Me estacioné donde siempre y veo a un pequeño grupo al frente, más adelante. Al bajarme reconozco a la María Elena y a la Consuelo. Cruzamos en auto y en el grupo ya estaban Cecilia, Jurgen y Marigen, hermana de Cecilia. Ellos, amigos de la Marcela Molina, con quien acababa de hablar hacia poco rato, para introducirme a estos, sus amigos.
Al poco rato llegan Juan Andrés (creo) y Nina, de origen alemán, muy bonita.Y luego la Paulina.
Y se arma el grupo.
Ya en la ruta a la base de la subida al Alto del Naranjo, aparece sorpresivamente al teléfono, la Mabel, que hacía mucho tiempo que no venía.
Seríamos 11 en total.
Tomamos la ruta clásica ya, de irnos por la primera canaleta aguas arriba, y de ahí empinarnos por ese borde que tiene a la vista la preciosa vista de la cascada de Vallecito. Bajar luego hacia Vallecito y en definitva rodearlo, bajando por la ruta del Alto del Naranjo, normal.
El día precioso. Los polars y abrigos fueron transformándose en bultos de mochilas y simplemente aparecieron amarrados a la cintura; por el calor y la activación del movimiento.
En el estero hicimos la primera foto grupal, en ese como claro donde el canal toma sus aguas.
Varios de los nuevos, andaban con zapatillas planas, un zapato poco apto para las zonas empinadas que vendrían.
Subimos en animada conversa, donde el paisaje, el esfuerzo, y la buena onda, los ponen a todos con ganas de saber más del que va cerca.
Un tema del día, en algunos círculos del grupo, fue el dolor de las separaciones, en particular del abandonado o abandonada. Debo decirlo, pues en un caso de una abandonadora, el dolor y las heridas de él aun, después de años, persisten. Alguien decía que enamorarse de otro/a estaba bien, el punto era el "como" esto se hacía público, como se cuidaba el territorio de las relaciones. Y eso terminó siendo un tema como para hacer un decálogo o pauta de procedimiento, para aminorar al máximo las heridas.
Bueno, un tema fuerte sin duda, tanto el de las dificultades de hacer buenas y perduradoras relaciones, como el saber romperlas con los menores daños.
La verdad, el grupo fue con tanta gente nueva, que buena parte de las conversaciones fueron de conocernos, con los nuevos.
Al llegar nuevamente al estero que llega a Vallecito el grupo se había disgregado, y la Rebeca que lideraba a un amplio grupo de los nuevos arrancó por una ruta que no era y tuvieron que devolverse un cierto tramo, con una líder que quedó por un rato enojada y renegando de sus habilidades de líder. ¡Milla, te necesitamos!
(Milla, es un amigo escalador, que además entrena líderes en las más adversas situaciones)
La bajada estuvo plagada de bellas vistas, de un día soleado, otoñal, cálido. Un agradable paseo de un amplio grupo, con algunos novatos, que espero nos cuenten comentando en este blog, como quedaron de sus primeros andanzas en los cerros.
Para nosotros fue un gusto tenerlos en el grupo y esperamos que vuelvan.
(+ fotos)
que alegria ver caras nuevas en los Subecerro!!! Mas aun que parece están bajando el promedio de edad hahahah Yo me quedé con las ganas de subir ayer....estoy con un resfrio que me tiene medio botada. Besos a todos
ResponderBorrarLas sugerencias de Jorge Milla para con este grupo no han sido tomadas en cuenta para nada.
ResponderBorrarMi enojo se debió a sentirme desautorizada por Gabriel que se habia quedado atrás...cosa que desbandó al grupo., y me quedé sola con los invitados...hasta el momento no estoy convencida de haber ido por mal camino...y cuando me acuerdo me vuelve el enojo.