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lunes, 2 de septiembre de 2019

Por las Varas en una seca primavera

Llego al punto de encuentro, escuchando música chilena, hoy 1ero de septiembre y ya están ahí Pancho y Eugenio Lagos. Al poco rato llega Víctor Bunster y un poco más tarde, Marcela Molina !
Esos seríamos; cinco. Las Varas fue el destino irrefutable; por la ruta de Víctor, que significa la canaleta, aguas arriba.

Nos fuimos en el auto de Víctor; limpiecito. No quedó igual.
La señora de la caseta de cobros, volvió a aparecer y justo cuando llegábamos. Pancho hizo la maniobra del pago. Y partimos.

Pancho, Marcela, Gabriel y Eugenio
Día primaveral. La mayoría dejamos los polars en el auto. Despejado. Yo incluso me eché crema para la cara antes de partir desde la casa.

Rápidamemte llegamos al tranque de final de la canaleta, en animada conversa. Muy poca agua me pareció había en el tranque.
Breve descanso y alcanzamos la canaleta, para iniciar nuestra ruta aguas arriba.

Pancho, Víctor, Eugenio y Marcela
Qué se hace con un vecino indeseable ? Uno realmente malo. Tema de alta complejidad, coincidimos todos.
La Marcela andaba con un dedo del pie doliente; algo que tiene que verse. Resistía estoica. Esperamos no sea obstáculo para seguir viniendo.

por la orilla de la canaleta
Sentados ya en el punto de cumbre, donde comimos nuestras habituales meriendas, vimos aparecer a un grupo bastante más numeroso que nosotros. Rápidamente hicimos contacto e iniciamos el descenso entremezclados con ellos.
"Los intrépidos" se llaman entre ellos y llevan varios años dándole.

cumbre
Ya desperdigados bajando, conversando con uno de ellos me dice que conoce mi blog. Cómo te llamas, le pregunto. Renato Orellana, me dice. Pero muy conocido era; si hasta participamos juntos en un proyecto o iniciativa de nuestro común amigo Miguelangel Clerc. Así que de ahí en adelante no paramos de hablar por un buen tramo.

Al principio escuchamos anécdotas del viaje reciente de Víctor a Perú, Lima, Cuzco, Machu Picchu y Puno. Fueron en un tour con su mujer. Lo pasaron fantástico.

Finalmente llegamos al auto, donde disfrutamos de los mullidos asientos y partimos de vuelta a casa.

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