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lunes, 25 de agosto de 2008

Las vacaciones de Mabel

Mis vacaciones no han estado exentas de cerros. La tónica ha sido familiar, mucha conversa y crear lazos.
Mi primera subida fue un día miércoles, al Pochoco, con mi hijo Felipe que se fue hoy a estudiar a USA por 7 meses. Ahí no atiné y dejé la máquina fotográfica en la casa. Pero quedaron en mi memoria los momentos compartidos, el esfuerzo en la subida (¡pucha que se nota la diferencia de edad!!!), la conversación profunda, la risa..... fue rico.

El fin de semana siguiente, con cámara en mano, rico pic-nic y bonito día, partimos con Sergio y la Andreíta de 11 años, a un sector que se llama El Rulo, cerca de Rancagua. Es mi cerro favorito y espero subirlo con el grupo en primavera.
El objetivo de la Andreíta era llegar luego, para disfrutar del pic-nic. El nuestro, disfrutar la subida, la conversación, la vista, estar con ella.... en fin, llegamos a un acuerdo, ella caminó más de lo que quería, nosotros nos detuvimos un poco antes.
La bajada fue el premio para ella. Corrimos,saltamos y nos reímos como niños. ¡Un placer!!.

El siguiente Domingo repetimos el paseo. Esta vez con la María Jesús que venía llegando del Sur. Ella es melliza de la María José que subió con nosotros una vez. Es atleta y por lo tanto la subida fue a otro ritmo. En la última parte se nos adelantó casi corriendo y dijo que nos esperaría arriba. Nosotros rodeamos un poco el cerro para sorprenderla por el otro lado, pero ¡¡oh sorpresa!! no la encontramos por ningún lado. Estuvimos casi media hora buscándola, gritando su nombre, bastante asustados porque se oían motos a lo lejos. Nos separamos, fijando un punto donde volveríamos a encontrarnos y mi alivio fué inmenso cuando vi a Sergio volver con ella. Había bajado a encontrarnos, pensando que haríamos la misma ruta que ella y nos estaba esperando más abajo, un poco asustada pero nunca tanto como nosotros.
Volvimos a la cima y nos instalamos a disfrutar de la vista. Estaba frío, así es que nos quedamos un rato corto, pero muy rico y bajamos los tres juntitos, sin separarnos.

¡¡Y nos fuimos a la nieve!!
En una foto se pueden ver las cabañas de Chapa Verde.
Le dimos clases de Ski a Sergio, que resultó ser muy buen alumno y nuestra fuente de diversión y risa con sus porrazos. Pero en dos días ya esquiaba por todas las canchas y se manejaba con los andariveles de silla y arrastre.
Nos tocó una nevada de alrededor de 30 cm, que disfrutamos y mejoró el estado de las canchas que en la base tienen poquita nieve.

Hoy me metí al blog y me encontré con el testimonio de Jorge, ¡¡potente!!. Me motivó, aparte de hacer un comentario ahí mismo, a escribir, mandar fotos y mantener el contacto. ¡Es demasiado bueno ser parte de este grupo!! Pero como no me manejo en el blog, lo hago a través de Gabriel y del email.
Cuento con tu ayuda!!!!
Gracias y miles de cariños,
Mabel.

domingo, 17 de agosto de 2008

Por la ruta de las 4 tazas

Había perdido González en el tenis hacía unas horas. Varios habíamos dormido bastante menos que lo habitual, pues el partido partió como a las 4 de la mañana. Igual sacó medalla de plata así que era para estar contentos.

Fuimos solo cuatro esta mañana: la Rebeca, Pancho, Miguel y Gabriel.

Nos fuimos en el auto de Pancho, yo manejando (ya se me olvidó porque lo hago), al punto de partida del Alto del Naranjo, pero con la intención de irnos por la ruta de la izquierda, esa que fue nuestro camino de vueltas esa vez que nos cruzamos con Carlos Valdivielso.

Pero ocurrió que por las lluvias de días recientes, lluvias torrenciales, que terminaron ayer sábado en la mañana, todos los cauces de agua, la traían y en cantidades poco habituales. De hecho, no pudimos cruzar nuestro primer agüita y tuvimos que encaramarnos hasta la canaleta y de ahí retomar hacia el interior.

Cuando llegamos al agua, intentamos por un lado, luego por otro y finalmente en un punto, con Pancho empezamos a poner piedras (empeñozos los hombres, decía la Rebeca). Y no con pocas dificultades logramos pasar, ayudándonos unos a otros (mira las fotos).

Llegamos al mirador de lo que al principio llamábamos las 7 tazas, que al final quedaron en 4 y oh sorpresa, venía agua y mucha, y las tazas estaban llenas de agua y cascadas. Muy bonito todo.

Subiendo por ese risco, la Rebeca hizo alusión al estéreo que se escuchaba, pues se oía el agua de las 4 tazas y el caudal mucho mas grande ahora, que salía del saliente de Vallecito. Un espectáculo musical de mucho ruido en este día.

Subimos hasta el cruce habitual del sendero que va a Vallecito y ahí nos instalamos a comernos nuestros cocavies y a darle a la conversa. Día de sol con una brisa fresca y unos cerros con nieve abundante, poco mas arriba de donde estábamos. El Pochocón al frente se veía bastante nevado.

Bajamos en dirección a Vallecito y las dificultades del cauce no fueron tantas y emprendimos nuestra ruta de vuelta sin mayores dificultades, por una ruta de un suelo apretado producto de la fuerte humedad del terreno.

¿Y de que hablamos? De economía, de los bajos sueldos de este país, del mundo que nos ha desviado desde comprar en Europa y EEUU a comprar en China y Asia, con las consecuentes dificultades que vive Europa.
De los bajos sueldos que se pagan en Chile en general, del abuso muchas veces.
Hablamos de casos sorprendentes como este Juan Pablo, hijo de la Rebeca, que se está haciendo un buen sueldo, bastante mas alto que el promedio de Chile, haciendo ropa digital para avatares de Second Life. Y como la gente no sale corriendo a ver como lo hacen ellos también sino que reaccionan con incredulidad o quizás pensando que debe ser muy difícil fuera de su alcance.

Bueno, otro grato día de conversa y paseo con este grupo de buenos amigos.

domingo, 10 de agosto de 2008

Pochoco por ruta alternativa

Hoy, nos reunimos 6 en la cafetería y decidimos irnos al Pochoco, básicamente porque Miguel nunca había ido y algunos de nosotros nos acomodaba el tiempo de un Pochoco.

Tuve que caminar de vueltas con Miguel desde donde dejamos el auto, pues Pancho nos avisó por teléfono que subiríamos por una entrada unos metros mas abajo, para hacer una ruta distinta.
Fue parada y resbalosa en ciertas partes, pero entretenido esto de innovar con Pancho como líder.

Pareciera que hay tanto que conversar a medida que vamos subiendo. Toda una semana de sucesos, reflexiones pendientes de una escucha de estas, para compartirlas, datos que teníamos unos para otros.

Bastante gente en la ruta. La Rebeca olvida su polar y su agua en algún punto de la ruta alternativa. Después volveríamos sobre nuestros pasos y encontraríamos todos sus bienes en perfecto estado.

El día está nublado, aunque hacia la costa se ve despejado. Hace frío como para al menos yo, nunca me saque el polar. La vuelta desde la cumbre se inicia pues algunos sentimos frío. Miguel no quiere apurar el paso de la vuelta.

Naranjas, ricas y jugosas naranjas son nuestro refresco y disfrute, sentados en la cumbre, mirando hacia el Plomo, en nuestro habitual punto de descanso.

Yo llegué un poco mas tarde, pues me quedé en un punto sentado descansando y conversando con Miguel, pues me sentía más cansado y más débil quizás, con esta baja de peso que conté había tenido por un estricto y competitivo régimen, alcanzando finalmente la meta fijada de 85 kgs.

Nos encontramos con un compañero de universidad, Pedro Correa, con quien Miguel alcanzó la cumbre conversando.

Bueno, en el último tramo me desvié hacia la ruta tradicional, pues mi auto estaba en los estacionamientos de siempre y quería llegar a la hora a un asado con visitas en mi casa.

Visita de la Alejandra Cambiaso

Estuvo de visita el domingo pasado en nuestro grupo de Los Subecerros, nuestra querida amiga Alejandra Cambiaso.

El grupo que se juntó fue de 10 personas, grupo del que no pude ser parte por un viaje intempestivo a las delicias de Zapallar, a la casa de unos buenos amigos.

La Alejandra sacó algunas fotos con su celular, fotos que guardé en Flickr y de las que pongo aquí dos.