfecta fila india, en cuatro autos nos encaminamos a los Trapenses, para subir por la parte trasera del Manquehue.

saludando a la Eloisa y sus compañeras del trágico viaje de estudios
Tomamos una ruta que habíamos descubierto en una bajada anterior con Pancho y que Martín conocía muy bien. Un sendero que corre en travesía al cerro hacia el norte subiendo poco poco, hasta llegar a la parte alta de ascenso, en que uno va viendo además el lado norte de Santiago.

Voy en animada conversación con Martín, con quien nos habiamos adelantado al resto del grupo, y pasamos a saludar a la Eloisa Garreaud Sutil, en una cruz con asiento, que habían instalado en la ruta, en un pequeño montículo. Un instante de introspección y pensar en estas jóvenes que murieron en ese trágico viaje de estudios de colegio por el norte.
Mas tarde nos encontraríamos con el papá de la Eloisa que venía alegremente bajando junto a dos amigos y que tuve la suerte de conocer porque Martín lo conocía y lo saludó y presentó.

Gabriel tomando agua con un norte de Santiago con neblina
A pocos metros de la cumbre, decidimos hacer una detención mayor y esperar al resto, aprovechando la excepcional vista con asientos de roca, que esa ladera ofrecía. Llegaron y se instalaron y aprovechamos de comernos las naranjas de Pancho, que estaban esquisitas y jugosas. Vista maravillosa, brisa en el cuerpo, un grupo alegre y chacotero, propio de la influencia de Martín, fue un momento delicioso.

allá vienen Pancho, Fco., la Consuelo a la Paula
Seguimos a la cumbre, donde nos encontramos con varias personas, con las que entablamos conversación, producto de lo cual nos enteramos por Rafael Vial y unas gringas de California, que estudiaban una central de energía solar en el deseierto de Atacama, con una cobertura de unos 2.000 há. para producir 1 Gigawatt de energía, en base a espejos que se mueven en relacíón al sol cual plantas de maravilla y que concentran la luz en un punto donde se genera vapor de agua, inicio del proceso de transformación y captura energética.

ya en la cumbre del Manquehue en animada conversa
La punta del Manquehue resultó ser un lugar social y no tanto de vistas, salvo la clásica asomada a Santiago, que la verdad no es la vista que uno más anda buscando.

Ya cerca de las 12 las emprendemos hacia abajo y como vemos que nuevamente nos empezamos a separar del grupo con Martín, este decide esperar y despedirse, en particular de la Paula, cosa que sorprendentemente hace que en animada conversación y bromas, lleguemos todos juntos a los autos.

Un exquisito día y un ameno grupo para compartir.

Paula Christensen

De Buzón

domingo, 17 de julio de 2011

Por la ladera sur al Pochocón

Pasé a buscar a la Alejandra Cambiaso a las 8:15 en la curva de Vespucio con Kennedy. El día se veía frío pero despejado, con algunas nubes altas en la zona de la cordillera. Los autos cargados de esquies corrían raudos a nuestro alrededor, sobrepasándonos la mayoría de las veces. Por alguna razón su urgencia no disminuye con los años.

Caco Salazar, Isabel y su hijo Andrés
Llegamos al punto de encuentro justo detrás de Pancho. Al poco rato llegó el auto de la Isabel con su hijo Andrés y la Rebeca.
Caco Salazar había llegado antes, pero se había estacionado más adelante y llegó caminando a nuestro encuentro.

Muy pronto llega la María Elena con un amigo.

Caco mira las montañas nevadas del frente, la zona del Alto del Naranjo
Optamos por partir por la ruta a Farellones y tomar hacia el Pochocón por el flanco trasero.
Ya estacionados en el lugar, recabamos que hemos elegido "ladera sur" y ello nos llevó mucho rato por la sombra y el frío. Quizás por eso, la lucha contra el frío, que el andar se hizo rápido, en la distracción de las activas conversaciones.

El paseo del fin de semana anterior fue uno de los temas obligados, registro del cual está en el posteo anterior de la Rebeca con las fotos de la Paula.

Otro tema fue el viaje a Alemania de la Alejandra, a encontrase con su pinche germánico.

y esta fue la cumbre, chatos del duro avance por la nieve
Temprano en el ascenso empezamos a caminar sobre terreno nevado. El espesor de la nieve bajo nuestros pies se va profundizando a medida que subimos, llegando a los 20 cms. El hecho de tener que levantar los pies en cada paso nos va cansando en exceso, así que optamos por seguir una perfecta fila india, pisando justo donde el primero iba pisando y cambiando de a ratos al que iba punteando.

A medida que subimos vimos como una espesa nube cubría Santiago y avanzaba por el cajón del río allá abajo. Esta nunca nos cubrió a nosotros, pero vimos como se puso justo en el Alto del Naranjo al frente nuestro, cubriendo ese sector.
Incluso por arriba nuestro vimos como aparecía la nube desde el otro lado del cerro.

Caco y la Rebeca
Un hermoso día, de caminata sobre una fresca nieve con sus infinitos brillos, donde caminamos mucho rato cabeza gacha, por poner el pie justo donde lo ponía el que iba adelante nuestro.
Seguimos siempre la ruta del camino de ascenso, sin salirnos de el, hasta que algunos ya querían volverse del puro cansancio.
Paramos en una roca, bastante cerca de la explanada donde está la zona de camping con parrilla y nos devolvimos, salvo la María Elena con Germán, su pareja que nos alcanzó y su amigo, que optaron por volverse por la ruta del Pochoco y trabajarle al dedo de vuelta.

Alejandra Cambiaso

martes, 12 de julio de 2011

Paseo a Isla Negra

Puro Chile es tu cielo azulado...

Grupo en Isla Negra

Muy alegres y entusiasmadas partimos el sábado tempranito a Isla Negra a la casa de los Balart-Armendaríz, las amigas invitadas eramos cinco...Paula, María Elena, Consuelo, Isabel y Rebeca. Luego de algunos mails de idas y de vueltas, la comunicación instantánea  y fluida, hizo que este panorama de fin de semana resultara todo un éxito, con almuerzos y aperitivos memorables, gloriosas caminatas, tardes de cine arte, y todo esto gracias a los anfitriones de lujo que nos hicieron sentir en casa.

Consuelo contemplativa

Almuerzo: Siendo un grupo de animadas mujeres subecerros, luego del almuerzo del  sábado, esquisitamente preparado y servido por las encargadas Consuelo y María Elena que se habían esmerado con un buen plato de lasaña y papayas de postre, vemos a Pancho que caballerosamente se preocupa de completar las copas y hacernos sentir a gusto. Luego, salimos a caminar por las rocas que son casi parte  del jardín de la casa, caminata que nos sirve para hacer ejercicio y bajar la guatita por todas esas calorías extra que habíamos consumido en el almuerzo, como también para contemplar de cerca ese mar que tranquilo te baña; como dice el himno patrio.
Lobito de mar ¿perdido y flaquito?

Concentradas nos encontrábamos saltando de una roca en otra, cuando aparece ante nuestra vista para sorpresa nuestra, un precioso  ejemplar de lobito de mar que andaba medio perdido según Pancho. Se queda observando el agua un buen rato, hasta que decide volver a sumergirse. Gran regalo para los ojos, fue también poder presenciar la maravillosa puesta de sol esa tarde.


La invitacion incluye puesta de sol

Tarde de cine a todo color, con pantalla panorámica con fotos de la Patagonía nos traía la Paula desde su "Mallín Colorado", lugar privilegiado que es parte de nuestro campo de flores bordados, que es la copia feliz del edén... el paraíso mismo que tenemos los chilenos. Paula con su espontánea alegría, nos acerca a este maravilloso mundo de Aysén a través de imágenes que acompaña con amenas descripciones, anécdotas e historias que hicieron de este sueño familiar, una realidad que la llevan a pasar la mitad del año recibiendo visitas de turistas que acoge en adorables cabañas y que además incluye paseos y caminatas a lugares paradisiacos de la zona.


Paula, la fotógrafa nos acerca a la Patagonía

Mientras tanto, seguimos dándole al mastique para ejercitar los sentidos del gusto y saborear los manjares finos que Isabel y Paula nos ponen al frente.!Super atletas tod@s!.

Rebeca  llorando de la risa

Y ese mar que tranquilo te baña, te promete futuro esplendor: así fue, de mañanita bajo a preparar desayuno y me encuentro con la María Elena meditando en el living, aprovecho entonces de hacer mis ejercicios de yoga, mientras la Consuelo se pone hacendosa en la cocina. El desayuno es mi pega junto a Andrea y María Elena que ayudan, esperamos al resto con aguita y pancito caliente, para entrar en calor y despertar definitivamente para hacer nuestra caminata matinal de los domingos que promete. Pancho y sus invitadas nos disponemos a la caminata, justo entonces aparece nuestro vecino Rony quién nos acompaña a las rocas de Punta de Tralca muy a gusto se encontraba en la compañía de abundantes féminas.

close-up de Isabel

Nos dirigimos por camino plano a la punta rocosa donde nos encaramamos tomando altura buscando la vista panorámica, esa que nos permite visualizar toda la costa ya que la majestuosa blanca montaña se  nos quedó en Santiago junto al pisco sour de la Isabel. Bajamos después a la playa y aspiramos profundo para que ese olorcito a mar nos acompañara mucho rato.

encaramándose por las rocas

De vuelta a casa nos esperaba Andrea con la mesa muy bien puesta para el almuerzo, el menú: "paella a lo Andrea", luciendo su especialidad y buena mano, mientras Pancho colabora con servirnos y completar copas. Como era de esperarse, conversaciones pintorescas de todo tipo de aves y  las recetas que van y vienen en la cocina llena de mujeres.
Exquisita paella a lo Andrea...mmm, para chuparse los dedos


Luego de una relajada siesta, nos preparamos para otra sesión de cine-arte con la producción que Rony de su viaje en el 2006 a India y Nepal. Imposible pasar inadvertido este valioso material que nuestro amigo alemán, con calidad profesional nos ofrece. Se nos queda en la retina entre otras cosas, los cultos y rituales, los vivos colores de las telas, las calles repletas de gentes y animales que nos parece caótico, pero en definitiva estamos lejanos de entender su cultura porque somos muy distintos.

Pancho...!al agua no!, tú no eres lobito de mar
Un homenaje a nuestro querido amigo Pancho, porque él y su mujer Andrea cariñosamente nos abren sus puertas y nos acogen de corazón, en nombre de todas las muchachas subecerros que compartimos este panorama, un enorme y sentido abrazo por compartir con nosotras un feliz y gozoso fin de semana en la costa de nuestro Puro Chile.

martes, 5 de julio de 2011

Blanco Vallecito

Para mí ha sido ésta una de las subidas más lindas  de los Subecerros. Hacía frío, pero se vislumbraba un día esplendoroso, con el cielo azul desde muy temprano. Estábamos la Rebeca, la Isabel, Pancho, Gabriel y yo. Partimos en el auto de Pancho, calentitos y contentos lo más lejos  posible,  con ganas de quedarnos ahí adentro y volver. Reconocemos que nos cuesta a la Isabel y a mí levantarnos tan temprano los domingos. Pero al menos yo veo esas imágenes de Santiago desde lo alto y salto de la cama para no perderme el panorama.

Finalmente entramos por el camino hacia La Disputada y el destino fue  ir al Vallecito….desde que nos bajamos del auto, nos tocó el sendero con nieve y comenzó la amena conversa que fue variada y entretenida como siempre. Con gorros, guantes, y buenos zapatos llegamos a las partes más altas dando pasos de esos que hay que levantar las rodillas hasta más arriba de lo normal dirigidos por la Rebeca.
Por supuesto que sobre la nieve no había sendero, por lo cual nos dimos varios zigzagueos, vislumbrando siempre nuestro objetivo por allá en las alturas. Mientras subíamos  Gabriel nos ponía al día con sus útlimas visitas a charlas y blogs de cosas curiosas e interesantes. Por ejemplo, el lúcido José Luis Sampedro, un viejito español que habla del futuro; él apenas puede leer, pero habla con una fuerza y claridad fantástica.  Lo pueden ver en este video.



Por otra parte, ya nos estamos acostumbrando a “la pregunta del Domingo” aportada por Pancho, esta vez en relación a los conflictos de la educación en Chile. Arduos argumentos de si debe ser  un derecho,   un bien comprable,  si debe ser gratis, qué sistema se debe aplicar. No recuerdo bien lo que dijo, pero era una mezcla de financiamiento estatal y privado que él ya le había propuesto al Presidente Piñera hace un buen tiempo.  En todo caso sale a la luz en la conversación el economista Marcel Claude quien publica en su blog una serie de datos duros de la educación en Chile respecto de otros países.  Por decir lo menos, interesante y clarito, lo pueden ver aquí y aquí.

La verdad es que no nos paró la lengua, de tanto conversar y tanto subir y subir las rodillas para poder pisar la huella de nuestra guía y que no se nos hiciera más difícil la subida. Y así fue como a mitad de ladera nos alcanzaron los primeros rayos del sol y una alegría inmensa nos inundaba ante tan bellos paisajes de nieve y arbustos en nuestro camino.

Llegamos al vallecito, plano, blanco, limpio, rodeado de montañas, precioso. Ya estábamos con el dedo gordo del pie frío, quizá algunos con el pie entero. La verdad es que no se podía parar mucho, porque hacía frío y estábamos algunos con los pantalones mojados. Llegamos finalmente muy alto, con unos 50 cms de nieve, dando pasos como de gigantes subiendo cerros.
Con los pies empapados y el dedo gordo como en un sauna dentro de los zapatos, decidimos volver raudos nieve abajo.  Como cuando éramos niños, bajamos mucho más rápido y con una exquisita sensación de nieve suave, frío y aire puro y fresco en las narices.  Los hombres se nos adelantaron y nosotras tres en amena conversa sobre escribir blogs, sobre comunicación, educación y tantos otros temas, nos fuimos quedando atrás, bajando a nuestro ritmo. No faltaron los porrazos en la nieve, acompañados de gritos de dolor en las manos.  Llegamos abajo, al menos yo, con los pies empapados, pero con muy buena temperatura en el cuerpo y listos para volver a la casa habiendo hecho un paseo inolvidable.

Escuché frases sabias, son sabios mis amigos….puede ser la altura, la hora de la mañana, el aire puro, pero en verdad creo que son personas muy profundas y especiales que con sabiduría comparten sanamente sus dmingos en la mañana.  Lejos, pero muy lejos, el mejor panorama para comenzar o terminar la semana. 


sábado, 2 de julio de 2011

Aves del Pochoco

Fotografiadas y etiquetadas por José Luis Rodríguez. Puedes hacer clic en las fotos y verlas más grandes.

chiricoca (chilia melanura)

picaflor cordillerano, (oreotrochilus leucopleurus)

ratón cordillerano (mus rupestris)

carpinterito (picoides lignarius)

aguilucho común (buteo polyosoma)