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domingo, 30 de agosto de 2009

Prohibido prohibir





Prohibido prohibir es "la máxima" de esta subida a los cerros de La Hermita...Si la vida nos ha dado tanto, ¿¿Con qué derecho nosotros podemos prohibir a otros??


Nos reunimos siete subecerros hoy frente a los pacos en el sector de la Hermita(Pancho, la Consuelo, Gonzalo, Rodolfo y Rebeca). Gabriel viene acompañado de su locuaz amigo argentino Sergio quién hizo su estreno de subecerros muy bien acompañado gran parte del camino por Rodolfo, porque... aunque no los vimos mucho, se escuchaban sus voces y risas gracias a la acústica natural de este hermoso paraje.


Quisimos repetir el cerrito del domingo anterior porque nos dejó con ganas de llegar a la cima, además pensamos que reune ciertas condiciones muy ventajosas para nosotros:
1) buen ejercicio porque la subida es dura y no tregua.
2) llegas arriba con la lengua afuera y te asombras porque te ofrece una panorámica espectacular.
3) a pesar de la gran altura que alcanzas en la cumbre...se hace en poco tiempo.

En resumen: buen cerro para domingo en la mañana.

Al comenzar entramos en terreno prohibido como muchas otras veces., lo hacemos así sin intención de invadir territorios privados, sino que con el tiempo adquieres cierta familiaridad con estos cerritos por años visitándolos semanalmente, que de alguna manera piensas que son parte nuestra QUE NOS PERTENECE A TODOS.


A pesar de lo encumbrado del camino, las conversaciones brotan sin pausa alguna, sombras de ellas quedan en mi memoria dando vueltas ...la brutalidad cometida por nuestros vecinos militares en la guerra de Las Malvinas (nos relata Sergio) me deja un sabor amargo en el estómago por un rato, luego les cuento de mi experiencia de asistir a un concierto masivo ayer realizado en el Teatro Arena donde tuve la oportunidad de escuchar música clásica por una de las mejores orquestas del mundo dirigida por el famoso director Zubin Mehta.

Cuando llegamos a la cumbre a disfrutar de la panóramica fabulosa, entre naranjas y manies, escuchamos el relato de Gabriel que había sido invitado por un académico a dar una charla sobre conectividad y redes sociales a laUniversidad Adolfo Ibañez. Estando allá se dá cuenta que dicha institución tiene bloquedas a la comunidad la conexión a google y otras redes sociales importantes de internet. !Plop!. Lean su post del diario que ya ha provocado 107 comentarios.




La bajada se hace difícil por lo encumbrado y resbaloso del sendero que no existe, sin embargo inesperadamente Gonzalo recibe un telefonázo de la Quena De Amesti para saludarnos desde la distancia. Hecho que nos remonta al domingo pasado cuando ella nos acompañó y esperamos no tenga alguna prohibición para tenerla con nosotros nuevamente.

Más abajo nos reencontramos con Sergio y Rodolfo y volvemos a sentir sus risas hasta abajo. Después supimos que ché argentino no lo había pasado tan bien y había pagado su noviciado absolutamente abandonado por el grupo de expertos subecerros. Como buen "caballero", no dijo ni pidió nada hasta llegar abajo, se tomó la libertad de derramar algunas lágrimas.

Llegando abajo, nos esperaban un par de jóvenes dueños de la propiedad por la que habíamos pasado para increparnos agresivamente por no respetar el letrero que prohibe la entrada. Sin ánimo de discutir ni dar curso a la violencia, pedimos disculpas y nos retiramos pacificamente del lugar.


El balance de este paseo empinado y peludo me deja la sensación agradable de haber hecho lo que tenía que hacer, con las personas exactas en el momento oportuno. Fluir en la vida y con la vida es lo que vinimos a hacer, estos momentos plenos de amistad y disfrute son de desbordante libertad...y deseando profundamente eliminar del vocabulario el verbo PROHIBIR.

2 comentarios:

  1. Anónimo4:46 p.m.

    que lujo!!! dos excelentes post de un mismo paseo, cada uno en su estilo único. Besos, Carmen Glorias

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  2. Bien!
    (Parece que el evento cinematográfico que vivimos todos al final, quedará para el secreto de los que estuvimos presentes)

    No hay buen grupo sin un buen secreto.

    Cariños

    Sergio

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