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domingo, 1 de diciembre de 2019

Un Potrerito reseco en esta época del año

Cuando llego al punto de encuentro ya estaban ahí, Pancho y Eugenio Lagos. Propongo café y partimos a la cafetería.
De dietas estuvimos hablando en la cafetería, recuerdo.

Eugenio propone ir a Potrerito, adonde hacía pero mucho tiempo que no íbamos, así que para allá partimos en el auto de Eugenio.
Nos llamó la atención que en toda la zona y bastante antes, habían instalado un cerco entre el camino y la entrada a los cerros.

Gabriel, Eugenio y Pancho
Al estacionarnos tuvimos que abrirnos paso entre la alambrada de púas para pasar al otro lado.

Todo muy reseco, nos llamó la atención. Y a nivel de piso, muy poco pasto y seco. Arriba en el potrerito mismo, nada; una que otra matita, algunas de ellas con un florcita blanca.

En la ruta descansamos en dos sombras de arboles de la misma especie. En la segunda yo vi un pastito bordeando una roca y me lo quedé mirando, reseco. Saqué mi cantimplora de agua de la llave y le compartí parte de mi suministro, a las plantitas. A la vuelta volví a parar donde mismo y otro poco les aporté.

Propongo que en estos tiempos, llevemos doble porción de agua al cerro: una para ti y otra para algunas plantitas del cerro.

ves el agüita que corre ahí abajo ?
Solo decir que el tema de la contingencia, que en estos tiempos es tema obligado, terminó en frases como "la realidad que cada uno configura, es una opción propia, de acurdo a las propias afinidades y miedos". "La realidad no existe y es creación propia de cada persona". La craquelación de la realidad, que la empieza Maturana de acuerdo a mis indagaciones, se completa en la Física Cuántica, con el comportamiento de la materia cuando hay o no agentes conscientes presentes.

ya cerca del auto
Después de llegar al plano de arriba, al potrerito, nos dirigimos hacia la derecha, donde esperábamos encontrar agua, en el estero ese que baja por la quebrada. Y pues, había agua y junto a ella y a la sombra de los arboles, nos instalamos, declarando ese punto, como nuestra cumbre, escuchando todo el tiempo la maravillosa música del agua que corre.

Después de un buen rato, por lo exquisito del lugar, iniciamos nuestro retorno.
Disfrutábamos de la brisa que corría en los cerros y de las vistas del lugar.
Empezaron a aparecer nubes de elevada altura; no muchas.

En estos tiempos de sequía dura, aprovecho de compartir una técnica de riego por goteo bien particular, que Eugenio está usando en su casa de la costa. Puedes verla aquí.

un alto en el camino
Llegamos al auto tipo 10 para la una. Me di cuenta de ello pues tenia in mente irnos al río y bañarnos. No había tiempo.
Llamé a la Andrea y le dije que llegaría un poco más tarde, en vista que debía pasar a comprar los pollos asados, que serían nuestro almuerzo familiar.
Le dije a Eugenio que decía la Andrea que se apurara. Y lo tomó al pie de la letra.

Después de pasar una barrera que nos mantuvo detenidos más de cinco minutos, por máquinas trabajando en el camino, Eugenio arrancó y nos hizo recordar que en su juventud había corrido en auto. Yo al menos, me fui calladito, para no distraer a Eugenio, que manejó bastante rápido de vuelta a casa.
Y llegamos sanos y salvo.

Datos; películas recomendadas de Netflix:
Klaus
La belleza de la vida
El irlandes

3 comentarios:

  1. Querido Gabriel. Te cuento que todos los días que puedo alojar en mi depto de Bustamante ,me llevo en la mañana cuando voy al trabajo un bidón con agua para regar el único árbol que está casi vivo dentro del acceso a la Estación Baquedano.

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  2. A propósito de lo que dices de llevar agua extra al cerro.

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  3. A propósito de lo que dices de llevar agua extra al cerro.

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