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domingo, 10 de octubre de 2010

Camino de viaje y cambio

 Un sorpresivo encuentro de amigos subecerros que por distintos motivos no nos acompañaban desde ya hacía un buen tiempo, recibimos esta mañana de domingo de primavera en pleno. Puntualmente llegamos con Gabriel al punto de reunión y estaban esperándonos Andrés y Pancho. Marcela Molina viene en camino avisa, un poco trasnochada pero al poco rato...! llega!.(bravo!).Luego llega mi amiga del grupo de cultura C4 Paula Velíz, su marido Rodrigo y sus 3 hijos e busca de aventurarse en familia por nuevas rutas que integran jugosos ingredientes para mejorar la convivencia: amplias conversaciones, saludable ejercicio corporal en conexión con la naturaleza. Salimos hacia el camino al Pochocón, lugar al que ya se ha hecho habitual en estos últimos meses.
 
Andrés viene más delgado pero lleno de historias frescas de su último viaje a India que cuenta animosamente a sus amigos; mientras escuchamos atentos para no perder detalle, compartimos de una botella un amargo líquido preparado por Andrés con agua y gengibre para la sed, sabor que no me convence plenamente pero que efectivamente quita la sed y energíza el cuerpo tanto como la cafeína. Sus relatos sobre  largas caminatas por las rutas de Nepal, viaje por largo tiempo soñado por Andrés ( y por muchos practicantes de trekking de rutas y senderos del mundo), por su paisaje de montaña que estimula la imaginación de occidentales ,especialmente la nuestra escuchando a nuestro amigo de cerca, que se siente que viene aún viajando al recordar sus experiencias con nosotros.
  La Marcela viene con muchos cambios en el cuerpo que comparte con nosotros con su tan particular estilo y simpatía; sin pausa cuenta y canta triunfante los logros que hábilmente consigue dado su gran empeño por conseguir sus objetivos;  impresiona su gran capacidad de emprender cambios  importantes en breve espacio de tiempo y celebramos sus hazañas entre risas y aplausos.
 Entre tanta conversación, el tiempo pasa volando, como también el cóndor que nos viene sobre volando desde la altura que de alguna manera nos dice: pongan atención al paisaje que de primavera se viste, alegres y coloridas razones para observar la escenografía viva de nuestra blanca cordillera.
 De tanto viaje y cambio, llegamos abajo algo cansados pero es un cansancio rico y renovador, sentimiento pleno de activación mental y corporal y de estar suficientemente cargados de nuevas energías para enfrentar con tranquilidad la semana entrante.

1 comentario:

  1. envidia sana, hmmm, pero envidia al fin. yo he tenido que conformarme con caminatas por el barrio. hoy precisamente una larga caminata al atardecer con mi hija tatiana. necesito esto urgentemente por lo que creo que me voy a unir a un grupo local ya a traves de meetup. un besote a todos y felictaciones por la perseverancia en estos posteos tan entretes.

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