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domingo, 19 de julio de 2015

Al Huinganal bajo la niebla y la amenaza de lluvia

Había pronóstico de lluvia. Pensé que podría no llegar nadie, caso en el cual me iría al Pochoco.
El UPA estaba inaugurado, así que me fui a recorrerlo. Está bonito y sirven café.

Al salir veo que un auto se estaciona detrás del mío; era la Soledad que venía con Willy, su marido.
Después llegó la Anne Marie y luego José.

Willy, Anne Marie y Soledad
Decidimos irnos a la caballerizas, pues la ruta a Farellones estaba tomada por los esquiadores. Cada uno en su auto.

Decidimos hacer la vuelta del cerro habitual, en el sentido de las manecillas del reloj; bajando por la parte más parada.

Willy, Gabriel y Anne Marie
A medida que subíamos la neblina nos cerraba más el entorno. Willy algo nuevo en estas lides, llevó al grupo solo un poco mas lento, hecho que José no resistió y lo perdimos adelante.
En la mesa de la virgen o cumbre, nos dejó gentilmente el saldo de su bolsa de manís y frutos secos.
Aparte que José llegó con regalos, cuatro paquetitos de su amenazada Peptan, que generosamente nos regalo a cada uno. Gracias José.

ídem, de más lejos
Siento decir que lo más interesante, para mi, de esta subida, fueron las conversaciones, que la verdad no puedo reproducir aquí. perderían todo su profundidad y sentido. Hablamos de sentido, de neurociencia, de energía interna, de la posibilidad de su movilización; hablamos del mundo en que vivimos, que se está haciendo pedazos, a ojos vista de ciegos, educados para poco cachar y consumir y aspirar a obedecer las ilusiones de su publicidad, financiada por la "dictadura del capitalismo", etc., etc.,etc. No es repetible.

Bueno, este Willy es el principal causante de este tipo de conversaciones y mi afinidad con ellas.

Soledad y Willy
En la mesa de la virgen eramos cuatro. Mucho alimento, pues las presentes eran las principales proveedoras de suministros.

Andando por el plano antes de empezar el descenso nos cruzamos con un grupo de unos seis caballeros con sus años a caballo, con los que intercambiamos animadas palabras y seguimos. Parecían los dueños del fundo, le dije a Willy.

Anne Marie y Gabriel
Ya bajando, una pareja subía cargada. Venían en la ruta a algún destino más lejano donde pensaban pasar unos tres días. Miro afuera mientras escribo y pienso lo frío en que deben estar, bajo la niebla obviamente. Otro breve intercambio de palabras.

bajando, Anne Marie, Soledad y Willy
Más abajo, otro grupo de cuatro mujeres, todas de distintas nacionalidades, hispano parlantes todas; ninguna chilena. Bromas y algunos intercambios, especialmente con la argentina y el fútbol.

Willy y Soledad
Y a los autos, finalmente, yo bien adoctrinado con las compras que tenía que hacer, en este día del cumpleaños de mi mujer, Andrea.

Y la Anne Marie, que se va de viaje por mes y medio y vuelve a mediados de septiembre. Los mejores parabienes para ella.

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