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domingo, 12 de noviembre de 2017

A Las Varas a una semana de la elecciones presidenciales

Llego el primero; espero unos minutos. Llega José Salinas y .. al rato llega el otro José Manuel Salinas, con su mujer, la Lily. Llega Pancho y la Anne Marie con Francisco Toyos. Seremos siete.
José y la Lily, piden hacerla corta, pues tienen familia a almorzar en su casa. Las Varas, pues, sería el acuerdo de todos.

Nos vamos en dos autos y al llegar Pancho se da cuenta que ha perdido las llaves de su auto. Francisco lo acompaña y parten de vuelta a buscarlas adonde dejamos los autos. Y las encuentran.
El resto nos vamos lentamente, a la laguna de Elfie y nos instalamos en esa mesa con banquetas que está al fondo. Un lugar muy agradable, a la sombra con telas de kiwi.

Pancho en la delantera; lo sigue José Salinas, luego la Lily y José Manuel Salinas
Terminamos sacando algunos de nuestros víveres y nos pusimos a comer. A mi se me ocurre la mala idea de comentar que en cuanta reunión de los días anteriores, algunas de ellas en buenos restaurantes, no habíamos hablado de política, siendo que estamos a una semana de las elecciones.

flor del cactus
Y que pasó, nos pusimos a hablar de política. Y les digo, la cosa se puso mala, y rápido. Ataques, descalificaciones.
Basta, vayámonos, se acabó la conversación y el esfuerzo cerro arriba nos, me calmó las vibras que se acababan de levantar.
Conclusión, el tema político es peligroso y segundo, una opinión mía, no sabemos conversar.

Pancho y José
Recuerdo, estábamos todos en fila parados, salidos ya de la laguna Elfie, listos para emprenderla para arriba y como que nadie daba el primer paso. Empezaba a hacer calor y el espíritu estaba aletargado.
Hasta que partimos y le dimos sin parar hasta la canaleta, como autómatas, que activaban sus automatismos, que al final nos salvan la vida y nos mantienen en estado físico saludable, digno.

close up
Ahí, al lado de la canaleta, nos apiñamos en una sombra, a comer y conversar, de otros temas.
Estábamos tan a gusto, que al decidir partir algunos, Toyos figuraba desplegado, con los ojos cerrados, sin ninguna gana de salir de ese estado. Quédate otro rato y luego nos alcanzas. Se fue igual con el grupo.

la Lily, José Mauel, Pancho y José
En la bajada tomamos un desvío de las bicicletas, que nos dejó en la zona donde había unos camiones estacionados.
A los autos y a casa. Cansados, con la dosis semanal de ejercicio y naturaleza, cumplida.

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