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lunes, 29 de noviembre de 2010

Travesia y Cumbre

Travesía remite a viaje, pero no a cualquier viaje, sino que a uno interior, de descubrimientos y revelaciones, uno transformacional. La vida es una travesía, sinuosa, con altos y bajos, a ratos se camina por valles, a ratos ascendemos buscando el portezuelo o collado, que es aquel lugar alto, entre dos cumbres, desde donde las personas podemos apreciar mejor el horizonte y también los nuevos valles que se abren ante nosotros, valles que a veces nos parecen hermosos e invitantes, en otras misteriosos y amenazantes En el portezuelo nos aclaramos, descansamos, observamos y luego seguimos la marcha.


Travesía y Cumbre constituyen procesos distintos

Alcanzar la cumbre remite a movimiento vertical ascendente, - también exigente - se avanza siempre hasta un punto máximo, llegado a el, solo es posible el descenso como opción. La estadía en toda cumbre es efímera, se vive en cierta urgencia, se está atento, y vigilante, en una cierta tensión. Alcanzada la cumbre se produce una explosión de júbilo intenso y momentáneo. No alcanzar la cumbre se suele vivir desde un juicio de dolor, fracaso, inconformismo y poca efectividad. En el proceso de alcanzar la cumbre las energías y conciencia tienen foco único. Cumbre hay una sola.

En el sentido que hablo, la búsqueda de la cumbre no tiene mayor aventura, se conoce a priori el lugar final hasta donde se debe llegar. En el acto de alcanzarla, queda tantas veces oculto el proceso mismo que se lleva a cabo para llegar a ella, que es normalmente la fuente de los mayores descubrimientos, aprendizajes y posibilidades de transformación.


La Travesía remite a movimiento horizontal, cuando decidimos avanzar de esta forma, decidimos conscientemente observar las cumbres desde la distancia, y en perspectiva. Energías y conciencia, están puestas en un tipo diferente de proceso, el foco es amplio y las rutas posibles son variadas, también ambiguas. Para avanzar debemos decidir el camino a seguir, se hace muchas veces apoyado solamente en la confianza de las convicciones del momento. Se hace travesía al caminar.

Travesía y Cumbre remiten a la vida misma, no son opuestos sino que dos aspectos de una sola cosa. La fuente de muchos dolores humanos, tiene que ver con mirar y vivirse la vida solo como uno de estos dos aspectos, la vida como ascenso permanente para alcanzar una sola cosa, o la vida como muchas y múltiples rutas desconocidas e inciertas.

No son las grandes verdades las que dan sabiduría, sino que la búsqueda de ellas. En este sentido, la gran verdad está representada por la cumbre, en tanto la búsqueda de la gran verdad, es la Travesía.

Lo relevante quizás sea preguntarnos como estamos viviéndonos la vida, intentando alcanzar solamente cumbres?, en permanente travesía?, o equilibrando ambos aspectos?


Jorge Milla

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