El día despejado total; una brisa fresca durante el ascenso.
Nos fuimos a la canaleta que está a medio camino del Alto del Naranjo. Ahí la Rebeca metió los pies al agua y yo me dediqué a la contemplación consciente.
Mucha gente en la ruta; mucha. Buena onda, mucha interacción alegre con los que nos cruzábamos.
Una buena e íntima conversación con la Rebeca.
Estábamos abajo en el auto, poco pasadas las 12. La nubecita diminuta por sobre el Plomo, ya había aumentado a toda una línea de nubes. En la tarde de este día vi toda la zona de las montañas con nubes gruesas.
Un buen paseo de domingo, y en definitiva esa ruta resulta ser un buen ejercicio.
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