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sábado, 29 de octubre de 2011

Al Pochoco con Lucho Latorre

Solo llegamos Lucho Latorre y yo, Gabriel Bunster.
Para donde vamos?
Vamos al Pochoco, le digo.
No lo conozco. Excelente, razón de sobra para ir, así que para allá las emprendimos.

Lucho Latorre
Bien empinado en cerro este, reclama Lucho, en la primera arremetida, mientras resoplábamos los dos; yo por mi sobrepeso y él por ser aun un iniciado.

Llegamos al mirador a medio camino y nos instalamos a descansar y a apreciar la vista, en este día despejado de primavera.
Lucho es muy sensible a los sonidos y tiene conciencia del ruido de la ciudad allá a la distancia, los perros abajo en las casas del cajón del Arrayán y los pájaros del entorno.

desierto florido
Y alguien que iba de bajada se detiene pues reconoce a la voz de su coach; se trata de José Luis Rodriguez, quien ha sacado en este mismo Pochoco fotos como esta.
Y se instala con nosotros a conversar. Dos relacionales, que se saben los nombres de todo el mundo, encuentran rápidamente vinculaciones, amigos y parientes cercanos. Eso es vivir en Chile, somos todos parientes o amigos de amigos.

Gabriel
Seguimos nuestra ruta masculina de ascenso. Nos pasan dos hermosas damas que en la línea de la conversación de EIRL y otras nomenclaturas de abogados, terminan ellas con el apelativo de "bienes muebles en movimiento". Que buena; este Lucho es un divertido; tiene cada salida.

Sacamos unas fotos en un paso hermoso del lado contrario de la ciudad, por lo que su ruido había desaparecido.

Cumbre del Pochoco a la vista
Y casi sin mayor descanso, dimos con la cumbre del Pochoco.
Ahí nos sentamos del lado de la vista hacia atrás, hacia el Plomo, Pochocón y Lomo de la Vaca.
Me eché de espaldas en el suelo, me tapé parte de la cara con el gorro, mientras Lucho pelaba manzanas de las que me pasaba lonjas que yo disfrutaba.
Después me convidó sus consabidas galletas de champaña, que suele traer.

con Marjorie Quevedo (clic en la imagen)
Nos deleitamos con el vuelo de pájaros, uno de ellos un cóndor, que sobrevolaban incluso más abajo del nivel en donde descansábamos. Vistas que tuvimos también en otros puntos de nuestro descenso y que son un verdadero espectáculo para nuestra vista.

Llegó un grupo de jóvenes, con mucho morado en sus vestimentas. Se pusiron a comer plátanos y vi volar la cáscara completa de un plátano cerro abajo y no pude contenerme de decir en voz alta mi asombro con el acto de basurear el lugar. Espero que les haya puesto en alerta y conocimiento que ese tipo de prácticas, no son bienvenidas en los cerros.

Iniciamos nuestro descenso; esta vez por detrás.
Poco más abajo, una muchacha nos pide sumarse a nuestra cordada, pues no conocía bien el camino y sus amigos la habían dejado abandonada. Resultó ser una amable estudiante en su fase final de la carrera de agronomía, que en animada plática más bien con Lucho, nos enteramos que estudiaba cultivos como las frutillas con métodos ecológicos que me parecieron geniales. Marjorie Quevedo creo que se llama. La dejamos invitada a nuestro grupo de los subecerros, así que esperamos volver a verla.


dedales de oro albinos ?
Ah, una conversación graciosa con Lucho, fue ver que ambos teníamos solo madres vivas y que los hombres se morían habitualmente antes que las mujeres.
La pregunta fue acerca de esta sabiduría popular que señala que las mujeres son el sexo débil y nosotros, los hombres, el sexo fuerte. Obviamente un discurso gestionado por los hombres.
Bueno, cuando vimos a esta mujer que venía subiendo al trote el Pochoco, decidimos iniciar el discurso que el sexo débil somos los hombres y el fuerte las mujeres y dejémonos ya de patrañas y de auto-engañarnos.

Buena; suena subida, buena conversación.


"Educación Gratis" en el Pochoco

lunes, 24 de octubre de 2011

Nueva ruta camino a los Llanos

Camino a los LLanos de Javier

Hoy la salida fué especialmente diferente, al parecer los cambios que se estan produciéndo en el mundo, están también llegando a este grupo de los subecerros, año 2011 inolvidable e histórico. Hoy aparecimos cinco mujeres y un hombre: llegamos la Consuelo con la María Elena y la Sofía en un auto, la Isabel y yo (Rebeca) en otro y Luis Latorre en el suyo. 3-2-1, 5+1, una operación matemática que tiene resultados impensados. La contienda es desigual para Lucho pero él se vé contento y lo asume bastante conforme...sus dedáles de oro esta vez han aumentado en colores y números.

Rebeca, Isabel y Consuelo
 Partimos rumbo al  camino al Santuario de la Naturaleza en el Arrayán, la elección fué un acierto; la temperatura cálida nos acompañó durante toda la mañana, junto a una refrescante brisa, hizo que la caminata fuera muy agradable tanto en la sombra como al sol. María Elena nos propone hacer una ruta alternativa al portezuelo camino a los llanos de Javier, y partimos detrás de ella; nuestra líder del día a quién  confiamos por su conocida trayectoria de subecerro histórica que durante toda la jornada estuvo acompañada de valiosos comentarios y antecedentes del paisaje local. Mientras... yo me encargo de las fotos, cosa que ha sido todo un descubrimiento para mi últimamente, ya que mi nuevo celular tiene una super cámara que aprovecho de usar. 

Sofia y María Elena, ambas compañeras de trabajo




 Desde un comienzo, los que no conocian esta ruta, impresionados por su belleza hasta el bosque, soltaron espontáneamente de sus bocas sonidos varios de asombro y gozo. Esos sonidos quedan vibrando en este fabuloso espacio entre gigantes piedras, rocas, árboles y plantas que se apropian de hasta el más imperceptible ruido cortándolo en seco a cada uno de ellos...como queriendo mantener un secreto y hacernos cómplices a todos los presentes, del misterio de escuchar la presencia misma de la vida en presente.

La cuesta cerro arriba que nos espera
Más adelante, del misterioso entorno sonoro, pasamos a la iluminada cuesta cerro arriba que nos espera. La María Elena nos dirige con su mirada, haciéndo sus observaciones a cada uno de nosotros para mantener el grupo cohesionado y alentado. La dificultad vá en aumento cada minuto hasta llegar al borde de una gran roca que parece isla entre el acarreo que...uff! inevitablemente por momentos tenemos que caminar (nadar) contra la corriente en ese mar de piedras que de avanzar nos cansa y moja. !Schuss!! !Esto si que es subir cerros! la proclama que nos anima desde atrás nuestra guía.

Lucho llegando al filo

Llegamos exaustos al filo donde hacemos una merecida parada para recuperar fuerzas. Caminamos otra media hora hasta el portezuelo en donde el descanso viene acompañado de la fruta; la Isabel reparte una enorme naranja que acompañamos con las deliciosas galletitas de Luis. Mucho líquido para compensar lo pérdido y la conversación plácida nos lleva de viaje a Bolivia; Lucho, la María Elena  y la Sofía nos cuentan sus  experiencias y recuerdos de estos fascinantes lugares. 

Lucho, Sofia y María Elena




Grupo descansando en el portezuelo
















De La Paz de Bolivia a Santiago de Chile volando sin escala... es la idea  que nos pone de pie nuevamente y de carreritas bajamos deslizándonos cuidadosamente por el conocido sendero  que de retorno al hogar nos lleva. Rodeados de pájaros y mariposas vamos en grupos conversando. María Elena nos invita a un nuevo paseo en noviembre que ella se compromete a organizar.
 
Cinco mujeres se toman los cerros










 Excelente subida; ardua, dura y ruda  por una parte, grupo alegre y aperrado de mujeres que desde la retaguardia Lucho  vá cuidando. Bendito seas entre todas Luchito. Agradezco al grupo que con mucho empeño le pusimos color y calor humano a esta mañana compañera dominguera.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Invitación a limpiar el Manquehue

Este material me lo envía Gustavo Latoree, hijo de nuestro subecerro Lucho Latorre, que justamente aparece en el posteo anterior.


Amig@s:

Te invitamos a participar en la segunda convocatoria de limpieza que realizaremos el domingo 6 de noviembre a las 8:30 am. El objetivo es borrar todos los rayados que quedan en la cumbre del cerro.

Si estás interesado en participar por favor envíanos un mail confirmando tu asistencia a blatorreselvat@gmail.com. El día de la limpieza vamos a pedirte una pequeña colaboración de $500 para costear los materiales.
Está demás decir que puedes invitar a todos los que quieran sumarse, solamente hay que mandar el respectivo mail confirmando.

Muchas gracias y esperamos poder contar contigo.

GRUPO LIMPIEZA CERRO MANQUEHUE

lunes, 17 de octubre de 2011

Algo más que dedales de oro...

El domingo amaneció con cielo azul, ni una nube en el cielo, así que decidí vestir la manga corta. Al llegar al punto de encuentro, éramos cinco en el grupo, con un interesante acompañante nuevo, esta vez Hernán Varela nos acompañaría a subir cerros. Partimos en el auto de Lucho Latorre, la Isabel, la Rebeca y yo, además de los mencionados. Nos estacionamos en la entrada de La Varas y comenzamos la caminata sencilla de los ciclistas hacia el bosquecillo de eucaliptus.

Lucho, Paula, Hernán e Isabel
En grata conversa acerca del sur, del contraste con el ritmo de vida en la gran ciudad, fuimos subiendo con nuestro nuevo integrante, que además es propietario en Chiloé. Miles de aventuras puede contar Hernán de sus incursiones chilotas, todas entretenidas y bien únicas. Las chiquillas en un momento también nos apartamos un poco para ponernos al día de nuestras propias copuchas, el momento femenino, que tanto disfrutamos en el cerro.


Isabel y Lucho
El cerro estaba particularmente decorado por los famosos "dedales de oro", que con sus pétalos de intenso naranjo coloreaban el paisaje a manchones. Aparecieron las tallas de los dedales de oro, Lucho Latorre volvió sobre sí mismo y defendió su punto de la vez anterior, pero también aceptó la moción de que somos algo más que dedales de oro en el campo. Ya verán por qué.


Llegamos al bosquecillo de eucaliptus y la vista sobre Santiago era espectacular. Hernán Varela gozaba como niño chico, tratamos de ubicar dónde estaba cada cosa, el estadio, la universidad, el monasterio, el mall, etc. Efectivamente era el lugar perfecto para que un arquitecto sensible como Hernán gozara del momento que estaba viviendo. Sacamos naranjitas, agua, y las ya clásicas galletas de champaña de Lucho en ese momento. Era temprano, sonaban las campanas del monasterio benedictino a las 10.20 para la Misa de 10.30 hrs.

Añadir leyenda
Seguimos nuestra incursión en medio de los ciclistas hacia el mirador, una casita de madera media destartalada que hay construida en altura al otro lado de los eucaliptus. Más meditación, más admiración de la ciudad, Hernán de nuevo como niño chico arriba de la casita bajo el fuerte sol de la mañana.

Isabel, Rebeca y la Paula
Pensando que ya volveríamos, las mujeres tomamos el mando y sugerimos volver por la canaleta. Yo la había recorrido en alguna oportunidad en invierno con nieve y había sido precioso. Ahora con calor, pensamos, debe ser muy rico caminar por el borde del aguita fresca. Con todas sus dificultades, la caminata fue muy fluida, excelente pendiente, el paisaje precioso, los dedales de oro por doquier y la conversa amena e interesante. A esas alturas ya íbamos las mujeres al mando del buque, Lucho y Hernán buscaban salir de ahí e inventaban que la bajada  tenía que ser por alguna parte, que a dónde íbamos a llegar, etc. Pacientemente seguimos y seguimos caminando y dp. de una hora y media, tipo 12 del día llegamos al final de la canaleta, donde hay un puentecito y comenzamos a bajar.

Buena conversa, con gusto a despedida por mi parte, precioso día, excelente grupo, una vez más los Subecerros comenzamos el domingo de la mejor forma posible.

martes, 11 de octubre de 2011

Preciosa mañana de primavera

Grupo: Gabriel, Francisco, Pancho, Rebeca, Claudia y Andrea Bunster


El encuentro de esta preciosa mañana primaveral de octubre en la esquina habitual se realiza como siempre en la novedad de quienes llegan. Esta vez nos reunimos los conocidos Francisco, Lucho, Pancho, Gabriel (bien resfriado) con su hija Andrea, y los invitados son Lily Reginatto y su pareja José Manuel acompañados ambos por Claudia: amiga y compañera  de trabajo. Ellas comparten su profesión de kinesiólogas y llegan hasta estos cerros a través de Andrea Armendáriz.

Lily y José Manuel

Buen lote nos juntamos y nos dirigimos al Pochoco por detrás, es decir, la caminata hacia el Pochocón por calle piedrosa hasta casi la cima. Todavía podía sentir el olorcito a tierra mojada que nos había dejado la lluvia del viernes, que además nos sorprendió con un precioso arcoiris. Esa aguita caída nos permite hoy aspirar aire limpio cubierto de cielos luminosos absolutamente despejados. De amanecida eso si, aún la temperatura es baja y no me animo a sacarme el polar hasta pasada la primera hora de caminata.

Andrea Bunster

La Andrea viene por necesidad (lo confiesa...), se declara amante de la naturaleza y las caminatas, pero reconoce que levantarse temprano en domingo le complica, hay momentos en que movilizarse produce un estado de bienestar que por lejos supera el sacrificio, eso ella lo sabe y por eso aceptó la invitación de su padre. La última vez qe subió cerros con nosotros estaba recién titulada, el tiempo no pasa en vano y hoy ya es un psicóloga con consulta. 

Lily, Andrea y Rebeca

Venimos animadamente conversando con Claudia de su trabajo con niños que tienen sindrome de dawn., ella nos cuenta de los desafios que tienen tanto con los niños como con sus padres. Lily también tiene mucho que contar y el tiempo se me pasa volando mientras la escucho hablar de sus pacientes a quienes ella les aplica masajes. Tenemos muchas recetas y datos que compartir para mejorar una que otra "fallita de fábrica" o de época.

Ejercitando la voluntad y la flexibilidad
No podíamos dejar de conversar de la situación del país, los problemas con la educación nos conduce por diferentes caminos e interpretaciones del análisis de los últimos hechos que se han sucedido en estos dias, sin embargo aunque la cosa está peluda, tenemos que armarnos de paciencia (digo yo), ya que al parecer tenemos "movilización" para rato.Mientras las posiciones entre estudiantes y gobierno se polarizan, la conversa se pone intensa y apasionada ya que los ánimos, tanto como el aire que se respira, huele a "cambios", estos sólo se realizan cuando hay acuerdos, se requiere entonces mucha voluntad y flexibilidad, ejercicio que venimos haciéndo con el cuerpo todo el tiempo mientras nos encaramamos a los cerros.

Hora de la "merienda"en la cumbre
 Ya en la cima del Pochocón, felizmente sentados comiéndo las naranjas de Pancho y las galletas de champaña de Lucho, la conversación se centra en torno a las relaciones de parejas jóvenes, de los que se casan y muy pronto se descasan. Lo que les pasa a ellos por la mente, es un misterio para nosotros los + "viej@s", pero comparto mi teoría de que tanto hombres como mujeres empataron en independencia y si no hay un proyecto de vida común que los una, osea que les haga sentido el hecho de estar juntos, es difícil que resulte.

La naturaleza se expresa entera
Dia radiante en que la naturaleza de expresa entera en colores, pastos brotando forman prados que alfombran  de verde estos cerros, el contraste de colores blanco y gris oscuro de las altas montañas del fondo del paisaje... me tocan alguna fibra que me devuelve la sonrisa automáticamente.! En fin!... con  un largo suspiro termino este posteo profundamente agradecida de este dia, y de ayer y de mañana.

lunes, 3 de octubre de 2011

Día primaveral en el Manquehue

Se va reuniendo un grupo grande en el habitual lugar al lado de lo que una vez fue una YPF en la puerta del camino a Farellones. Grande digo, 10 personas: Pancho, la Isabel (no llegó la Rebeca), la Alejandra con tres amigas, las hermanas Verónica y Paulina Moggia y la hija de Paulina, la Caro; Francisco Valdivieso, Lucho Latorre, Paula Cristensen y yo, Gabriel.

Verónica Moggia en primer plano
La Alejandra traía el Pochoco como su opción en este día, pero como le había previsto, la oposición fue grande y hubo acuerdo al final con el Manquehue, que es adonde las emprendimos. El juego democrático es una interesante instancia de todos los domingos en esto de elegir destino.

Llegamos al punto de partida con los autos y por teléfono tuvimos que ayudar a la dupla Francisco y Lucho que se perdieron por un momento.
Partimos en animada conversa, apreciando este día despejado, primaveral a full, incluso veraniego por los calores que empiezan a hacer.

las Moggia
La ruta es por la izquierda, tomando apenas aparece el camino de tierra, hasta donde termina en una torre de alta tensión por debajo de la cual pasamos antes de arremeter cerro arriba en empinado ascenso, donde las zapatillas de las nuevas, más que nada temieron lo que sería la bajada.

ascenso de la recta final
Sostuve una animada conversa con la Verónica acerca de la época confusa en que estamos, que ya hace mucho tiempo partió con la crisis de las agencias de viaje, que colapsaron por las facilidades que Internet ofrecía de organizar uno mismo sus propios viajes y reservas. Hoy leía un artículo de la crisis del oficio de periodista, ayer coincidíamos de la crisis de los políticos, que ya no representan a sus electores y que las tecnologías los obligarán a posiciones más dialogantes de lo que sus actuales ADN les permiten, terminando con los profesores que si que están en crisis, tema tratado en mi charla del viernes.


El desafío es grande, de innovar, de inventar lo que viene, y lo que coincidíamos con la Verónica, era que esto debía hacerse en red, en grupos, en colectivos. Un tema apasionante, para el que ella se ha preparado, pero cuyo proceso conlleva mucha ansiedad y agitación.

Hicimos una parada en la cima de las niñas accidentadas del colegio Cumbres, donde algunos descansamos en la banqueta y nos conectamos con ese dolor ahí conmemorado.

Francisco contempla a las seis mujeres que inician el descenso
Y finalmente la arremetida a la cumbre, que fue "aparentemente" sin mucho dolor ni sufrimiento. Esto de tanta mujer atractiva pone a los hombres más choros que nunca y las mujeres no lo hacen nada de mal para disimular sus penurias.

En la cumbre disfrutamos de la vista de Santiago desde las alturas, adivinando lugares y disfrutando de obesrvar a los planeadores que hacían sus peripecías allá mucho más abajo.

solo falta la Paula que saca la foto
Comimos de todo, las naranjas de Pancho y de otros también esta vez, un sanguchito que pasó de mano en mano hasta que se extinguió, y unas galletas de Lucho.

La bajada fue más lenta que lo habitual, pues los resbalones de algunas nuevas con zapatillas, requirieron el apoyo solícito de los varones presentes.

Alejandra. Isabel, Francisco y Gabriel
Un paseo que fue un deleite, de una animada convivencia. Nos acompañó un estupendo día con sus vistas y aves majestuosas que nos sobrevolaron de vez en cuando. Un paseo excelente.

la mejor muestra del humor de esa mañana

Nota:
Carta de Lucho Latorre sobre "el sentido del adorno".