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jueves, 24 de marzo de 2022

Misterio sin resolver

Día seminublado, ya está comenzando el lindo colorido otoñal, enrojecen los liquidámbares y amarillan los ginkgos, la temperatura temprano ha bajado y nos juntamos Víctor, Francisco, Anne Marie y yo, Soledad. Por arte de magia Pancho aparece cuando ya somos varios afuera de su casa.

Ni pensamos a donde ir, la ruta está predefinida, cerca y no muy larga porque Anne Marie tiene invitados a almorzar, cuando nos describe su ya preparado menú, estamos a punto de aumentar los comensales, pero se nos adelanta su hijo, que se ve confía en la hospitalidad de su mamá y dos veces la llama avisando que hay nuevos invitados.


A poco andar divisamos de lejos dos personas descansando, una de ellas sentada en un piso plegable que, al pasar al lado de ellos, lo transformó en bastón. Se notaba en rehabilitación, la Anne Marie notó que su caminar estaba dificultado por la ausencia de la mitad distal de un pie, yo agregué que parecía estar bajo tratamiento con corticoides, cual no sería nuestra sorpresa, cuando Francisco, que se había quedado conversando con ellos y los acompañó cerro arriba, nos contó que no solo eran efectivas nuestras observaciones, sino que además 8 meses atrás había sido sometido a trasplante de corazón y de riñón, además le habían amputados 8 dedos de las manos, lo que le permitía manejar y asir los bastones. Y ahí estaba, subiendo cerros incluso siguiendo más allá de nuestra meta, iba acompañado de su hermano, un biofísico, profesor en USA, investigador de los canales de sodio transmisores de la información neuronal (lo “googleé” después). Nosotros, con todos nuestros dedos y órganos originales, hicimos gestos de admiración a estos hermanos, resilientes y entusiastas, pareciendo decir: “que nada te detenga”.

Seguimos intentando colaborar con la vegetación, llevando un litro de agua a nuestro arbusto apadrinado.


Como muchas veces caminamos mirando el suelo, aunque no cabizbajos, nos sorprendemos de la gran cantidad de huellas de tórtolas que comiendo o cortejando, son testigos de su revolotear.
También descubrimos unas lineales que algunos sospechan ser huellas de culebra, pero más bien corresponderían a una culebrilla o algún reptil de cola delgada y pesada, sin rasgos de apoyo de patas, por lo que repetimos cada domingo: ¿De qué serán las huellas lineales en la tierra arenosa que hemos detectado en las últimas semanas? Misterio sin resolver. Vea el próximo capítulo.

Nos despedimos a buena hora, deseando que los subecerros y familiares afectados de salud, tengan una buena semana, los acompañamos enviando toda nuestra energía positiva.

(texto de Soledad Tagle)

3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Que curiosidad , por que lo habrá eliminado el autor del blog? Se sabrá....

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