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domingo, 18 de mayo de 2014

Entre Las Varas y el Alto del Naranjo

Siete fue el número de los subecerros en este día. Un día nublado hacia los cerros, nublado sobre nosotros, pero que al final del día, nos llenamos de sol.

Erkki Brakman, de estonia, que nos visitó, sacó estas dos fotos que muestran en cielo que nos tocó:



Llegaron a la Shell, Pancho, la Paula y Francisco Balart (2), la Consuelo, Mireya, Erkki y yo, Gabriel.

Nos fuimos a Las Varas, para hacerla suave, pues Francisco Balart ... no, el otro Francisco Balart, está empezando y su corazón es prestado.

Francisco Balart y Francisco Balart (notas las semejanzas?)
Estaba con llave y cuando las emprendíamos a la derecha, apareció una señora de mal carácter, con caja de valores en mano, retándonos y dándonos instrucciones. A pagar se ha dicho, $ 1.500 y no me vengan con cuentos de tercera edad que aquí no corren. Un pain, que igual nos abrió la puerta con candado por la ruta habitual, "autorizada" nos dijo ella y se quedó tranquila con $ 10.000 que le pasamos.

Erkki, Pancho, Consuelo, Paula, Francisco Balart y Mireya
Se habló mucho inglés, por la presencia de Erkki, que no haba español. La verdad que en el grupo, la mayoría lo hace bastante bien, así que no hubo problemas y Erkki se sintió bastante integrado. Eso si que, lo suave de nuestra opción, lo inquietó de repente y previo aviso, arranco cerro arriba, diciendo que nos tendría a la vista, para encontrarse con nosotros a la vuelta.

El tranque, seco; completamente seco. Nunca lo había visto así.

tranque seco
Poco más allá, en los corrales, ganado en abundancia. Engordándose ahí, sin mucho movimiento, para nuestra alimentación. Unos vieron filetes, otros a unas pobres bestias y otros, quien sabe.

ganado en corral
La conversa, animada. Muchos temas. Caminamos por la calle de las torres, hasta llegar literalmente a la ruta al Alto del Naranjo o Provincia. Ahí, en el camino, a lado de un poste de alta tensión, con vista o encima de la ruta al Provincia, nos sentamos y comimos nuestro habitual alimento: naranjas, mandarinas, manzanas y frutos secos.
Erkki no estaba con nosotros; había tomado su ruta de ascenso.

Debo destacar la alegría que irradian este par de enamorados que son la Paula y Francisco Balart. Ellos nos confirman que el amor es más fuerte y nunca es tarde para que llegue.

Paula y Francisco Balart
Ahí nos separamos. Un grupo bajó por la huella del Alto del Naranjo y se devolvieron por la orilla del camino pavimentado, camino a Farellones. Mireya y yo, volvimos sobre nuestros pasos, al encuentro de Erkki.

Y lo encontramos. Había subido una media cumbre e incluso, se había encontrado con gente.

Consuelo, Mireya, Pancho, Francisco y Paula
Cuando llegamos al auto, los otros, ya habían llegado y se habían ido.
Mas tarde, Pancho me llamó por teléfono para indagar si todo había ido bien con nosotros.

Un estupendo día y un perfecto grupo.

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