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domingo, 25 de febrero de 2018

Último domingo de febrero a Las Varas

Son un cuarto para las 9 y somos tres: Tito López, Pancho Balart y Gabriel Bunster.
A las Varas en el auto de Tito, es la decisión.

No hay cobradora. La puerta a la izquierda está cerrada. Tomamos la ruta a la derecha, por entremedio de las casas, con mucho perro ladrando.

Tito y Pancho
Pesado, nos resultó el primer tramo. Ha terminado prácticamente el verano y en este periodo la cantidad de ejercicio ha bajado y los estados físicos han decaído.
A la altura de la casa esa, en la punta de un cerro, seguimos por la calle. Vamos conversando. Da la impresión que es Tito quien la dirige. Él hace las preguntas, o salta de un tema al otro haciendo comentarios, contando historias.

Llegamos al tranque y de ahí a la canaleta. Nos pasa un ciclista solitario, justo cuando vamos llegando al tranque.

Pancho y Gabriel
En la canaleta, en la primera parte, impresionante. Todos los guarisapos que veíamos antes, son sapitos que saltan de un lado al otro. Tito me avisa, "cuidado con pisarlos".

La caminata aguas arriba, partes al sol, partes sombreadas, es exquisita, especialmente por la música de fondo del agua. La disfrutamos conscientes de aquello.

Pancho y Tito bajando; Pochoco al frente
Caminamos y caminamos. Antes de llegar al punto que nos separamos del canal y hacemos nuestro alto de cumbre, optamos por detenernos en una parte muy sombreada, donde el borde de la canaleta nos ofrecía cómodos asientos. Y ahí hicimos nuestro alto de cumbre y comimos naranjas de Pancho y frutos secos míos y del Tito.
Al fondo se veía Santiago. A Tito esto no le gustaba ver eso.

Tito; tranque atrás, donde hay carpas de gente acampando
De repente, por detrás, aparece un perro solo, que no acompañará el resto del camino. Pasamos a ser cuatro, digo.

En la bajada, Pancho lidera el grupo. Yo voy detrás conversando con Tito. Pancho cuando va de líder enciende un segundo carburador y se aleja. De a ratos como que se pierde allá lejos, adelante. No recaba en el grupo, va concentrado, como solo.

el perro que nos acompañó la última parte
Llegamos al auto, pagamos y a casa.

Habíamos cumplido con nuestra tarea dominguera anti alzheimer, anti deterioro rápido, una especie de abono a la Isapre y a la AFP.
Quedamos cansaditos.


Nota 1: Les conté que ese mismo día a esa misma hora, Diego Bunster, mi hijo, con su pareja, la Elisa Salinas, más otros dos, iban camino a La Leonera. Lo lograron y agrego aquí una foto.

Diego, de pie, a la izquierda; la Elisa, sentada a la derecha

Nota 2
: La Soledad Tagle, manda desde nueva Zelanda esta foto y este texto:


Saludos a todos los subecerro!! Desde Tongariro Alpine Crossing en NZealand 19km.... 7hr.. Una de esas 3000 personas soy yo....😛

domingo, 11 de febrero de 2018

A las caballerizas en pleno febrero

Llegué (Eugenio) puntualmente a las 8:30 a la Shell y no aparecía nadie. Solo uno que otro ciclista alistándose. Al poco rato apareció Víctor Bunster, y seguido José Salinas y Tito López.
Esperamos un par de minutos por si llegaba alguien mas y nos decidimos por las caballerizas, destino que hace tiempo no recorríamos.
Partimos como siempre cada uno en su auto hasta el estacionamiento del Líder. Tito hizo amago de seguir en su auto por si se volvía antes, pero finalmente se sumó al grupo.

Víctor Bunster, José Salinas y Tito López
No había nadie en el estacionamiento, que suele estar bastante saturado....en febrero Santiago es así, irreconocible.
Nos llamó la atención un camión al que la zarza se lo está tragando.


Partimos subiendo por los caracoles para hacer la bajada por el lado mas largo y suave.
La conversa anduvo por ponerse al día especialmente con Tito y José a los que no habíamos visto mucho últimamente. El calor se hacía sentir así que necesitamos unas cuantas paradas para refrescarse.

Tito no conocía o se acordaba poco de la ruta así que lo anduvimos asustando un poco.
No nos topamos con nadie en todo el trayecto, solo nos cruzamos con una persona que venía de vuelta, al llegar arriba donde se toma el camino al Conchalí. Nos recomendó tomar por donde venía él, pero descartamos su sugerencia y seguimos el camino conocido en busca de la mesa para el pic nic.


Las conversas fueron por el lado de la alimentación, diferentes tipos de dietas. Tito encontró en José a un experto en temas alimenticios, suplementos, ejercicios y una gran cantidad de datos. Tito muy interesado ya que está en proceso de bajar de peso y le preocupaba mucho el tema de la pérdida de masa muscular y cosas de ese tipo.

camión tapado por la zarzamora
Después del descanso, en que echamos de menos a Pancho y a sus naranjas, emprendimos la vuelta con leve detención en el típico quillay.

Llegamos al auto con el rico cansancio del cerro, elongamos un poco y de vuelta al Líder.
Muy rica caminata, conversa y ejercicio de fin de semana!!

(texto de Eugenio Lagos)