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lunes, 9 de enero de 2012

La Playita

Fuimos 8 los concurrentes a este segundo domingo del año, de los Sube Cerros. A nuestro tradicional punto de partida llegamos pasados pocos minutos de las 8 a.m., horario de verano, Isabel, Consuelo, María Elena, Pancho (Balart), Gabriel y quien escribe (Lucho Latorre). Se sumaron dos invitadas, mi hija Rosa María Latorre y mi nieta Rosa María Covarrubias: es que esta disciplina y el grupo son definitivamente contagiosos, de manera que el sólo hecho de escuchar los relatos de estas semanales incursiones y lo bien que la pasamos, insta a participar y tener el privilegio de ser uno más de esta notable pandilla … que nos acoge con tanto cariño.

los Latorre: Rosa María, Lucho y Rosita
Los 2 autos quedaron apostados en los Carabineros de La Ermita para luego a pie hacer el trayecto por el camino Farellones y a unos 200 metros aproximadamente iniciar el ascenso, rápido, fuerte, con tramos bastante emboscados y resbalosos por la tierra reseca, pisando a ciertos intervalos sobre hojas que tapizaban el improvisado sendero --si se le puede llamar así-- permanentemente ensombrecido por el follaje: diríamos que caminábamos sobre un campo de la más fértil y apetecida tierra de hoja, aquel abono apetecido por los mejores jardines.

primer descanso: Consuelo, María Elena, Isabel, Rosa María,
Pancho y Rosita
Llegar a La Playa y comenzar a devorarnos el pic nic fue una sola cosa. Nuestra querida Consuelo simplemente se lució con un pan de pascua elaborado por ella, verdaderamente espectacular, etiquetado para sus amigos Sube Cerros, el que en pocos minutos fue consumido por estos heliogábalos. Luego, las bebidas, el agua, las naranjas de Pancho y la grata conversación: se abordó con detenimiento la conducta y actitud frente al personal auxiliar que trabaja en piscinas y spa, su derecho a disfrutar de los mismos, obviamente que fuera de horario de trabajo, en fin, tema altamente sensible a propósito de la reglamentación interna de un condominio y de un club privado de Santiago … un asunto que se va instalando poco a poco en la reflexión colectiva.

Rosa María Latorre
La Consuelo nos deleitó con el relato de su reciente estadía en el Lago General Carrera, sus excursiones por glaciares, una experiencia verdaderamente extraordinaria. De tanto en tanto podía incorporarme en la escucha de las narraciones de ella y de la Isabel (La Princesa) acerca del Lago Pirihueico. Y digo que sólo de a ratos, porque el “camino” se me solía “ir en collera” … en especial, en aquellos tramos de tierra suelta.

Rosita y el Tata Latorre detrás
Las 2 nuevas invitadas, tuvieron una performance mucho más que digna, diría yo que muy eficiente y aperrada; la pequeña Rosita, nunca claudicó y de a ratos, Gabriel la tomaba de la mano para apoyar su ascenso y luego su bajada.


Al bajar, un momentáneo y sólo aparente extravío de la Consuelo, hizo que apreciáramos la utilidad del celular, sin embargo ella venía bajando muy bien, con su acrisolada experiencia, tranquila y sin apuro: más bien los 6 nos extraviamos de ella. Salieron a relucir los populares, poco estéticos pero útiles “chiflidos”, desenterrados desde nuestra infancia de barrio.

Gabriel y María Elena
Por mi parte, tuve una bajada más eficiente por el uso de unos magníficos bastones ad hoc que me regaló mi yerno, quien también alguna vez nos acompañó. Pero, para no perder la costumbre, me hice presente con un par de “rodadas” con el sólo y pedagógico propósito de demostrar a ambas Rosas, que aquello es normal en esta actividad.

Pancho y los Latorre
Una mañana espléndida, una brisa que a ratos se transformaba en viento, un cóndor que nos acompañó fugazmente, amigas y amigos magníficos, ausencias entrañables, en fin, un nuevo regalo de la naturaleza y de la amistad. Alrededor de las 13:30 horas nos despedimos, para caminar cada cual por su ruta semanal, en mi caso, por los cerros de cemento que me aguardan en el centro de Santiago, menos resbalosos pero ciertamente mucho menos amables … y en el horizonte de la vista y del alma, una nueva incursión dominical, en aquel cerro que el destino nos prepare.

"llevo un peso en la espalda"
Nota: este texto lo escribió Lucho Latorre


Otra Nota: La Rosita mandó este dibujo hecho por ella del paseo:

3 comentarios:

  1. Lucho, tus relatos son fantásticos, chispeantes, afectuosos, respetuosos y una fiel imagen del evento de la subida.
    Ya tomaremos esa idea de un blog personal tuyo.
    Tu hija y nieta, una fiel expresión del entusiasmo, alegría y buena onda del abuelo.

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  2. Hola!!

    Qué buen paseo tuvieron el domingo...espero verlos luego y darles el abrazo de año nuevo

    Cariños

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  3. parece que tuvieron unas lindas vacaciones! yo me fui a mar del plata a un departamento, a pedir comida en vez de cocinar y disfrutar con mi familia!

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