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miércoles, 7 de noviembre de 2007

Pancracio, el gato

El domingo fuimos al alto la Maria Elena, Martín, Pancracio y yo.

La idea era dejar al gato en libertad, devolverlo a su ambiente natural, ese lugar que le corresponde a los animales, vivir cerca de la tierra del agua, las plantas, árboles y flores. Y para comer muchas ratas y conejos...todo un festín.

Pancracio iba entregado, él ya sabia lo que le esperaba...me había escuchado tantas veces reclamar. !Nadie cuida a este gato que maulla tanto! ¿quién le va a dar comida?, y ¿porqué no lo sacan afuera para que sepa lo que es la vida?
Era incomprensible para mí que el gato viviera enjaulado entre cuatro paredes, acaso ¿era un gato sin curiosidad?. Manuel un par de veces bajó con él al jardín del edificio y tiritaba de susto., se escondía debajo de las terrazas paralizado , !increíble pero cierto! Habíamos criado un gato maricón.

Pancracio: espero verte un dia de estos en los cerros, espero que hayas podido sobrevivir a pesar de la poca experiencia en terreno o por último; espero que al fin hayas podido disfrutar algunos momentos de libertad.

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