Llegada por bus hasta la usual esquina del encuentro, adentro del auto de Pancho esperan Alfonso, Tito, Pancho y yo...¿quién más viene? me preguntan y no tengo respuesta. Quince minutos de espera y partimos hasta la subida del puente Ñilhué, lugar que frecuentamos este invierno haciéndo el quite a los numerosos esquiadores que congestionan el camino.
Vamos a repetir la ruta del domingo pasado...todo verde y húmedo provoca repetirse el plato del hermoso paisaje disfrutado segundo a segundo el domingo pasado. Curiosas vacas de vacaciones invaden el camino de las torres al comienzo... a pesar de nuestro acercamiento, ellas no quieren moverse y dejarnos la pasada. Ellas parecieran decirnos que estan de vacaciones, pero nosotros no. Finalmente avanzamos y ellas adelante, nosotros atrás.
Alfonso lider de la ruta mientras Tito conversa libremente liderando la conversación que se torna inquietante cuando hablamos de religión, de la fé y la crisis que ha provocado tanto daño a los creyentes después de los últimos sucesos conocidos por todos protagonizados por líderes de la iglesia católica...el desconcierto es tremendo y a Tito le sale la rabia. Los demás aportamos con nuestras propias creencias, si vamos o no a encontrarnos con nuestros padres después de la muerte no es algo que nos preocupe a todos.
Hoy traemos desayuno, nuestro amigo Alfonso lo había anunciado y su mochila hoy lucia más cargada que otras veces. Las ganas de cafecito en la cima apura la caminata hacia arriba. LLegamos e instalamos campamento. Alfonso trae de todo, café, azúcar, vasos y cucharas...agua para calentar también. Aparecen las naranjas de Pancho y el chocolate de Tito. Luego saco de mi mochila unos sanguchitos de queso y jamón.
El agua hierve y atiendo a mis amigos haciéndo los cafecitos a los que le agregamos la malicia...chorritos de licor para calentar el alma que ha quedado un tanto maltrecha después de la discusión de la fé en cuestión.
Delicioso tomar y comer en este extraordinario espectáculo natural, las vacas de vacaciones se quedaron atrás porque ellas no quisieron seguirnos el tranco y nos dejaron pasar...Paso a contar a mis compañeros la fantástica oportunidad de seguir aprendiendo cosas nuevas tras preparar las actividades y materiales para el taller de artes para niños que realizo con dos amigas los sábados en la mañana en el club manquehue.
Después de la comilona, viene la sesión de vistazos a los cerros de al frente, osea a la subida del alto del naranjo y los acarreos. Lejos apenas se divisan manchones blancos de nieve y un solitario caballo café moro, se amplifica la mirada trás los lentes de aumento y los detalles aparecen. Mientras inquieto está Tito sacando fotos sin medida; de adelante, atrás, de grupo, panoramica,...incansable fotógrafo que pretende dejar todo registrado.
Mientras bajamos, Alfonso nos cuenta de sus planes de viajar en octubre para asistir como público al concurso internacional de piano Frederic Chopin a realizarse en Varsovia, esto gracias a su buen y fino gusto que manifiesta por este instrumento musical y las composiciones de Chopin, Beethoven y sus sonatas especialmente...esto mientras escuchamos música de su colección de favoritas.
Otro domingo despejado con olor a campo; bostas de vacas en vacaciones por doquier aportan con aroma y color, mucha luz que parecen iluminar también nuestras conversaciones y lo principal: amistad de la buena.
puchas, me lo perdi, pero tambien vivi de lo bueno y de lo humano en un lugar lejano llamado Curimon. Y ahi espero haber dejado mi huella necearia como ustedes que creo estan atentos a lo divino y a los papeles que jugamos en el devenir de las cosas. ya nos veremos cara a cara nuevamente. un abrazo a todos y cada uno a estos fieles de lo verdadero.
ResponderBorrarMe acorde de ustedes aunque no pude acompañarlos, yo subi cerros de la quebrada San Ramon junto con amigos del hospital, tambien fue maravilloso. Fantastico lo del cafecito...mmm....que rico, espero acompañarlos el proximo domingo.
ResponderBorrarAbrazos a todos
Vero
Ya! Connie y Vero ...las esperamos a las dos
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