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domingo, 15 de abril de 2012

Al Guayacán entrando en Otoño

 

Ocho, ocho y media, habían dudas si el horario había cambiado. Un mail de Lucho Latorre en que hablaba de la junta a las 8:30 dejó el descalabro. Igual estuvimos ahí hasta las 8:30, antes de irnos.

Decisión entonces, se cambia el horario a horario de invierno, y la hora del encuentro ahora es las 8:30 de la mañana los domingos.

ruta soleada
Nos reunimos Pancho, la Isabel, yo (Gabriel), de los antiguos, además de Eugenio Lagos, Francisca Alcalde, semi-nuevos, y las nuevas, Magdalena y Janett. Siete.

Pedí una subida corta pues tenía un almuerzo importante al que tenía que llegar temprano. Pancho también acogió la moción y los demás no se opusieron. Así que a Las Varas los boletos y ahí al cerro Guayacán.

a contra luz
Día despejado, algunas pocas nubes altas, transparentes. Dos días antes, hubo temporal con truenos y relámpagos y cayó agua en estos cerros, así que el piso estaba húmedo, firme.

El grupo avanza, en pares o tríos, conversando. Nos detenemos a mirar el tranque medio seco. Y seguimos.

El canal estaba seco y ahí nos encontramos con don Lucho, que iba aguas arriba a ver si encontraba el punto donde probablemente los deslizamientos productos de los aguaceros de días anteriores, habían desviado las aguas cerro abajo.

don Lucho
Más arriba vimos a lo lejos, al frente, el punto donde el agua se salía del canal y corría rauda cerro abajo, produciendo un fuerte ruido que llegaba hasta nuestros oídos.

Nos sentamos a descansar un rato en el canal seco y al poco rato seguimos hasta la punta del Guayacán. Ahí nos sentamos, esta vez mirando hacia los cerros, en una animada conversación.

descanso en la cumbre
La conversación derivó a la pareja de los tiempos que corren, que coincidíamos ya no es como antes. Los hombres al parecer eluden el compromiso, especialmente ahora que la convivencia está al alcance de la mano. Se casan tarde, si es que se casan.

De los presentes, las cuatro mujeres no están casadas; o separadas o viudas (una). De los hombres, dos casados y uno separado. Esa es la proporción dijimos, por cada hombre, cuatro mujeres.

Gabriel, Manena, Francisca, Janett, Pancho, Isabel
Donde hubo acuerdo fue en la necesidad de diseñar un "nuevo acuerdo social de pareja", donde el único punto de común acuerdo, fue establecer que la relación tenía como primer objetivo favorecer el desarrollo y la felicidad del otro, en ambos sentidos.

El descenso fue rápido, cruzándonos en el camino con varios ciclistas y caminantes.

Un buen día, de ejercicio, aire, naturaleza, conversación y afecto. Qué mejor ?

Nota: haciéndole clic a las fotos, las puedes ver más grandes.

2 comentarios:

  1. Anónimo9:31 p.m.

    Muchísimas gracias, Gabriel, magnífica narración que logra ponerme verde de envidia (¿será efectivamente de color verde la envidia?; personalmente me suena más bien a negra ...).
    Me pareció un justo homenaje retratar a mi tocayo, aquel señor que siempre nos franquea la pasada a nuestro acceso al Guayacán, ¡bien Gabriel !...
    A propósito del color de la envidia, recuerdo perfectamente --cómo no recordarla-- "UN DÍA UN GATO" película del director checo VOJTECH JASNY, 1963, cuyo protagonista era un gato que veía a las personas de diferentes colores, según sus características ocultas. Aquel doméstico felino seguramente con mayor propiedad podría decirnos el color de la envidia, de la lujuria, de la gula, de la bondad, de la inteligencia, en fin, de aquellos elementos que caracterizan y diferencian a los seres humanos ...
    Excúsenme esta disquisición fílmica y cromática, lo cierto es que el domingo 22 estaré en la montaña, Dios mediante, cualquiera sea el color con que la vea. Les recuerdo que para Rambo, sólo existe el blanco y el negro ... ¡quiubo !.

    LL

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  2. Anónimo2:12 p.m.

    El guayacán (Porlieria chilensis Johnst.) es un arbusto o árbol
    pequeño endémico de Chile perteneciente a la familia Zygophyllaceae, se distribuye entre la IV y VI región del país, está muy adaptado a sitios secos y áridos, creciendo en los faldeos cordilleranos y en las pendientes rocosas de los cerros. Está clasificada en la categoría de especie Vulnerable.

    Luis Latorre

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