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martes, 16 de noviembre de 2010

Tras los cóndores

No se porque a la Vero le dio con que quería ver cóndores; y dos cóndores. Así que aceptó que fuéramos a la subida al Pochocón con esa condición.

Partimos ella, la Rebeca, Pancho y yo, Gabriel, en el auto de Pancho, dejando el resto de los autos en la zona de la ex YPF. (cuando reactivarán esa bomba con cafetería punto de encuentro?)



Tomamos una nueva ruta entre los caminos que suben desde la zona del puente Ñilhue en la dirección al Pochocón, camino que nos llevó al encuentro de la ruta ya clásica hacia la cumbre.

La Rebeca destaca el video que le envié de L'Arpeggiata, resaltando la música ahí desplegada con la particularidad de un hombre que canta realmente como una mujer. Nos cuenta que antiguamente a los jóvenes los castraban para que cantaran de esa forma, lo que generó una reacción inmediata de la Vero.
Comento que en el campo las castraciones son frecuentes, pues todos los caballos son potros castrados, los novillos toros castrados, que más viejos son los bueyes. Por lo que las actividades de castración son frecuentes.
Oh sorpresa, algunos no sabían esto y quedaron algo perplejos.



Otro tema tuvo que ver con reflexiones sobre la importancia de conectar de unos con otros, la explicación de la vergüenza en ese contexto, la vulnerabilidad como condición fundamental para conexiones verdaderas y el coraje, necesario para habitar esa vulnerabilidad. Todos temas que vienen de escuchar este video de la Brené Brown.

Cuando ya divisamos la cumbre optamos por salirnos de la ruta y explorar la vía directa. Eso transformó el ascenso en una aventura distinta y en que finalmente llegáramos a la cumbre del Pochocón bastante cansados.


Ahí nos encontramos con escaladores que venían del Pochoco, con alguno de los cuales entablamos afectuosa conversa. Después de degustar las exquisitas naranjas de Pancho, iniciamos el descenso.

Pasamos por ese lugar dispuesto con mesas y asaderas, donde acordamos hacer nuestro ágape de fin de año. Tomamos la ruta rápida de descenso, en la cual de a ratos perdiamos el rumbo y teniamos que pasar por entre matorrales enmarañados.



Tarde llegamos abajo, al punto que Pancho tomó el volante, aceleró cerro arriba a buscar a las mujeres que venían algo más atras, y luego correr a Santiago pues los compromisos eran importantes. De verdad corrimos hasta nuestros autos y Pancho rápidamente desapareció rumbo a su casa.

Ah, cuando veniamos bajando finalmente vimos un hermoso cóndor que nos sobrevoló unas dos o tres vueltas, antes de desaparecer detrás nuestro. Vimos finalmente el cóndor que la Vero quería. En esta foto estamos mirando el cóndor.

3 comentarios:

  1. Gabriel: muy contundente y completa versión de posteo...vídeos y textos con enlaces a otros...!!!buena producción!! y entretenido. !Impresionante!

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  2. Anónimo9:50 p.m.

    Muy bueno, me encantó, viendo los videos volvi a vivir el domingo. Se pasó Gabriel, exelente produccion y...estuvo muy buena la subida y para mi, terrible la bajada pero igual la hago, me tendré que acostumbrar digo yo. Aunque estoy super adolorida igual fue fantástico.

    Vero

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  3. Anónimo5:23 p.m.

    Que rico reencontrarme con ustedes a través del Blog.
    Estuve tres semanas viajando (con muletas y silla de ruedas.
    Estoy empezando a apoyar mi pierna y con rehabilitación... ¿cuando podré volver a los cerros??? los echo de menos!!! beso grande. Mabel.

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