Al potrerito de la Diputada partimos esta mañana nublada y un poco fría de otoño: lugar de singular paisaje que tiene un encanto especial, algo como místico y mágico que lo envuelve con nosotros dentro cada vez que lo visitamos estos domingos de subecerros. Hacemos grupo de cinco con Pancho, la Consuelo, Gabriel, Paulina y yo (Rebeca). Algo así como sueño o ensueño sorprende a la Consuelo que olvida sus bastones en la bencinera y ya desde el auto la urgencia obliga a conectarnos con la Terpel para avisar y pedir su resguardo.
De entrada, las imponentes rocas de todos los tamaños y formas, sus relieves finamente moldeados sugieren un sinfín de personajes y objetos que a cualquiera le aviva la imaginación y te traslada automáticamente tanto a escenas del lejano oeste como de ciencia ficción. Lugar soñado para cualquier grupo de niños que llama a jugar a las escondidas o a la guerra de indios y soldados: acá estamos nosotros algo crecidos respirando aire puro con olor a madera y flores, y sin otra pretensión que tomar contacto con la belleza natural que nos anima a movernos y a comunicarnos.
El potrerito nos espera y recibe con aplausos después de una agitada y presurosa subida sin detenciones, sobre la gran piedra alguién ha dejado un portaretratos sin foto que vuelve a invitarnos a echar a volar la imaginación y sin esfuerzo alguno y entre risas y bromas aparecen distintas imágenes y posibles eventos celebrados acá en alguna ocasión a la que no fuimos invitados. Entretenidos de tanto especular, nos ponemos nuevamente de pie para seguir subiéndo por la izquierda.
Arriba aparecen las naranjas dulces de Pancho y mis manies sin sal, también el corretaje de propiedades que a Paulina ocupa, y la foto de aves que nos sobrevuelan y otras especies que nos observan sin temor como silenciosos participantes de la informal reunión.
Las conversaciones de hoy hablan de la percepción de que estamos viviéndo el cambio de era, somos parte de las generaciones que provocan el cambio junto a nuestros hijos y nietos que ya vienen muy distintos. Límites y tradiciones se funden como el metal trastocando y debilitando rígidas posiciones y roles que ya no hay autoridad que sostenga "la verdad absoluta" tal como la aprendimos, hoy más bien se habla de respetar las interpretaciones personales. Sin duda que el cambio me lleva a contemplar este paisaje natural muchas veces visitado, sin embargo no puedo decir que ha permanecido igual o ni siquiera parecido al que guardaba en mis recuerdos de ayer o antes de ayer.
En la bajada con Gabriel y Pancho nos explayamos en acalorada conversación sobre la música y su función terapéutica, salgo a explicar la música y sus beneficios sanadores a mis dos amigos, pero lo hago algo insegura y al parecer sueno poco convincente porque el discurso me agota...y el prejuicio me acogota. Se dice que el ser humano se expresa a través del arte, que los artistas anticipan los cambios, sin embargo la sociedad mercancista los ignora y no reconoce su valor. La música o arte de los sonidos, entra sin filtros adentro de cada uno de nosotros, nos produce emociones que nos conectan y movilizan. La inteligencia musical no es sólo dos palabras juntas sino el resultado de acusiosas investigaciones que han levantado luces para entender científicamente su significado y tomarlo más en serio. (Visita este blog en donde se presenta una serie de estudios sobre este tema).
El paisaje de vuelta habla por si solo de lo bueno de este paseo, las preciosas flores rojas que se enredan en árboles y cactus que aparecen tan divinas...fotos y más fotos, de pronto nos aclara la Consuelo que se trata de una plaga que les quita fuerza tal como una enfermedad humana.
La música finalmente no sólo sana y reconforta el espíritu, sino también puede convocar a millones de personas desde distintos países del mundo incluído el nuestro, músicos, coros, cantantes todos al mismo tiempo cantan la famosa canción de The Beatles: "All you need is love".El objetivo de esta experiencia es concienciar a la gente para luchar contra el SIDA en África.
Un excelente final para una conclusión genial: "todo lo que necesitamos es amar"...dicho con música entre todos el mensaje crece más y resuena como una gran cadena de oración...¿Se habrá imaginado John Lennon alguna vez lo grandioso de esta hermosa canción?
Hablamos en el cerro del efecto de los dulces "Mentos", que yo compré en la Terpel, cuando se los hecha en una botella de Diet Coca-cola; y como se había producido en la red una competencia de videos con este fenómeno y que les mostraría el video que ganó: este.
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ResponderBorrarGracias , muchas gracias ¡!, por una maravillosa mañana de domingo, es muy fácil sentirse parte en este grupo de caminantes , gracias por la compañia desinteresada , por compartir y reir, PAE
ResponderBorrarRebeca, tus despliegue artístico y poético me produce gran alegría; muy buena !
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