Al llegar al pie del Manquehue el grupo había ascendido a 8, pues Dirk llamó a Pancho, cuando no encontró a nadie en la Shell a un cuarto para las nueve; y nos alcanzó.
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Andrea, Pancho, Eugenio, Dirk, Anne Marie y Francisco |
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siete van subiendo delante mio, que saco la foto |
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notas el verdor que emerge del pasto seco del año anterior ? |
Hablamos de como te abusan, monetariamente, cada vez que tienes un evento de salud. Casos y casos surgieron, en que los afectados o se declaraban en quiebra o simplemente no pagaban y vivían pegados con sus antecedentes malos.
Un mundo monetarizado en extremo, al nivel del pillaje, en abundancia. Noté la rabia que emergía, hasta que pedí que siguiéramos caminando por esta bella naturaleza y no siguiéramos hablando de este mundo y su economía.
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ya subiendo la última parte antes de la arremetida final |
El día soleado, tirando a caluroso, con mucho canto de pájaros en las quebradas más boscosas.
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Soledad y Dirk, en lo que sería nuestra cumbre |
Al pasar por esa parte plana antes del ascenso a la cumbre, nos llama la Soledad desde una agradable sombra y nos dice que ella nos esperará ahí. Noo, como te vamos a dejar sola, salto de mi boca espontáneamente y con un Dirk que acogió de inmediato, nos fuimos a desplegar en esa rica sombra, con vista a la cumbre.
Y ahí estuvimos mucho rato, disfrutando, comiendo y conversando.
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el gran Dirk |
De repente decidimos iniciar el descenso, sin antes llamar a Pancho y decirle de nuestros planes.
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iniciando el descenso |
Después de pasar por debajo de la última torre de alta tensión, caminamos por la calle los tres juntos.
Llegamos a los autos y nos despedimos, sabiendo que al menos con la Soledad no encontraríamos esa tarde en un ágape en el departamento de nuestros amigos alemanes, Andrea y Michael, que nos dejan.